Movida de jóvenes de barrios populares

Un shopping de zona norte reforzó su seguridad para evitar una “juntada pilchera”

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Un grupo de cinco adolescentes de entre 14 y 17 años está demorado en la puerta del Unicenter Shopping, en Martínez, por empleados de la empresa de seguridad privada Securitas y personas de civil sin identificación a la vista. Tres entrarán y dos no. Son las dos de la tarde del viernes 28 de junio. Para las 15 estaba anunciada la “juntada pilchera”, una convocatoria de adolescentes del conurbano, viralizada por redes sociales, con un fin simple: exhibir entre pares prendas de reconocidas marcas deportivas en los shoppings. El antecedente más cercano podrían ser los floggers que se reunían en el Abasto y otros shoppings del país en el 2007.  

El pasado fin de semana se congregaron más de 200 adolescentes en el Tortugas Open Mall, también en la zona norte de Buenos Aires. Pero en el patio de comidas, sin que estén aún clarificadas las circunstancias, comenzó una pelea que terminó con 15 detenidos y cuatro adolescentes heridos, dos de ellos apuñalados. Antes habían intentado reunirse en el Alto Avellaneda, pero la policía y el personal de seguridad les negaron la entrada. 

La convocatoria de este viernes en el Unicenter circuló por X y era una juntada de “pibas”.

Consultados por elDiarioAR, fuentes a cargo de la seguridad del Unicenter, que pertenece al grupo chileno Cencosud, confirmaron que se “reforzó la seguridad tanto con personal de seguridad privada como policial para mantener la tranquilidad para el resto de los consumidores”. En los hechos, además de garantizar la seguridad se busca evitar que suceda un evento que incomoda a algunos vecinos y es eje de críticas discriminatorias en las redes sociales. 

“Lo más marrón que vi en mi vida”, “Más negro que convocar una juntada pilchera en un shopping y terminar a los facazos. No salimos más, salvo que armes un Estado como Bukele, hay que bajar los pactos de DDHH”, “Aprovechemos y mandemos al grupo Halcón”, “Ojalá se pudra así arrancamos la limpieza definitiva de villeros”, son algunos de los mensajes que se leen en respuesta a la movida de jóvenes del conurbano. Algunos se refieren a los chicos como “peronios”, otros responden con fotos del KKK o con la bandera nazi. 

A la 1 de la tarde un pibe de 20 años con campera de river y gorra es interceptado en la entrada. Es empleado del McDonalds del patio de comidas, está apurado porque llega tarde a su trabajo, pero no le creen y lo demoran para pedirle el documento, le revisan la mochila. 

De los cinco chicos demorados a las dos de la tarde, los tres que dejaron entrar tienen 14, 16 y 17 años. Son de Victoria. Sienten que los juzgan por la ropa. “Encima nos dicen que había juntada pilchera, nosotros ni sabíamos. Vinimos a ver una película”, dicen. Tuvieron que mostrar las entradas del cine.

Los otros dos amigos, Manuel y Jonathan, emprenden la vuelta, no los dejaron pasar. Jonathan tiene 17 años y está vestido con un conjunto de Boca, tiene un piercing en la ceja, Manuel tiene 16, una campera de Topper y está rapado en el costado de la cabeza. Son de Pablo Nogués, partido de Malvinas Argentinas. Viajaron 40 minutos para comprarse en el Unicenter unas zapatillas. “Mañana encima es la pilchera, en el terrazas de San Miguel. Quiero pasar, quiero comprar mis zapatillas”, protesta Manuel. Se trajo la plata ahorrada para unas de 47street que estuvo buscando y sólo encontró en el Unicenter. 

Dos chicas, una de 16 y otra de 17, que son de San Isidro, dicen que es la primera vez que les piden el DNI para entrar. No sabían que hoy había “pilchera”, pero conocen la movida por lo que pasó en el Tortugas Mall. Creen que está bien que haya control, se sienten más seguras. A Jonathan y a Manuel les dijeron que les negaban la entrada porque por hoy no dejan entrar menores. 

A las 14.30 llegan tres móviles de la polícia a la entrada de Paraná: un patrullero y una camioneta de la policía bonaerense, y un blindado del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la policía de la provincia que actúa en el conurbano norte, es parte de las unidades tácticas del país. En la historia de IG del perfil de las unidades tácticas de este viernes se lee el comunicado de prensa del Ministerio de Seguridad que anuncia el envío al Congreso de un proyecto impulsado por Javier Milei de baja de edad de punibilidad para menores de 13 años.  

Dentro del shopping, entre transeúntes y compradores con bolsas de Burgués, Rapsodia y Etiqueta Negra, circula policía uniformada y armada. “En las redes sociales se dicen un montón de cosas, pero de este lado estamos prevenidos. Hay muchísimo refuerzo”, asegura una empleada de Securitas. Explica que desde la coordinación de shopping aportaron refuerzos, habla de los móviles policiales y dice que los menores no pueden ingresar solos. “Grupito que vemos, grupito que vamos y entrevistamos, pero no creo que llegue a hacerse un quilombo. Esto de la pilchera es una boludez inmensa, no sé, están aburridos, lo de la pilcha ya pasó hace años, y bueno, son menores de edad, los sacamos” concluye. 

La entrada frente a la Panamericana está cerrada “por seguridad”, dice el encargado de la garita. Sólo se puede ingresar por Paraná o Edison. En Paraná, un hombre con una campera con el logo de Unicenter dice que la seguridad es por un tema de prevención porque “la semana pasada se juntaron menores en el Tortugas Mall y se generaron disturbios, entonces la policía actúa de oficio. Queremos que la gente esté tranquila”. 

Esta sábado también se reforzará la seguridad en el shopping Alto Rosario, donde está convocada otra “pilchera”. Según informó Cadena 3, además Control Urbano realizará un operativo de prevención.

Los shoppings, aunque espacios de uso colectivo, son edificios amurallados administrados por capital privado que persiguen el aislamiento del clima, los malestares del espacio público (inseguridad, pobreza, ruido) y de aquellas personas consideradas indeseables. La ambientación busca mimetizar lo público para reducir la percepción de accesibilidad restringida. La juntada pilchera se convoca en estos espacios porque encarna un ritual de doble visualización: se asiste para ver y para ser visto. Hay un flujo de poderes y resistencias en conflicto cuando el sujeto comprador –subjetivación que no se vincula a la compra misma– estigmatizado quiere acceder a la catedral del capitalismo y estar, pasear, sentirse inmerso. Los shoppings son entornos de diferenciación social, tanto para los establecidos como para los marginados. 

MR/DTC