En el programa “¿Quién da mas?” (Storage Wars) un grupo de personas pujan por trasteros abandonados. Tras echar un vistazo a su contenido, ofrecen una suma de la que esperan sacar un beneficio tras revender todo lo que encuentren dentro. El gancho del reality estadounidense es mostrar a los compradores hallando verdaderos tesoros enterrados entre la basura. Ahora un nuevo fenómeno viral está tirando el mismo anzuelo narrativo, pero recurriendo a las compras de cajas misteriosas con devoluciones de Amazon. Una verdadera mina de oro, según algunos tiktokers.
Las devoluciones de Amazon son lotes de productos en liquidación que los clientes de la multinacional de comercio electrónico han decidido devolver. ¿Por qué? Ahí está la clave del juego. Un gran número de vídeos compartidos en la red social china y otras como Instagram aseguran que buena parte de los objetos están en los lotes de liquidación debido a fallos en el envío o nimiedades que no impiden que se usen con normalidad, explican.
Comprar devoluciones de Amazon tiene varias particularidades. Una es que no se puede elegir lo que se compra. Los productos se agrupan en lotes preparados que Amazon vende a empresas especializadas. Los lotes tienen diversos tamaños y precios. La única referencia de lo que habrá en su interior es la categoría de producto: electrónica, deportes, ropa, calzado, belleza, hogar, etc. El revendedor que se los compra a Amazon informa del coste de venta al público que tendrían esos artículos y lo ofrece a un precio de liquidación que normalmente está en torno a un cuarto de su valor original.
Otra característica de estos lotes es que no se puede conocer de antemano cuántos productos tendrán deficiencias ni en qué consistirán estas: si se trata de un pequeño problema estético o si es un problema que convierte el objeto en un pisapapeles al hacerlo prácticamente inservible. El proceso se convierte así en una especie de apuesta. Si sale bien se podría ganar dinero con la reventa de los productos. Si sale mal se habrá comprado basura. Los vídeos más virales aseguran que lo más habitual es que esté casi todo nuevo.
Las devoluciones de Amazon se han viralizado hasta el punto de ser uno de los temas más de moda entre los influencers que explican supuestas formas de ganar dinero con métodos alternativos. Muchos de ellos son adolescentes que han copiado el estilo de los gurús que divulgaban los beneficios de las criptomonedas. Otras, son esos mismos gurús reconvertidos en especialistas de la compraventa de liquidaciones. Promocionan grupos privados de Telegram donde dan consejos exclusivos e incluso cursos sobre cómo ganar mucho dinero revendiendo productos devueltos en Amazon.
¿Han descubierto estos tiktokers una vía para hacerse con productos de Amazon a un cuarto de su coste? ¿De verdad está todo nuevo? Según lo que explica multinacional del comercio electrónico, es poco posible. Principalmente porque todos los productos que se devuelven nuevos... se vuelven a vender como nuevos en Amazon. Y si están bien pero han sido abiertos o tienen pequeñas imperfecciones... se venden en Amazon como productos de caja abierta o de segunda mano.
“En Amazon, cada artículo devuelto pasa por un proceso de inspección detallado, que se aplica tanto a los artículos vendidos originalmente por Amazon como a aquellos que enviamos en nombre de nuestros colaboradores comerciales”, explica un portavoz de la compañía a elDiario.es. “Si el producto está nuevo y cumple con nuestros altos estándares de calidad, el artículo se etiqueta como ”nuevo“ y se vuelve a poner a la venta. De hecho, la mayoría de los productos devueltos se pueden volver a vender de esta manera”, revela.
Si el producto está nuevo se vuelve a poner a la venta. De hecho, la mayoría de los productos devueltos se pueden volver a vender de esta manera
En caso de que el producto no pueda volver a venderse como “nuevo” se abren varios caminos. “Los artículos devueltos que hayan sido vendidos por Amazon y no sean elegibles para volver a venderlos como nuevos pasan por inspecciones más detalladas para determinar cuál es su próximo mejor uso: devolución al proveedor, reventa como producto usado / de caja abierta ââa través de Amazon Warehouse o donación a entidades benéficas”, explica el mismo portavoz. Warehouse es la denominación de la compañía para su división de productos reacondicionados.
Solo en el caso de que el producto no pueda ser reacondicionado o vendido como usado entra en su canal de liquidación. Para los artículos que son vendidos por terceros a través de Amazon la multinacional ofrece una ruta similar. Finalmente, Amazon forma lotes de productos similares y los vende a empresas que se especializan en comprarlos o subastarlos.
Esas empresas no solo trabajan con productos de Amazon, sino con la mayoría de las plataformas de comercio electrónico. Hasta ahora su principal negocio era la venta al por mayor, ya fuera en comercios de segunda mano o tiendas especializadas: una zapatería puede dar salida a un gran lote de productos de la categoría “calzado” incluso si tiene que descartar aquellos con taras. Sin embargo, ahora se ha popularizado como vía para encontrar chollos en el comercio al por menor.
“No es lo que se ve por redes”
La locura por las devoluciones de Amazon ha saltado de las redes a la calle con tiendas especializadas en revenderlas. El eslogan es el mismo: busca entre los paquetes misteriosos y encuentra tesoros. La más conocida abrió a finales de febrero en Leganés. “Vi en la tele que la gente hizo cola desde dos días antes para ser los primeros en entrar”, explica a este medio una clienta a la salida del establecimiento. “No sé si viniendo el primer día puedes encontrar algo... desde luego venir hoy no tiene sentido”, avisa.
“El primer día” es importante porque en este outlet los productos tienen un ciclo de vida semanal. El viernes llegan las cajas con las devoluciones y se ponen a la venta a un precio por unidad de 15 euros. Después el precio va bajando progresivamente hasta el jueves siguiente, cuando todo vale 1 euro. El viernes se repone de nuevo y el ciclo vuelve a empezar. Tanto el jueves como el viernes se forman colas de docenas de personas que esperan desde la madrugada para encontrar chollos.
La empresa se ha hecho popular tras viralizar varios vídeos en los que muestra a sus clientes llevándose productos que valdrían cientos de euros en el mercado. El por qué fueron devueltos es una sorpresa que los compradores descubrirán en algún momento, pero tanto influencers como vendedores aseguran que a la mayoría no les pasa nada o tienen “pequeñas taras”. El éxito del modelo ha hecho que esta empresa, creada por dos empresarios chinos en diciembre de 2022, ya haya abierto un segundo establecimiento mayor en Parla.
elDiario.es visitó la tienda de Leganés un martes y el sentimiento general a la salida era el desengaño. “No es lo mismo que en TikTok, me esperaba otra cosa”, dice una joven que ha venido acompañada por su pareja. “No es lo que se ve por redes, casi todo es basura. Pero si buscas bien puedes encontrar alguna cosilla”, añade. Ellos han comprado un soporte para carga inalámbrica y una gofrera. Como es martes, cada artículo les ha salido a cinco euros, aunque avisan que la gofrera seguramente termine en Wallapop. La propia tienda promociona esta posibilidad.
“Muchos de nuestros clientes realizan cada semana varias compras en nuestra tienda para obtener un beneficio añadido. Aquí podrás encontrar cientos de productos de alto valor a un precio ridículo. Nuestros clientes aprovechan estos precios para revender en plataformas como Wallapop o Milanuncios...”, afirman en su web. elDiario.es ha intentado contactar directamente con los responsables de la empresa pero esta no tiene ninguna vía de contacto disponible. La encargada del local prefirió no contestar al requerimiento.
Ricardo ha venido con su hijo. Es la primera vez que vienen y salen con las manos vacías. “Nos ha dado mala impresión. Está todo roto, hay que ir rebuscando en busca de las piezas de cada cosa. Dicen que no se pueden abrir las cajas pero luego está todo abierto... muy mal”, cuentan. ¿Volverán? “Supongo que viniendo pronto la cosa cambia. Vivimos cerca y quizá probemos algún otro día”.
En el interior de la tienda hay una zona con enchufes y cargadores de diferentes formatos para conectar los productos electrónicos. Esto permite comprobar si el aparato reacciona a la corriente. No obstante, en el caso de dispositivos más complejos como móviles o televisiones, resulta insuficiente para descubrir si realmente funcionan bien. Como todo lo que rodea a este fenómeno viral, todo tiene un componente de inversión-apuesta, ya que el establecimiento no permite devoluciones ni cambios.
Pese a ello, la tienda asegura en su web que “la gran mayoría de nuestros productos son totalmente nuevos, hay pocas devoluciones”. Presumen de ser “una idea de negocio nueva y única en el mundo de las liquidaciones” y que el caos que impera en los productos es parte de la experiencia: “La gracia es que nuestros clientes busquen grandes oportunidades entre los productos. Nunca sabes lo que puede haber debajo de algo que nunca comprarías”.
¿Cómo llegó esto a España?
“Nosotros comprábamos al por mayor a una empresa de subastas que gestionaba las devoluciones de Amazon. Comprábamos camiones enteros que vendíamos a tiendas y a algún particular. Lo vendíamos muy barato, al 25% del precio de mercado, pero sin revisar. La tienda surgió porque empezaron a subir familiares y amigos a la nave y querían uno una plancha, otro no sé qué, otro no sé cual. Abríamos un palé para servirle y el resto de productos del palé los vendíamos en Wallapop. Al final me cansé de que subiera la gente a la nave y decidí abrir una tienda”.
Así explica Javier Hernando, responsable de la tienda The Good Packets, como se originó uno de los establecimientos más de moda en Burgos. Fue uno de los primeros que se especializó en la reventa de artículos de las grandes superficies de comercio electrónico. Su estrategia es, no obstante, muy diferente a las que se han puesto de moda en los últimos meses. En ella cada producto tiene un precio (un 25% menor que el que tendría nuevo) y se comprueba que funciona correctamente antes de ponerlo a la venta.
“Nosotros vendemos productos de primera mano, sin estrenar o sin embalaje. El resto se vende por aplicaciones de segunda mano”, detalla el empresario, que revela que está asesorando a otras personas interesadas en utilizar su marca y su modelo de negocio que podrían abrir próximamente en otras ciudades de España. “Nosotros no vendemos cajas sorpresa como los que están abriendo en Madrid o en Alicante. Al final no sé cuántos iPhones podrán vender por 15 euros”, ironiza.