La Cumbre del Clima se estanca al diluirse la petición de poner fin a los combustibles fósiles

Raúl Rejón

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La Cumbre del Clima se encalló al comprobarse cómo la presión de los petroestados dio lugar a un borrador de acuerdo que ofrece una batería de estrategias para que los países elijan a la hora de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero. Ahí entra, sí, la “reducción del consumo y la producción de combustibles fósiles”, pero se incorporó la “aceleración de la energía nuclear” o “las tecnologías de captura y almacenaje de carbono”. También las renovables.

“Hay elementos inaceptables” fue el resumen rápido del texto de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.

El párrafo en cuestión introduce de esta manera la mencionada oferta de posibilidades: “Reconocemos la necesidad de una reducción profunda, rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero y pedimos a las partes que tomen acciones que pueden incluir entre otras”. Y enumera ocho puntos como triplicar las energías renovables, dejar las subvenciones a combustibles fósiles si no sirven para “combatir la pobreza energética” o esa “reducción” del petróleo, el gas y el carbón.

La evolución del texto

La evolución de la mención al petróleo, el carbón o el gas pasó de una opción que pedía directamente un “abandono”, aunque progresivo, y otra alternativa que abogaba por el fin de los combustibles fósiles si eran sin mitigación, a esta otra fórmula final en la que aparece la posibilidad de recortar el uso y producción del petróleo, el gas y el carbón sin distinción ni mención a los sistemas de mitigación, pero que, al mismo tiempo, incluye referencias a toda la gama de tecnologías que, de facto, están pensadas para seguir consumiendo estos productos como son la captura y almacenaje del carbono que sueltan al quemarse.

El presidente de la COP, Sultan Al Jaber hizo circular el texto, el primero que generaba su equipo, menos de 24 horas antes del final previsto para la cumbre. Una manera de presionar para alcanzar un acuerdo rápido y cumplir su deseo de cerrar el encuentro a tiempo, según cuentan las delegaciones de los países.

No hemos venido aquí a firmar nuestra sentencia de muerte

Las urgencias hicieron, por ejemplo, que la enviada especial de Alemania para la Acción Climática Internacional, Jennifer Morgan, llegara sin resuello a una reunión de urgencia sobre lo que, también llamó, “texto desequilibrado” por un “lenguaje sobre los combustibles fósiles inaceptable”, según comentaba antes de acompañar a la ministra germana de Exteriores (del partido verde) Annalena Baerbock.

“El abandono de los combustibles fósiles no es una opción entre varias”, afirmó la jefa de la delegación de Greenpeace, Kaisa Kosonen. De hecho, esta vía elegida por la presidencia de la cumbre generó un malestar inmediato en otros grupos ambientalistas desplazados a Dubái como Ecologistas en Acción –calificó el borrador de “decepcionante”– o WWF –texto “desastroso”, lo llamó–, pero estas organizaciones no tienen voto.

Sin embargo, algunas delegaciones estatales, que sí cuentan en las votaciones, además de la Unión Europea, no ahorraron en calificativos: el ministro de Recursos de Islas Marshall, John Silk, que habla en nombre de los estados insulares, afirmó que “no hemos venido aquí a firmar nuestra sentencia de muerte”.

El comisario europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, evidenció lo lejos que la UE está de respaldar la posición del presidente Sultan Al Jaber, al decir que su borrador “es insuficiente e inadecuado para afrontar el problema que debemos solventar”.

Los países más opuestos a que se señalara la necesidad del fin de los combustibles fósiles, por su parte, no hablaron públicamente tras conocerse la propuesta del Al Jaber. “Arabia Saudí e Irak lideraron la oposición”, según comentan diversos observadores en la cumbre. El secretario general de la OPEP, Haithan al Ghais –que pidió a sus colegas que se opusieran a cualquier fórmula que se centrase en los combustibles fósiles y no en las emisiones de gases en general– es de Kuwait. “Es una regresión y un claro indicio del poder de presión de la industria de los combustibles fósiles”, interpreta el responsable de Política Global de Climate Action Network, Harjeet Singh.

“Un borrador servil”

El ex vicepresidente de EEUU, Al Gore, considera que este texto lleva a la cumbre “al borde del fracaso total”. Y elevó el tono al decir que “este borrador servil parece dictado por la OPEP palabra por palabra. Es de los petroestados, realizado por los petroestados y para los petroestados”.

También hubo alguna voz que ha querido mirar el vaso medio lleno. El director del think tank Power Shift Africa, Mohamed Adow, considera que esta fórmula de mencionar los combustibles fósiles “sienta las bases para el cambio”. Según Adow, “es la primera vez que aparecen en un proyecto de decisión y marca el fin de su era”.

El analista piensa que es la manera de convencer a Arabia Saudí, pero la directora ejecutiva de Strategic Perspectives, Inda Kalcher, contesta que una opción tan rebajada “debe parecerles una bofetada a los estados insulares y a la Unión Europea”.

Otro aspecto reseñable es la suavidad del texto en general que está cuajado, mayoritariamente, de verbos que hacen referencia a que los países toman nota de lo que hay: lo que más se repite es “anota”, “reconoce”, “enfatiza”, “da la bienvenida”, y pocas palabras denotan que se harán cosas, que se tomarán acciones como “invita” –poco asertivo– o “solicita”, según el recuento del texto que ha hecho Carbon Brief. Es un lenguaje que contrasta de forma radical con los mensajes habituales en cualquier foro climático que piden acción. “El momento de las promesas ha pasado. El momento de actuar es ahora”, resumieron los organizadores de la COP28.