No hay un hilo conductor muy claro esta semana. O sí: un vamos viendo que desordena los días –neurosis: ¿quién te conoce?–, los sacude como si estuviera parada en el medio del samba (dejo uno por acá, para quienes no los ubiquen; bromistas que se animen a hablar de “grupo de riesgo”: abstenerse).
Cuesta dar con el punto fijo, pero encontré lianas de las que me estuve aferrando para no tropezar. Allá vamos.
1. Framing Britney Spears. Ya hay polémica, rumores infundados sobre cómo fue su reacción, movimientos en las redes de los fans y hasta dudas sobre qué va a pasar en tribunales con la batalla legal que protagoniza Britney Spears, una de las mayores artistas pop de los Estados Unidos.
Apenas se supo que se estaba preparando Framing Britney Spears, un documental que repasa la vida de la cantante desde sus comienzos hasta el conflicto actual que protagoniza (básicamente, no puede disponer de su dinero ni tomar varias decisiones vitales porque pese a ser adulta se encuentra bajo la “tutela” de su padre desde 2008, cuando su salud mental entró en una crisis) se multiplicaron las especulaciones.
Con el documental ya en circulación (en estas tierras se puede encontrar en lugares non sanctos, por ahora) eso se potenció todavía más, como si los realizadores hubieran anticipado esa nube que rodea a Britney desde que es niña y que se puede ver a lo largo de la hora que dura el largometraje: el combo exposición, misoginia, persecución 24 horas, fanáticos que se maquinan y quieren liberarla (la película muestra a varios miembros del movimiento #FreeBritney), periodistas preguntándole cualquier cosa sin ningún tipo de pudor (en uno de los fragmentos más impactantes se puede ver a un cronista que le pregunta a una Britney adolescente si es virgen).
Justamente, el valor del largometraje –una producción del New York Times para Hulu y FX– radica en que con algunos testimonios, pero sobre todo con una búsqueda valiosa en los archivos se revela la construcción de esa bomba atómica.
Framing Britney Spears, de todos modos, es una primera aproximación. En la era de los grandes relatos sobre grandes figuras –de Michael Jordan a los Bee Gees, de Maradona a Tiger Woods, por citar apenas algunos de los últimos años– este documental deja gusto a poco. Britney Spears se merece mucho más. Sin embargo hay debates que se plantean (la cuestión de la tutela o conservatorship en relación con la salud mental de una figura pública; la violencia con que se trata en los medios a algunas mujeres, entre otros) que vale la pena anotar.
2. Piazzolla, los años del tiburón. Leí en el diario por estas horas una completísima nota de Claudia Regina Martínez sobre todo lo que se está preparando para marzo, cuando se cumplan cien años del nacimiento de Astor Piazzolla. Entonces recordé algo que vi en el cine y me encantó hace un tiempito: un documental que hace un repaso sobre su vida de una manera muy particular. Se llama Piazzolla, los años del tiburón, llegó a las salas en 2019 y ahora está disponible en la plataforma HBO Go.
El director del largometraje, Daniel Rosenfeld, consiguió material privado del archivo del músico, con imágenes que lo muestran por distintas ciudades del mundo registradas en cintas de 8 milímetros y también grabaciones en audio.
El cineasta reveló en varias entrevistas que fue gracias al aporte de Daniel Piazzolla, hijo del músico y único integrante de la familia que queda vivo, que le dio unos casetes de charlas íntimas que el bandoneonista tuvo con su hija Diana, fallecida en 2009.
Lo que consigue, con esta mezcla de texturas, es un efecto alucinante: un Piazzolla en primera persona que se enoja, protesta, reflexiona y habla de todo. De la música y el proceso creativo de sus composiciones hasta su pasión por la pesca de tiburones.
Piazzolla, los años del tiburón está disponible en HBO Go.
3. A Perfectly Normal Family. El largometraje debut de la directora danesa Malou Reymann fue uno de los más celebrados por el público cuando se vio en la edición 2020 del Festival de Cine de Rotterdam. Muchos aplaudieron la honestidad de la cineasta a la hora de contar una historia autobiográfica y cierta empatía con el tema de la película: al comienzo, Thomas, padre de una familia de las llamadas “tipo” –dos adultos, dos niñas– cuenta que decidió vivir el resto de su vida como una mujer.
Desde entonces la película va a mostrar su transición hacia Agnete, una mujer elegante de ropa colorida que llama la atención de sus hijas, en particular de Emma, la más chiquita, que se ve algo desconcertada con su nueva vida.
Sin golpes bajos, el largometraje está narrado desde la perspectiva de esa niña que intenta ajustarse –con cariño, pero también con muchas dudas: las que provocan dos cuerpos que mutan, el propio y el de Agnete– ante lo desconocido. El resultado es una historia emotiva y sumamente franca.
A Perfectly Normal Family se puede ver en Mubi.
4. Una serie. Una cosa lleva a la otra y obviamente esa película danesa me trasladó de inmediato a Transparent, una serie de 2014 en la que el punto de partida es similar. En este caso, de todos modos, los hijos son más grandes y la protagonista, docente de prestigiosa trayectoria académica, también.
Todos ellos, además, están un poco más corridos hacia el borde. Con menos inocencia que la protagonista de A Perfectly Normal Family y, por sus edades, quizá con más facturas familiares que cobrar, todos los protagonistas atraviesan distintos caminos de ripio alrededor de la identidad, de la sexualidad y de todas las formas que puede ir adoptando el deseo.
Por eso, en los 41 episodios de las cuatro temporadas y un musical final de Transparent –un plan más que oportuno para el carnaval pandémico– el tono oscila entre la comedia dramática y cierto absurdo. Hay capítulos verdaderamente dolorosos y otros en los que la risa sonora puede llegar a ganar terreno.
Todas las temporadas de Transparent están disponibles en Amazon Prime Video.
¡Hasta la próxima!
AL