VIH en la era Milei: menos tratamientos, reactivos y preservativos, más estigma y discriminación
“Cuando empezamos a denunciar la reducción presupuestaria destinada a VIH en redes comenzó a haber mucha respuesta que repetía lo mismo: ‘¿Por qué hay que pagarle el tratamiento a ustedes que se infectaron porque quisieron?’. La idea de ese mensaje, que se repetía una y otra vez, no se escuchaba desde los 80 o principios de los 90”, cuenta a elDiarioAR José María Di Bello, Presidente de la Fundación Grupo Efecto Positivo.
Di Bello es militante y activista por los derechos de las disidencias y la diversidad sexual. Fue parte del movimiento que impulsó leyes como la de Identidad de Género y Matrimonio Igualitario, entre otras. Es psicólogo y un referente de la temática.
“El estigma y la discrimación estuvieron históricamente asociados al VIH, recordemos que comenzó llamándose ‘la peste rosa’ o sea que siempre estuvo relacionado con nuestras identidades sexogenéricas; pero lo que vemos es que hay discursos de odio se están multiplicando y reaparecen palabras que estaban desterradas como ‘sidoso’”, cuenta Bi Bello.
Lo que vemos es que hay discursos de odio se están multiplicando y reaparecen palabras que estaban desterradas como ‘sidoso’
Horacio Barreda, miembro de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP), también considera que existe un recrudecimiento del estigma y la discriminación: “Durante la campaña, el gobierno actual comenzó a promover discursos de odio que generó que la gente nos comience a acusar de un gasto innecesario. La realidad es que aún pensándolo en término económicos, todas las falencias en la salud pública respecto a la atención del VIH lo único que generan es que se aumenten los costos por la complicación de los efectos del virus en las personas y que se incrementen los nuevos diagnósticos”, asegura Barreda.
Números que no cierran (para las organizaciones)
El Presupuesto 2025 –que todavía no fue aprobado por el Congreso– asigna para al Programa 22 (VIH; Hepatitis Virales y Tuberculosis) un presupuesto de $23.052.000.000, lo que significa un recorte de 75,72% en términos de dólares estadounidenses respecto al Presupuesto de 2023. La cifra prevista para el año próximo también representa un 54,31% menos (siempre en dólares estadounidenses) que los $42.451.555.000 propuestos –aunque no aprobados– para 2024 para este programa.
“Es preocupante observar que el presupuesto para el Programa 22 en el Proyecto de Ley de Presupuesto que persigue aprobar el Poder Ejecutivo Nacional a cargo del Presidente Milei para 2025, ha crecido sólo un 8,51% en comparación con el último presupuesto aprobado (2023), mientras que la inflación interanual acumulada de septiembre 2023 a septiembre 2024 ha sido del 209%. Además, en el año 2023 el Programa 22 significaba el 4.8% del total del presupuesto para el Ministerio de Salud, mientras que para 2025 se prevé que el porcentaje de ese Programa descienda al 0.89% del total de los recursos asignados a la Salud Pública”, describe la Fundación Grupo Efecto Positivo en un comunicado.
Desde la Fundación Huésped también realizaron un análisis del presupuesto y manifestaron su preocupación: “Cuando analizamos las metas fijadas para el Programa observamos que se planea cubrir a 66.500 personas con tratamiento, mientras que para 2023 se había proyectado llegar a casi 67 mil, pero, además, tenía separado 8.700 tratamientos para profilaxis preexposición (PrEP) y casi 5.000 para profilaxis post exposición (PeP) que no aparecen mencionados en el proyecto 2025”, detalla por su parte Leandro Cahn, Director Ejecutivo de Huésped.
“Entonces –continúa– si proyectamos que va a haber cerca de 10 mil personas en profilaxis preexposición, que es una estrategia muy costo efectiva para evitar la transmisión, y lo mismo con la profilaxis post exposición, que se usa en situaciones como rotura de preservativos o relaciones no protegidas, vemos que no alcanzaría con estos números, proyectados y que hay 9.150 tratamiento menos de los que efectivamente se brindaron en el último año que podemos ver completo que es 2023”.
Finalmente, esta proyección de tratamientos tampoco incluye los alrededor de 5.000 nuevos casos por año, muchos de los cuales serán tratados por el sistema público.
El otro tema que preocupa a las organizaciones y sociedades científicas que trabajan con VIH es la compra de reactivos para carga viral, test rápidos de VIH y pruebas de sífilis: el presupuesto prevé la entrega de 800 mil determinaciones de test rápidos y 100 mil reactivos de carga viral de VIH, 8 mil menos que lo establecido para 2023.
Respecto a la distribución de preservativos, el Presupuesto 2023 establecía la entrega de 54.720.000 en el Programa de VIH y 25.300.000 en el Programa de Desarrollo Sexual y Procreación responsable. Para 2025 el presupuesto prevé sólo 4 millones para el primero y 17 millones para el segundo.
En relación a la sífilis (que según el último boletín tiene una prevalencia de 57,7 casos cada 100 mil habitantes y preocupa su aumento) también se redujeron los reactivos: de 2.695.000 previstos en 2023, se pasa a 2.200.000 para 2025.
“Todo este análisis, que ya es preocupante, es si se aprueba el Presupuesto 2025. Ya sucedió el año pasado que no se aprobó así que puede pasar que no se apruebe tampoco éste. En este caso es mucho más discrecional qué presupuesto se entrega a cada sector, no sólo en el Programa de VIH sino para todo el Estado”, señala Cahn.
E indica que “según la Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, otras ITS y Tuberculosis, el acceso al tratamiento es universal y son responsables de garantizarlo el Poder Ejecutivo, el Legislativo y, en caso de que no suceda, eventualmente la Justicia deberá intervenir”.
El primer año de la era
Todas las fuentes consultadas afirman que durante 2024 hubo faltantes en tres pilares: tratamientos, pruebas y prevención.
“Durante 2024 el tratamiento de VIH estuvo encontrando sus primeros faltantes en algunas fórmulas que llevaron a muchos pacientes a recibir cambios de medicamento forzosos. Estos cambios no son gratuitos, ya que una vez que una droga se abandona por otra puede generar una resistencia en el virus y no poder volver más a usar el tratamiento anterior”, señala Horacio Barreda, miembro de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP).
En su experiencia esta situación afectó particularmente a jóvenes con VIH que toman “biterapia”, un formato de tratamiento con dos drogas en lugar de tres para reducir la exposición a la toxicidad de los antirretrovirales.
“Al faltar lamivudina los pasaron todos a triterapia de nuevo. También los faltantes en las fórmulas para mujeres embarazadas y pediátricas nos hacen retroceder en la erradicación de los nacimientos de bebés con VIH, cosa que se logró en otras partes del mundo pero que en Argentina estamos quedando atrás”, describe Barreda.
Katy Castillo, miembro de la Red Bonaerense de Personas Viviendo con VIH y es referenta nacional del movimiento Mujeres Positivas, también menciona que hubo dificultades en el acceso al tratamiento: “Las personas se enteraban que no estaba el medicamento cuando lo iban a retirar a la farmacia y el farmacéutico mismo les indicaba que hablen con el infectólogo para cambiar el esquema de tratamiento porque había faltantes. En la actualidad sabemos que se está tratando de normalizar”.
Las personas se enteraban que no estaba el medicamento cuando lo iban a retirar a la farmacia y el farmacéutico mismo les indicaba que hablen con el infectólogo para cambiar el esquema de tratamiento porque había faltantes
Respecto al tratamiento que se utiliza en personas gestantes, Castillo explica que se trata de zidovudina en ampolla, y que en las últimas semanas ingresó la compra que estaba pendiente por lo que ya se está distribuyendo por región sanitaria.
“Esperamos que esté normalizado a la brevedad. Estamos contentas porque el impacto que puede tener suspender estos tratamientos de profilaxis para las compañeras viviendo con VIH que están embarazadas podría ser terrible”.
Respecto a las pruebas, en la actualidad hay faltante de pruebas de carga viral: “En este momento sólo se está haciendo prueba de carga viral (es decir, cantidad de virus), en personas recién diagnosticadas y embarazadas; es decir que no se está pudiendo hacer la prueba de control anual”, detalla por su parte Miguel Pedrola, Director Científico para Latinoamérica y Caribe en AIDS Healthcare Foundation (AHF).
Castillo agrega que no contar con estos reactivos para medir CD4 (defensas) y carga viral no es menor: “Estas pruebas anuales sirven para que las personas con VIH puedan saber si el tratamiento que están realizando es efectivo, más teniendo en cuenta el cambio de esquema que muchas personas tuvieron que hacer”, afirma.
En cuanto a la prevención, todas las personas entrevistadas son contundentes: no hay preservativos. “No se entregaron en todo el año, de hecho tuvimos que compartir de nuestro stock para ayudar a organizaciones aliadas”, cuenta Barreda, y lo mismo relatan desde Huésped y AHF.
Avanzar hacia el pasado
Entre el 10 y el 13 de noviembre pasado se realizó el HIV Drug Therapy Glasgow, un congreso internacional sobre tratamientos para VIH que se realiza cada dos años en la ciudad escocesa. En este encuentro, Argentina presentó un trabajo liderado por la Fundación Huésped en el que se demostró que es posible tratar con sólo dos drogas a personas que transitan un cuadro avanzado de infección por VIH, lo que marca un nuevo hito en los tratamientos ya que el actual consta de tres medicamentos.
Otros ejes del Congreso fueron los avances hacia la cura, los resultados de los tratamientos prolongados, las mejores estrategias en poblaciones específicas como personas mayores, gestantes, etc.
La ciencia avanza y generó hace tiempos las condiciones biológicas para frenar la pandemia de VIH. En efecto, hace ya varios años que se comprobó que una persona en tratamiento con su carga viral indetectable no transmite el virus, lo que se conoce como I=I (indetectable=instransmisible). Esto implica que si la mayoría de las personas con VIH supiera que tiene el virus y se tratara adecuadamente el mundo podría experimentar un descenso drástico de nuevos casos.
¿Por qué no pasa? En una entrevista por el 40 aniversario del descubrimiento del virus, la infectóloga Isabel Cassetti y su par Pedro Cahn –referentes científicos– respondieron sin dudar: La pandemia de VIH no termina por las desigualdades sociales y el estigma.
Desde su juventud y activismo comunitario, Horacio Barreda coincide: “En una época donde deberíamos estar hablando de las innovaciones en tratamientos que ya están disponibles en muchos países como el auto test del VIH o el tratamiento inyectable cada tres meses, en Argentina se están volviendo a abrir debates ya saldados y estamos yendo marcha atrás de manera criminal a costas del sufrimiento de mucha gente”, concluye.
NC/MG
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