Mientras una sequía vacía lagos en el oeste de Estados Unidos, el número de muertos por inundaciones y deslizamientos de tierra causados por las lluvias monzónicas se elevó este domingo a 158 en India. Los fenómenos peligrosos vinculados con el agua lideran la lista de desastres en términos de pérdidas tanto humanas como económicas en los últimos 50 años.
La información se desprende de un análisis de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) donde se enumeró que de los 10 peores desastres, aquellos que supusieron las más grandes pérdidas humanas durante ese período fueron las sequías (650.000 muertos), las tormentas (577.232 muertos), las inundaciones (58.700 muertos) y las temperaturas extremas (55.736 muertos).
“El cambio climático global se produce por el exceso de gases de efecto invernadero antropogénicos (generados por humanos) en la atmósfera. Lo que más contribuye a su generación es la producción de energía a base de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón); y la producción de alimentos de origen animal”, explica Stephanie Cabovianco, coordinadora de campañas globales en Climate Save Movement, a elDiarioAR.
“Este aumento de gases tiene un efecto de aceleración y de profundización de los eventos climáticos extremos: en algunas partes del mundo estos eventos se manifiestan como sequías y olas de calor; en otras como lluvias intensas, inundaciones y tornados, entre otros”, agrega Cabovianco.
Conforme a un extracto del Atlas de la OMM sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos (1970-2019) (WMO Atlas of Mortality and Economic Losses from Weather, Climate and Water Extremes (1970-2019)), que se publicará en septiembre, entre los 10 peores desastres en términos de pérdidas económicas figuran las tormentas (521.000 millones de dólares de los Estados Unidos) y las inundaciones (115.000 millones de dólares).
“Hace más de 30 años los científicos alertan a la sociedad sobre los efectos de las actividades humanas en el ambiente. Existe amplia información disponible sobre cómo estos eventos podrían afectar a las distintas partes del mundo. A nivel nacional, podemos encontrar estos detalles en la Tercera Comunicación Nacional”, insiste la coordinadora de campañas globales en Climate Save Movement.
Ante este escenario, la especialista indica que las autoridades mundiales “deben incorporar seriamente esta información en forma transversal a todas sus políticas públicas. Es lo que llamamos 'medidas de mitigación y adaptación' al cambio climático global, que ya se encuentra en un punto crítico”.
Cabovianco da como un ejemplo de adaptación usar la información disponible acerca de zonas costeras inundables, o de países insulares que en los próximos años podrían quedar completamente bajo el agua, “debemos usar esa información para disminuir los impactos al máximo posible alertando a la población, o desarrollando planes de evacuación temprana”.
Para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, “es necesario tomar medidas como transformar la producción de energía de fósil a renovable, y pasar de producir alimentos de origen animal para la nutrición humana a producir alimentos de origen vegetal”, agrega.
Los datos manifiestan que, durante el período de 50 años, los fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos representaron el 50 % de todos los desastres ocurridos (teniendo también en cuenta las amenazas tecnológicas) y provocaron el 45 % de todas las muertes notificadas y el 74 % de todas las pérdidas económicas registradas a nivel mundial.
Cambio climático
Los especialistas aseguran que el agua es el principal vehículo a través del cual se perciben los efectos del cambio climático. “Los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua son cada vez más frecuentes e intensos como consecuencia del cambio climático. Las pérdidas humanas y económicas provocadas por las lluvias torrenciales y las devastadoras inundaciones de la semana pasada en Europa central y China se saldaron con trágicas consecuencias”, dijo el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.
El Servicio Meteorológico Nacional de Alemania (DWD) informó que, en solamente dos días (14 y 15 de julio), cayeron precipitaciones en una cantidad equivalente a la que suele registrarse en hasta dos meses sobre suelos que ya estaban prácticamente saturados en las regiones más afectadas de Alemania, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo. Suiza y Austria también sufrieron graves inundaciones.
“El calentamiento global hace que la atmosfera este más cálida y que pueda contener mas humedad. Se evapora más agua y hace posible un aumento en la cantidad de lluvia o en la intensidad que llueve. El cambio climático ya está aumentando la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, y se ha demostrado que muchos eventos individuales han empeorado”, explicó a elDiarioAR Cindy Fernández, Meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional.
En la parte central de China, en algunas zonas de la provincia de Henan, se acumularon, entre el 17 y el 21 de julio, más precipitaciones que la media anual. La estación nacional de observación meteorológica situada en Zhengzhou registró 720 mm de precipitaciones (su media anual total es de 641 mm).
En Europa se registraron 1.672 desastres que provocaron 159.438 muertos y daños económicos estimados en 476.500 millones de dólares entre 1970 y 2019. Aunque las inundaciones (38 %) y las tormentas (32 %) fueron la causa más frecuente de los desastres registrados, las temperaturas extremas se cobraron el mayor número de víctimas mortales (93 %): 148.109 personas en los 50 años.
Las olas de calor extremo de 2003 y 2010 fueron las que provocaron el mayor número de muertes (80%): 127 946 personas murieron como consecuencia de esos dos fenómenos extremos. Estos fenómenos distorsionan las estadísticas del número de muertes en Europa. La ola de calor de 2003 causó la mitad de las muertes en Europa (45 %), con un total de 72 210 muertos en los 15 países afectados, según uno de los capítulos del Atlas que se publicará en breve.
AB con información de la Organización Meteorológica Mundial.