Argentina enfrenta una grave crisis sanitaria debido a la propagación del dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos que se cobró la vida de varias personas. Con un total de 151,310 casos registrados desde la semana epidemiológica 31 del 2023 hasta la semana epidemiológica 11 del 2024, el país enfrenta una epidemia de proporciones históricas, superando cualquier precedente en términos de alcance y gravedad.
Los informes epidemiológicos revelan una situación alarmante: 325 casos clasificados como dengue grave y 106 muertes relacionadas con la enfermedad, lo que representa una letalidad del 0.07%.
El análisis detallado de la situación muestra que el dengue afectó a todas las regiones del país, con 19 jurisdicciones reportando circulación viral autóctona. Desde el norte hasta el sur, Argentina se encuentra inmersa en una crisis de salud pública que requiere acciones urgentes y coordinadas para contener su propagación y brindar atención adecuada a los afectados.
La región del Noroeste argentino (NOA) experimentó un aumento significativo en el número de casos, con picos epidémicos observados en varias semanas del período analizado. Lo mismo ocurre en la región Centro, donde se ha registrado el mayor número de casos a nivel nacional durante la semana epidemiológica 10 del 2024.
La situación se agrava por la identificación de varios serotipos del virus del dengue circulando en el país, incluidos DEN-1, DEN-2 y DEN-3. Esta diversidad genética del virus complica aún más los esfuerzos para controlar la epidemia y aumenta el riesgo de complicaciones graves en los pacientes afectados.
Además, se detectaron casos de coinfección por múltiples serotipos, lo que plantea desafíos adicionales para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades sanitarias, la situación sigue empeorando con el paso de las semanas, evidenciando la urgente necesidad de fortalecer las medidas de prevención y control del dengue en todo el país.
Cómo es el impacto del dengue según la edad
El impacto del dengue no se limita solo a la carga epidemiológica, sino que también afecta desproporcionadamente a ciertos grupos de edad. Si bien se registraron casos en todas las edades, la incidencia acumulada es mayor entre los 15 y los 64 años, con tasas que superan significativamente el promedio nacional.
Entre los casos fallecidos, se observa una distribución equitativa entre hombres y mujeres, con una mediana de edad de 47 años. Sin embargo, los grupos de edad más afectados en términos de tasas de mortalidad son los mayores de 80 años, seguidos por los grupos de 70 a 79 años, 60 a 69 años y 30 a 39 años. Esto subraya la importancia de proteger a los grupos de mayor riesgo y de implementar estrategias específicas de prevención y tratamiento para estas poblaciones vulnerables.
Las comorbilidades también juegan un papel significativo en el impacto del dengue en la población. Se observó que muchos de los fallecidos presentaban condiciones médicas subyacentes, como diabetes, enfermedad cardíaca, obesidad y enfermedades neurológicas crónicas, que pueden aumentar el riesgo de complicaciones graves y muerte.
NB