Seis de cada diez familias indicaron que sus hijos no tuvieron clases entre cinco y diez días del primer semestre de 2022. Los alumnos y alumnas de escuelas públicas fueron los más perjudicados porque duplican el porcentaje de las privadas. El principal motivo son las jornadas pedagógicas, seguida de los paros.
Según el informe “Continuidad escolar: pérdida de días de clases durante el primer semestre de 2022” del Observatorio de Argentinos por la Educación, el 60,8% de las madres encuestadas indicaron que sus hijos e hijas tuvieron interrupciones en el calendario escolar de primaria durante el primer semestre. Los números aumentan en las escuelas estatales, donde el porcentaje asciende al 75,8%, un número que duplica lo que sucede en las privadas (34,1%). Si bien en las públicas el primer motivo de días no cursados es el paro, la cifra es levemente superior a las jornadas pedagógicas. El primer caso se dió en el 32% de los días y en el segundo, en el 30%. En las privadas, en cambio, encabezan los motivos las jornadas pedagógicas (46%), los problemas climáticos (12%) y los paros docentes (12%).
En cuanto a la cantidad de días sin clase en los primeros seis meses del año, el 21% de las madres encuestadas afirmaron que sus hijos e hijas perdieron más de 10 jornadas, 18% respondió que se perdieron entre 6 y 10, y el 21% menos de 5 días
“La diferencia se debe fundamentalmente a los paros docentes. Se da más en las estatales porque las privadas logran controlar esto porque, probablemente, hay consecuencias negativas para los docentes que hacen paro. La ausencia de los docentes es más por las jornadas escolares de capacitación que no deberían quitarles tiempo de clase a los alumnos, porque eso debería estar fuera del tiempo de la clase’, le dijo a elDiarioAR Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO y coautora del informe. Además, existen otros factores que generan desigualdad entre públicas y privadas: problemas de infraestructura y de transporte.. ”Nuevamente son los sectores más desfavorecidos los que reciben menos tiempo de clase“, indica el informe.
El relevamiento, del que también participaron Gabriela Catri y Eugenia Orlicki del Observatorio, surge de la Encuesta Nacional Escolar (ENE), realizada en julio a una muestra representativa de 500 madres de todo el país con hijos e hijas en la escuela primaria (estatal y privada).
Según la especialista, Argentina es uno de los pocos países de la región que tiene un método de contratación que no contempla las horas de trabajo institucionales para docentes, algo que repercute en la pérdida de clases. “Acá siguen estando contratados por tiempo frente a alumnos y eso no incluye el pago de horas de trabajo institucional. Si ese tiempo existiera, podés hacer la jornada en ese horario. Chile, Brasil, Perú tienen esa manera, igual que Europa y Estados Unidos. Cada país tiene distintas proporciones, pero más o menos es 60% de trabajo frente a alumnos y un 40% institucional”, explicó.
El informe indica que 'en las escuelas estatales, a las que asisten estudiantes de sectores socioeconómicos más bajos, las madres reportaron en promedio más días de clases perdidos'
En términos generales, sin dividir según gestión, las jornadas pedagógicas son el principal motivo de pérdida de clases ( 31%), seguidas por los paros docentes (28%) y los problemas climáticos (13%). “En el caso de las privadas existe mucha más elasticidad y flexibilidad para inventar un espacio paralelo para la capacitación. En el caso de las públicas, debería o inventarse ese espacio o cambiar la forma de contratación docente”, detalló Tiramonti.
En cuanto a la cantidad de días sin clase en los primeros seis meses del año, el 21% de las madres encuestadas afirmaron que sus hijos e hijas perdieron más de 10 jornadas, 18% respondió que se perdieron entre 6 y 10, y el 21% menos de 5 días.
El informe indica que “en las escuelas estatales, a las que asisten estudiantes de sectores socioeconómicos más bajos, las madres reportaron en promedio más días de clases perdidos”. Tiramonti sostuvo que para bajar estos índices hay que cambiar el modo de contratación: “Llegar a ese sistema tiene su complejidad porque parece 'mucho más caro'. Pero si nosotros sinceramos nuestro presupuesto educativo y sacamos todo el gasto superfluo que hay, todo lo que parece que se gasta en docentes y no se gasta en docentes, seguramente ahí habría una economía que permitiría asumir ese gasto. Por otro lado, si eso redunda en mejores resultados educativos, en más chicos que se reciben y menos que repiten, eso también es más barato”.
CDB/MG