ENTREVISTA

Paula Bistagnino: “El Opus Dei es una mezcla de secta, con partido político, con multinacional”

Tratando describir al Opus Dei tal como se lo representa hoy, después de años de investigación periodística que la llevaron, entre otras cosas, a publicar su primer libro, Paula Bistagnino recurre a las palabras de una ex numeraria para afirmar que “es una mezcla de secta, con partido político, con multinacional”.

En “Te serviré” que acaba de ser publicado por Editorial Planeta, Bistagnino toma como hilo conductor a una de los clanes más poderosos del Cono Sur para describir los mecanismos de enriquecimiento no siempre legales utilizados por esta organización ultraortodoxa católica con un patrimonio que el periodista especializado John Allen estimó en 2.800 millones de dólares, para hacerse con algunas fortunas familiares.

Presente en 68 países esta organización acusada de elitista y sectaria, tiene cerca de 95 mil miembros en todo el mundo, el 98% de ellos laicos que hacen votos de pobreza, obediencia y castidad.

Fundada en 1928 en España por Josemaría Escrivá Balaguer –quien fuera canonizado en 2002 por Juan Pablo II a sólo 28 años de su muerte–, la organización enfrenta por estos días una causa por “reducción a la servidumbre y trata de personas” en la justicia federal argentina que tiene como imputados a cuatro sacerdotes y ex autoridades de La Obra para quienes la Fiscalía y la Procuraduría Antitrata (PROTEX) acaban de pedir la indagatoria, acusados de haber explotado a 44 mujeres durante décadas, desde que eran niñas o adolescentes.

Pero no es el único requerimiento judicial que tiene a mal traer a La Obra en Sudamérica, porque desde 2016 hay una demanda abierta en la justicia uruguaya por “abuso patrimonial” y “donaciones prohibidas de los bienes de una incapaz” en beneficio de organizaciones del Opus Dei, que hasta el 2021 tenía como acusada a la numeraria Elina Gianoli Gainza y que, fallecida ésta, ahora apunta de lleno a la organización.

Sobre esta historia a la que dedica las páginas de su primer libro –y al que seguramente se le agregarán más capítulos– conversó Bistagnino con eldiarioAR.

–¿Cómo conceptualizas hoy al Opus Dei después de todo este recorrido?

–Después de tantos testimonios y documentación pero también de no respuestas o respuestas negadoras del Opus Dei pienso –tal como como muchas personas que estuvieron adentro– que es una institución por lo menos opaca, por no decir que directamente que oculta cuáles son sus fines y de qué manera funcionan. 

Y también, a partir de mi abordaje teórico, pienso que es una matriz de funcionamiento que somete a las personas a través de, en muchos casos, la manipulación espiritual y psicológica.

–¿Qué particularidades o diferenciales tiene la implantación del Opus Dei en la Argentina en relación a otros

Una ex numeraria me dijo que el Opus Dei “es una mezcla de secta, con partido político, con multinacional”, y lo de multinacional tiene que ver con que es una organización jerárquica que intenta replicarse cual la franquicia en todos los países, sin importar su cultura y hasta con bastante desinterés por sus leyes.

Ellos funcionan en una determinada manera y así quieren hacerlo en todos los lugares donde se instalan, por eso hay una similitud o una continuidad que a mí me hizo encontrar muchísimas historias en espejo; personas que vos encontrás relatando lo mismo acá, en Kenia, en Filipinas o en México.

Después, a diferencia de otros países de América Latina donde hay una diferencia de clases mucho mayor y el Opus Dei se dedicó a una elite bien marcada, en este caso hay mucho de la clase media argentina que ha accedido a pertenecer, si bien la búsqueda de miembros siempre es dentro de las clases medias altas profesionales. En Argentina, con esa elite no tan definida, hay una expansión un poco más hacia abajo (en la escala social).

–El Opus Dei es una prelatura personal, un status único dentro de la Iglesia Católica que le otorga una gran autonomía, pero en los últimos dos años hubo un rebajamiento de privilegios dispuesto por el Papa Francisco. ¿Crees que esto tuvo que ver con las denuncias de reducción a la servidumbre de 44 mujeres?

–El Opus Dei se creó en 1928 y si bien vía el franquismo tuvo mucha capacidad lobby; no fue hasta 1982 que el Papa Juan Pablo II le otorgó esa figura única de prelatura personal que les permitió moverse de la manera como lo hicieron, implantando su estructura a cada país donde iban con gran autonomía.

En cambio, a partir de 2022, el Papa Francisco les rebajó de alguna manera esta categoría sin quitársela, sino vaciándola de contenido al eliminar los privilegios que implicaba. Además los mandó a cambiar sus estatutos de funcionamiento, que deberían haber estado listos en marzo de este año, pero cuyos borradores aún no fueron aprobados porque el Papa no está para nada conforme con lo que están proponiendo.

Y eso ocurrió no casualmente después de la denuncia pública de 44 mujeres en la Argentina que además hicieron una presentación ante el Vaticano revelando que habían sido sometidas a servidumbre durante años sin que se les pagara y vía engaño, porque las llevaban de muy chiquitas a una supuesta Escuela de Hotelería que resultaba ser después un lugar en el que se las manipulaba y coaccionaba para que se convirtieran en numerarias auxiliares del Opus Dei, la última categoría (de membresía) que implica ser una sirvienta de la organización para el resto de tu vida.

No les pagaban, no tenían horarios laborales, no tenían descanso, no tenían posibilidad de elegir dónde o en qué trabajar, se las trasladaba de provincia o país y demás cuestiones que la Justicia argentina acaba de decir que puede configurar trata de personas y explotación laboral. 

No les pagaban, no tenían horarios laborales, no tenían descanso, no tenían posibilidad de elegir dónde o en qué trabajar, se las trasladaba de provincia o país y demás cuestiones que la Justicia argentina acaba de decir que puede configurar trata de personas y explotación laboral

–¿Hubo alguna respuesta concreta del Vaticano a esa presentación realizada hace tres años?

–No hubo todavía ninguna respuesta pero, sin embargo, mi lectura y también la de muchas de las denunciantes es que estas decisiones posteriores del Papa, tienen que ver con eso y se toman como como una respuesta. 

–Cómo se gestó éste, tu primer libro, donde volvés sobre el tema del Opus Dei pero a partir de contar la historia de una familia multimillonaria, una parte de cuya herencia habría terminado en las arcas de la organización a partir de manipular la voluntad de integrantes no miembros?

–Yo ya había publicado un artículo larguísimo sobre el Opus Dei con muchísimos testimonios en una revista uruguaya muy piola, pero con la deuda como periodista de documentar eso.

Y fue muy loco porque lo publiqué en 2018 y unos meses después me contactaron los abogados de un estudio uruguayo muy importante para decirme “Paula todo lo que vos contás en ese artículo, nosotros lo tenemos documentado en una causa judicial”.

Con el “todo” se referían al modus operandi económico, cómo funciona estructuralmente a través de asociaciones civiles y una red de escribanos y abogados…o sea, todo lo que tiene que ver con la matriz económico-jurídica del Opus Dei.

Se trataba de una demanda contra una numeraria, Elina Gianoli Gainza, de parte de sus sobrinos que la acusaban de haber manipulado la herencia, o sea el patrimonio y la voluntad, de una hermana (sin hijos), o sea, la tía de estos sobrinos, para así desheredarlos y que esa herencia terminada en manos del Opus Dei.

Fui a Montevideo a ver la causa, volví, entrevisté a los sobrinos y fue la primera vez que yo sentí que tenía una historia que podía convertirse en un libro porque a partir la historia de una familia tenía la historia del Opus Dei en el Cono Sur –porque esta familia había ingresado justo cuando La Obra llegaba a Chile pero además tenía una ramificación en Uruguay y otra en Argentina– pero además una denuncia documentada con una causa judicial en el marco de una disputa por una herencia, con un montón de nombres propios.

Además de hacer voto de castidad (y por lo tanto, de no tener hijos), sus numerarios y sus numerarias tienen la obligación de firmar un testamento en favor de una asociación civil (vinculada al Opus Dei) cuando entran a la organización y ése es un ingreso que ellos se aseguran que van a tener si esas personas permanecen en la organización

–¿Sobre qué bases se construyó y se mantiene la potencia económica que tiene la organización?

–Por un lado, además de hacer voto de castidad (y por lo tanto, de no tener hijos), sus numerarios y sus numerarias tienen la obligación de firmar un testamento en favor de una asociación civil (vinculada al Opus Dei) cuando entran a la organización y ése es un ingreso que ellos se aseguran que van a tener si esas personas permanecen en la organización. 

Por otro lado, el compromiso de pobreza implica la entrega del salario o trabajar gratis, entonces también ahí también hay una construcción económica.

Además existe una presión constante sobre los miembros para que consigan más cosas, nuevos miembros o dinero por medio de una campaña para abrir un centro nuevo, para viajar a Roma porque están por beatificar al fundador del Opus Dei, para comprar un auto… Y siempre con esta mediación de la religión, de “¿qué estás ofreciendo vos?” “¡tenés que ofrecer más!”.

Hasta acá es cómo funciona la institución y, siempre que se trate de personas adultas que se comprometen a esto de manera voluntaria, no hay nada para decir al respecto, porque cada uno puede hacer lo que quiera.

Muy distintos son los casos como el que evidencia esta demanda judicial (de los sobrinos Gianoli Gainza) o como la presentada en Argentina por los familiares de Francisco Noreiko (fallecido en 2001), donde lo que aparece es que personas que no pertenecían al Opus Dei como miembros célibes, es decir, que en principio no habían aceptado estas condiciones que la organización impone a sus fieles, igualmente le habían donado sus bienes, incluso habían firmado un poder para eso estando en su lecho de muerte, como en el caso de Noreiko en Salta.

Esos casos se convirtieron en denuncias judiciales, no es que yo estoy diciendo que “me parece que eso está mal firmado”. No, son sus propias familias diciendo “esa persona no quería donar al Opus Dei, no era del Opus Dei”.

Y son muchos los relatos –aparte de esas causas judiciales– acerca de las presiones que el Opus Dei ejercía, a través de sus miembros, para ir encontrando personas sin herederos y convencerlas de alguna manera de que terminaran testando a su favor.

Si claramente lo que se ve es una búsqueda de dinero constante porque es la forma en la que ellos tenían de reproducirse porque necesitan más casas, más presencia …

–Una búsqueda de dinero y de colonizar los espacios de poder o decisión más importante en una sociedad porque una cosa replica la otra…

–Absolutamente, van de la mano: el dinero te permite acceder al poder y acceder al poder te trae más dinero, así que hay algo ahí que se retroalimenta.

–Si bien al Opus Dei le toca actualmente lidiar con un Papa jesuita que ha tomado estas decisiones de reducción de privilegios, por otro lado, este momento histórico también es de crecimiento de las ultraderechas en todo el mundo, que tienen puntos de contacto ideológicos con La Obra…

–La ultraderecha reúne a muchas de estas instituciones ultraconservadoras; pero además uno también puede encontrarse con personas con nombre y apellido que están vinculadas con el Opus Dei, por un lado, y que después aparecen dentro de estos armados (político partidarios) de ultraderecha.

En el caso del actual gobierno de Javier Milei en la Argentina, yo no puedo decir si alguien es o no es del Opus Dei porque la organización no publica la identidad de sus miembros y entonces solamente se puede saber si alguien pertenece cuando ellos mismos lo dicen.

Lo que sí se pueden rastrear vínculos entre el gobierno de Javier Milei y miembros del Opus Dei, como de tantas otras organizaciones de este tipo.

–¿Opera una especie de doble vara en la opinión pública, que dificulta pensar al Opus Dei como secta cuando se pondera la reiteración de denuncias públicas que hablan de una organización coercitiva que separa a sus miembros de sus familias y tiene normas super estrictas que parecen enfocadas en querer doblegar la voluntad?

–Absolutamente: el hecho de que sea una institución que pertenece a la Iglesia Católica, la más legítima y popular en nuestro país, en toda la región y en buena parte del mundo, impide ver esto como una secta

Sin duda que hay algo del poder de la Iglesia Católica que hacen esto más asimilable a la ortodoxia católica, que a una secta.

Muchas de las personas que pasaron por el Opus Dei, cuando salen dicen ‘bueno, yo estuve en una secta’, eso definitivamente pasa. Yo como periodista puedo reponer esos testimonios, pero es como con la denuncia de trata de personas: hace falta que la justicia lo diga porque además estos delitos tienen definiciones muy precisas.

–El Opus Dei sacó un comunicado sobre tu libro…

–Exactamente y tiene que ver con una novedad judicial que hubo tras el cierre del libro. Ellos toman algo que es una novedad judicial de la causa que yo seguí y que ellos también desconocían para, a partir de eso, intentar anular el libro en su totalidad, cuando en realidad atañe a una parte muy chiquita que está al final y que va a tener su nuevo epílogo.

Mientras tanto, para que no quede justamente como que esto no se dijo en el libro, voy a escribir un artículo contando este nuevo episodio 

–¿En qué consiste esa novedad en la demanda iniciada por los sobrinos de Elina Gianoli Gainza antes de su muerte en 2021? ¿Sigue activa esa causa?

–La causa sigue abierta y ahora apareció una revocatoria del testamento de la tía (de los denunciantes y hermana de Elina) María Luisa Gianoli Gainza que se incorporó a la causa judicial, lo cual implicaría que la familia podría recibir su herencia, en principio, y no el Opus Dei, tal como se conocía cuando yo cerré el libro. 

Claro que eso no anula la causa judicial, que es por la manipulación del patrimonio de esta mujer –una tía sin hijos que había tenido problemas psiquiátricos desde muy joven–, porque en el camino hubo muchas donaciones (en beneficio de asociaciones del Opus Dei) y versiones diferentes del testamento.

Tampoco anula todo lo que el libro cuenta en sus 220 páginas acerca de la vida dentro del Opus Dei y de cómo la institución se benefició de la fortuna de ésta y otras familias.

MAA/MG