“Mi problema es que solo recuerdo una acumulación de cuentos, realmente no tengo una idea de comienzo. Hay personas que tienen la sensación de vivir una vida completa, pero yo tengo la sensación de una serie de acontecimientos unidos de forma aleatoria. Poné el medio en el principio o el principio en el medio. Para mí no tiene sentido, no veo la diferencia”.
El que habla es Paul Newman, que antes de morir tenía ganas de contar su vida en una especie de libro de memorias. Y aunque su voz diciendo eso se perdió para siempre –más abajo les cuento cómo, si se quedan– se conservaron las transcripciones de sus dichos y entonces esas palabras nos llegan hasta hoy en la serie documental The Last Movie Stars (en algunos lugares lo traducen como Las últimas estrellas del cine) que se puede ver desde hace unos días por HBO Max, con el mismísimo Newman y con su esposa, la actriz Joanne Woodward, a la cabeza.
Para este comienzo, que bien podría ir al final –o nunca haber existido: digamos todo–, me agarro de esa idea del actor, impregnada con el perfume de haber visto algo singular y a la vez inaprensible. Entonces hago el esfuerzo por juntar retazos de esta historia de amor ardiente, según los propios protagonistas, y también escurridiza, mientras se superponen imágenes o escenas que insisten sin ton ni son (el imán de las voces ajenas y un manotazo de ahogada antes de rozar el agua: escribir es vivir en estado de tentativa y no hay mucho más que ese gesto; escribir también es vivir intentando).
Una: el documental, traccionado de alguna manera por los hijos del matrimonio que convocaron al actor Ethan Hawke para la misión durante los días de confinamiento más estricto de la pandemia (de masamadre y mopas hasta rompecabezas familiares que cruzan a Elia Kazan, Tennessee Williams o Marilyn Monroe; cada uno en lo suyo, somos también lo que la peste hizo de nosotros) no se queda solamente en la idea de contar las vidas de dos grandes figuras de la época dorada de Hollywood que permanecieron juntas a lo largo de 50 años.
Otra, la pasión y la excepción: a muchos les sigue sorprendiendo que la dupla de celebridades, que hasta formalizar mantuvo su vínculo en la clandestinidad durante un buen tiempo porque él estaba casado, perdurara tanto, en un ambiente competitivo y muchas veces cruel. ¿De dónde sale esa idea? ¿Se le ocurrió a algún agente de seguros? Como si no hubiera rascacielos en suelos movedizos, como si existiera algo así como una superficie ciento por ciento sólida, bah. Contra esas supersticiones o, mejor, por encima de ellas, dos placas tectónicas con todo el cine y con toda una época encima. Con la carga de eso que es más grande que la vida en la mirada, en el cuerpo, en cada respiración.
Por eso es tan impactante que el documental, sin quedarse solamente en el idilio, recupere las zonas grises: el miedo de él porque todo el mundo prefería a Marlon Brando, por ejemplo; la forma en la que ella admite que, de haber vivido su vida otra vez, no habría tenido a sus hijos porque los actores y las actrices “no son buenos padres”.
Una más que anoto: lo que cada uno pensó apenas conoció al otro. En un momento la actriz dice que la primera vez que vio al actor en la oficina de quien más tarde sería el agente de los dos lo odió porque “parecía que había estado conservado en hielo”. Eran dos debutantes, dos potencias, pero ella ya había tenido algunos papeles (más adelante se verá que durante mucho tiempo él fue el marido de, el que acompañaba a su pareja a recibir el Oscar y aplaudía desde la platea) mientras que él apenas iba pescando roles menores que los demás no aceptaban. Un ensayo, como toda historia de amor, y una promesa en los ojos: cuando volvió a su casa, la actriz les dijo a sus compañeros de habitación que había conocido al hombre con el que se iba a casar.
Él va más allá. Habla de desenfreno, de los que, todavía amantes, chocan en ese amor ilegítimo. Que brillan en la cama y en la pantalla. Que, desde sus primeros encuentros, se estrellan: “Dejamos un rastro de lujuria por todas partes, hoteles, moteles, parques públicos y baños”. Después, casi como una reconfiguración de la famosa cita de Julia Kristeva y Philippe Sollers (“dos personas que se enamoran son dos infancias que se entienden mutuamente”) el actor subraya: “Nos reconocíamos a nosotros mismos como un par de huérfanos. Y los huérfanos tienen un gran apetito por todo”.
El documental va a volver todo el tiempo a ese espejo doble: dos infancias hambrientas, dos jóvenes pac-man que se encuentran en esa falta. Mientras el mundo los ve indestructibles, ellos buscan sobrevivir en su intermitencia, se tropiezan en la sucesión aleatoria de la que habla Newman. Se cuidan, se descuidan, se pierden, envejecen juntos. No hay comienzo, apenas fragmentos para intentar escribir un par de vidas cruzadas por un amor que encandila y enciende. Después de todo, por algo ese brillo infinito ilumina hasta hoy, por algo son estrellas y por algo, también, podrían ser las últimas.
Pasen por un nuevo Mil lianas. Una edición que, al principio o al medio, se prende y se apaga.
1. Ustedes brillan en lo oscuro, de Liliana Colanzi. No diría que están mal vistos, ni escondidos (en la tradición literaria argentina, sin ir más lejos, un mundo: de Borges a Mariana Enriquez, para ponernos arbitrarios y en extremo sintéticos). Pero a veces los cuentos no generan, sobre todo en la industria, la expectativa que provocan las novelas; ese halo consagratorio –y pavote–, esos espejitos de colores de lo completo, el cartel de llegada a la carrera literaria, una meta mastodonte.
En cualquier caso, desde este rincón mínimo levanto la bandera del cuento (los escribo con dificultad; los leo con placer) y, cuando sale algún libro nuevo de autores o autoras que suelen dedicarse a ese género, me entusiasmo. Esto me pasó con Ustedes brillan en lo oscuro (Páginas de Espuma, 2022), de la escritora boliviana Liliana Colanzi, una autora joven que por el momento eligió siempre a la narrativa breve como su forma de contar historias. De paso: con esta publicación ganó hace poquito el Premio Ribera del Duero, un galardón importante que distingue a los libros de cuentos.
En las seis historias de Ustedes brillan en lo oscuro hay peligros bien visibles, como una especie de colonia religiosa que impone sus reglas insólitas a una población agotada, hombres que abusan de mujeres, cuerpos que se van deteriorando, trabajos a todas luces insalubres. Y hay otros que el ojo humano no puede detectar, que vuelan, se cuelan en el agua, se respiran. Todos los cuentos, narrados con un estilo que parece liviano y que, sin embargo no hace más que abrirle las puertas a varios enigmas, intentan capturar algo que está en el aire, que tensiona, que parece inevitable y que atraviesa épocas.
Con el fantástico y la ciencia ficción como recurso, la autora reconstruye escenarios donde la radiación acecha, las personas corren en sus motos para llegar a cumplir con sus trabajos precarizados, las fuerzas del orden reprimen. Entonces lo que parece cotidiano se enrarece y lo raro, al mismo tiempo, se asemeja bastante a la realidad, a lo de todos los días, a las noticias que se leen en los diarios.
Hace unos días tuve la oportunidad de entrevistarla, les dejo por acá la nota que salió en elDiarioAR. Un asterisco: me pareció súper interesante la mirada que tiene sobre esto que para varios es una suerte de boom de escritoras latinoamericanas que se están destacando por estos días, especialmente en Europa.
Liliana Colanzi nació en Bolivia, en 1981. Entre otros, es autora los libros de cuentos Vacaciones permanentes (2010) y Nuestro mundo muerto (2016).
Ustedes brillan en lo oscuro, de Liliana Colanzi, fue editado por Páginas de Espuma. Por acá, una entrevista con la autora.
2. The Last Movie Stars. Como les contaba más arriba, este documental en seis partes tiene como punto de partida la historia de un matrimonio destacadísimo de Hollywood, el de Joanne Woodward y Paul Newman. Pero, por suerte, es mucho más que eso. Porque sí, están los datos biográficos, los fragmentos de las películas en las que participaron juntos y por separado, las imágenes indelebles de ellos y de gran parte del Hollywood de los ‘50 en adelante. Pero hay más.
En principio el armado de The Last Movie Stars es bien particular. La docuserie está dirigida y producida por el actor Ethan Hawke (lo vieron por acá y por allá seguro, a muchos y muchas nos hizo suspirar en la trilogía de películas de Richard Linklater, las Antes de) que fue convocado un poco al azar por la familia de la pareja cuando el mundo se encontraba paralizado por la pandemia. Hawke se enteró de que, antes de morir, Paul Newman había querido armar una suerte de memoir y que había entrevistado a gran parte de su entorno (desde su primera esposa hasta la mujer que lo acompañó por más de cinco décadas; desde los directores y actores con los que trabajó hasta aquellos con los que rivalizó). Hasta que en algún momento el actor decidió quemar las cintas de audio donde habían quedado esas conversaciones; lo único que sobrevivió fueron las desgrabaciones en texto, que las hijas del actor encontraron durante el confinamiento. Como era muy valioso todo lo que se decía ahí a Hawke se le ocurrió entonces armar la biografía compartida de las dos grandes estrellas combinando material de archivo con la lectura de esas entrevistas en las voces de actores y actrices actuales, muchos de ellos admiradores de la pareja. A Woodward, por ejemplo, la lee Laura Linney. Los fragmentos de Newman, mientras tanto, son leídos por George Clooney.
Lo que se ve, entonces, es un recorrido exhaustivo por los grandes hitos de Woodward y Newman, por los altibajos de sus vidas y sus carreras y también las reflexiones que hicieron alrededor de su amor y su trabajo. Los fragmentos de sus roles más destacados, por ejemplo, resultan muy conmovedores. Pero, además, con la mirada desde hoy, aparecen las ideas sobre la actuación y sobre el mundo del espectáculo de los actores y actrices de la actualidad.
Como todo el planeta por esos días de encierro, los vemos hacer su tarea por Zoom, mientras se suceden las escenas y las situaciones de un tipo de matrimonio mítico, ardiente, por momentos demodé (todo matrimonio es anacronismo, de alguna manera, y de ahí su encanto) en días brillantes.
Los seis capítulos de la docuserie The Last Movie Stars, producida y dirigida por Ethan Hawke, están disponibles en HBO Max.
3. Moonage Daydream. Para ir agendando, para ir poniéndole unas fichas. Por estos días se revelaron las imágenes del primer tráiler de un documental sobre David Bowie que tiene como título Moonage Daydream. En mayo la película se había podido ver durante el Festival de Cannes y por estas horas se anunció que llegará a las salas de cine del mundo a partir del 16 de septiembre.
El director del largometraje es el estadounidense Brett Morgen, quien, con el aval de los herederos de Bowie, buceó en los archivos familiares y en miles de horas –sí, no es exageración– de imágenes del músico en recitales, entrevistas y todo tipo de presentaciones.
Los críticos de los principales medios del mundo que ya pudieron ver Moonage Daydream coinciden en señalar que se trata de uno de los abordajes más interesantes y a la vez audaces sobre la figura de uno de los artistas más mutantes y más geniales del planeta. Una palabra que empieza con “a”: ansiedad.
El documental Moonage Daydream tendrá su estreno mundial en septiembre.
Banda sonora. Mientras promociona su libro/memoir Good Pop, Bad Pop (dedos cruzados para que tenga una edición por estas tierras), Jarvis Cocker lo dijo sin más vueltas: “El año que viene Pulp va a tocar en algunos conciertos”. Y aunque no se conocieron todavía los detalles –las lianas aparecen así: un estallido repentino y no se necesita más; las luces siempre encienden en el alma– la expectativa de los fans por la reunión de uno de los grupos de britpop más icónicos dio vuelta al mundo.
Los medios coinciden en señalar que el regreso de Pulp en 2023 será justo para el aniversario por los 25 años de su disco This Is Hardcore y que la banda completa se subió a un escenario por última vez en 2012.
Con esta excusa inmejorable, se suman algunas canciones y rarezas de este grupo y de su líder a nuestra lista compartida. Aprovecho también para dejarles el video de Common People, un clásico, a esta altura, y una invitación a moverse.
¡Hasta la próxima!
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