Cuando la sociedad estallaba en Chile en octubre de 2019, en el Uruguay celebraban los cien años de la publicación de Las lenguas de diamante. Juana de Ibarbourou había dedicado en 2019 este libro, acaso la más espléndida de sus compilaciones de poemas siempre esplendorosos, a “su compañero”. Si la voz y el gesto de la unión heterosexual en soltería siguen siendo novedosos hoy, lo eran cien veces más hace más de un siglo.
Compañero y compañera eran las palabras con las que el candidato Gabriel Boric se dirigía a su electorado hasta que el domingo fue elegido nuevo presidente de Chile. Vencedor, triunfante, ahora el diputado frenteamplista y ex líder estudiantil de 35 años prefiere hablarle a cada chileno y chilena, pero en la noche de su primer discurso como mandatario electo agradeció en público el acompañamiento de, precisamente, su compañera, es decir, ni su esposa ni la madre de los hijos que no tiene.
En 1919, ‘Juana de América’ le escribía a su compañero en ese libro: “Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes / Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes”. Y también: “Tómame ahora antes que anochezca / Y se vuelva mustia la corola fresca. // Hoy, y no mañana. Compañero, ¿no ves / Que la enredadera crecerá ciprés?”.
Aunque por ahora se ven alamedas y no cipreses en el horizonte de Chile.
1. Diamantes y brillantes
En la década de 1980, en las clases medias chilenas, las mujeres imitaron su estilo, en especial los prendedores, que brillaban muy bien en la televisión en blanco y negro. En la última década, su acción de beneficencia se deslució para siempre, devolvió millones de pesos y centenares de inmuebles mal habidos o deficientemente administrados (para el prójimo, un poco menos para el propio peculio). El 8 de julio de 2016, Lucía Hiriart de Pinochet renunció a la presidencia del directorio de la Fundación de Apoyo Social, heredera del patrimonio de CEMA Chile. Su último -y sorpresivo acto público- se produjo el 10 de diciembre de 2019 en la Fundación Pinochet, donde se conmemoró el décimo aniversario del fallecimiento del dictador.
No sin la magnífica ironía de Dios, aquella la mujer de ‘mejor familia’ casada a sus 19 años con Pinochet en 1946 murió, a los 99 años, impune, esta semana. No faltó quien festejara con champagne (no, no Gabriel). Con puntería, Lucía Hiriart dejó el mundo antes de cumplir un siglo de edad, y la noticia llegaba el mismo día en que estaban cerrando las campañas del balotaje presidencial chileno votado el domingo 19.
2. Mujeres dieron a Roma reyes,
escribió el satírico español Quevedo en su biografía, publicada en 1644, del romano Marco Bruto, uno de los asesinos de César. A Chile, las mujeres dieron presidente en el balotaje, según establecen los algoritmos de algunos analistas. En la segunda vuelta electoral chilena, el voto femenino creció un 10% más que en la primera del 21 de noviembre. Por Boric votó el 63% de las mujeres menores de 30 años y 67% de las de la franja entre 30 y 50 años, determinante para los 12 puntos de ventaja que le sacó a su rival derechista José Antonio Kast. Según la fórmula de Michael Shifter, presidente del Diálogo Inter-Americano, “Boric es un líder posmoderno, que refleja el cambio generacional y combina una gran atención a la agenda social con la de inclusión y diversidad”.
3. El milagro chileno
Tal vez el dato más asombroso, menos previsto y ya por sí solo auspicioso de la elección presidencial chilena sean los 1,7 millones de personas que fueron a votar en la segunda vuelta que no había ido en la primera, en un país donde votar es un derecho que no conlleva deber ni obligación. Fue la participación más alta desde 2012, cuando el voto dejó de ser obligatorio (eran tiempos de la primera presidencia del actual presidente saliente, el centro derechista Sebastián Piñera). Y mérito de la campaña de Boric, si no lo es de su figura y de la poderosa memoria del ‘estallido social’ de octubre de 2019.
4. El comunismo de las altas cumbres
Los plebiscitos y las elecciones convencionales, primarias, regionales, legislativas, presidenciales, que a lo largo de dos años, y en simultáneo con la pandemia, se escalonaron en Chile según el calendario de la democracia de los últimos 30 años y según el de la nueva que inaugura la convocatoria de la Convención Constitucional plebiscitada que redactará la nueva Constitución de aquí a julio, dejaron atrás un paisaje después de las contiendas donde hay protagonistas y antagonistas nuevos, y un tendal de víctimas políticas, caídas, o en retirada hacia la jubilación, la efemérides, la irrelevancia o la inmortalidad de retener un sello útil en corridas de inscripción de futuras candidaturas.
Todos los viejos partidos de Chile del siglo XX y aun los supérstites del XIX se volvieron nombres vacíos, y los oídos empiezan a acostumbrarse al Partido de la Revolución, el Partido de la Gente, Convergencia Social, Comunes, que además ya empiezan a tener historia, a mudar de nombre, a fusionarse con Frentes como el Amplio, con coaliciones electorales como Chile Digno, o, más amplia, Apruebo Dignidad, a coligarse, no siempre del mismo modo, en el doble tablero de los poderes simultáneamente actuantes constituido y constituyente.
Todos, menos uno: el Partido Comunista, fundado en Chile en 1912, más de 110 años atrás. Hay muchas razones para esta pervivencia. Algunas, como las de la Iglesia Católica en medio del medrar de iglesias evangélicas, en las virtudes específicas de la buena organización ‘empresarial’ o propiamente institucional. Hay un mérito particular, específico: una constante y una singularidad. Que hermana al Partido Comunista con el Presidente que lo enfrentó en las primarias presidenciales. El comunismo tiene el más recargado CV en cuanto respecta a activismo militante en Educación pública. Existe una tradición comunista de una experiencia perpetuamente revisada, corregida, y perfeccionada por la actualidad, en las asociaciones juveniles de la enseñanza pública media y superior, tanto estudiantiles como de los diversos niveles gremiales del cogobierno escolar y universitario.
Una estudiante de Geografía de perfil amonedado, Camila Vallejo, fue la efigie y la articulada portavoz, la imagen y la palabra, de las reivindicaciones universitarias de los últimos quince años. Su carrera política la llevó al Congreso, y si no se presentó a reelección de su banca de diputada, fue para quedar disponible para el cargo en el Gabinete o la Administración que el ex líder estudiantil ‘izquierdista’ que hoy es el compañero Presidente. Desde la década de 1960, en la Universidad chilena, como en Europa Occidental, como en casi toda América Latina, el PC veía formarse a su flanco una nueva izquierda, que podía ser su peor enemiga y su mejor aliada. Y, a diferencia del izquierdismo, a diferencia del propio Boric, las juventudes comunistas incluían en su disciplina la autoexigencia académica, que las dotaba de diploma y formación tempranos. Además de Vallejo, la otra gran figura del PC y de las luchas estudiantiles es Karol Cariola, diputada.
5. Y también de los bajos fondos
Otra especialización de ‘post grado’ juvenil comunista es el trabajo comunitario en áreas urbanas (antes que en poblaciones, las villas chilenas) empobrecidas, históricamente céntricas pero relegadas y decaídas. Es así que el arquitecto y sociólogo comunista Daniel Jadue, el rival de la interna de Apruebo Dignidad sorpresivamente derrotado por el moderado ‘izquierdista’ Boric, es alcalde de Recoleta. Y la ingeniera comercial y economista Irací Hassler de Santiago Cent
El presidente Sebastián Piñera gobierna, en el palacio de La Moneda, el bombardeado en 1973 por Pinochet, que después lo reconstruyó, rodeado por un territorio literalmente dominado por autoridades locales comunistas. Con un enorme poder local. Para evitar que los impuestos y recursos de los ricos se drenaran fatalmente a subvenir las necesidades de los pobres, la región metropolitana y la superficie urbana de Santiago se encuentran divididas en comunas, independientes las unas de las otras como las intendencias municipales del conurbano bonaerense en Argentina.
6. Mientras hay quien aguarda en el frío
Una pieza teatral de Máximo Gorki, Los bajos fondos (1902), alertaba con fruición sobre la idoneidad de los arrabales internos de las ciudades superpobladas, sobreexplotadas y liberalizadas para el crimen o la revuelta de las clases (a veces ya forzadamente no) laboriosas pero por siempre peligrosas. De esos subterráneos y sótanos pre 1917 poca memoria bolchevique parece circular por las democráticas calles moscovitas o peterburguesas post 1989. Pero la memoria que en Rusia arde como la nieve es la de la Unión Soviética. De hecho, el PC es para Vladimir Putin un opositor amistoso, más confiable que un camarada de rutas y encrucijadas. En algo coinciden: en su impaciencia ante las mutilaciones territoriales que sufrió la URSS, y mucho más el divorcio de ex repúblicas socialistas con poblaciones rusófonas.
7. Menos bolcheviques que soviéticos
Rusia lleva semanas reforzando su presencia militar en la frontera con Ucrania. Desde Ucrania, crecen los temores de una invasión rusa que termine en guerra. Desde Rusia, argumentan que es un movimiento disuasivo para frenar el avance de la OTAN en dirección a Moscú.
Casi la mitad de la población ucraniana tiene parientes en Rusia, lo que vale, por lo tanto, también viceversa. “Mi mujer es ucraniana, ¿por qué tengo que detener el auto en la frontera, ahora?”, le dijo en 1998 a este niusletrista Gennadi Andréyevich Ziugánov. Líder del PC ruso (que ya no era PCUS) desde 1993 hasta hoy, me dio en mano una tarjeta personal con anotaciones en anverso y reverso, invitándome a almorzar, anticipatoriamente, en Moscú o en Kiev. Esto ocurría al final de una entrevista, en la porteña avenida Entre Ríos, en la que habría sido antigua mansión de la familia, oligárquica, provinciana, del abogado tucumano Rodolfo Aráoz Alfaro, afiliado (y apoderado) del PC argentino, cuyo libro El recuerdo y las cárceles (1967) prologó Pablo Neruda, el poeta comunista chileno, cuyo Premio Nobel de Literatura de 1971 festejó su cincuentenario en diciembre junto a la victoria presidencial de Gabriel Boric.
8. El número de las arenas
Una magnitud tan enorme y monótona como la de los granos arenosos del desierto de Libia. Esta era una imagen de la literatura clásica, para aludir no a lo infinito, pero sí a lo innumerable, como los besos de Lesbia a su amante Catulo. Este poeta latino vivió en el período de Julio César, un militar apuñalado con la excusa de que era, o iba a ser, un tirano insufrible. Con pareja certeza de que el asesinato es justo para acabar con líderes apenas decidimos que son dictadores, el gobernante tercermundista libio, el coronel Muamar el Gadafi, de posiciones consonantes a la tercera posición del argentino coronel Perón, murió asesinado a quemarropa en octubre de 2011. Fue sin defensa ni sentencia cuando las libertades que en 1989 el presidente republicano blanco Bush Sr había insuflado en Europa del Este fueron sopladas en África del Norte en 2011 por el demócrata negro Obama.
Si la ejecución sin acusación ni juicio sirve como aurora primaveral de una república, ese sol de noche nunca conoció mediodía en la ex colonia italiana de Libia, que se extiende desde el mar Mediterráneo hasta los desiertos centroafricanos. La guerra religiosa o sectaria en un país islámico y laico, la muerte violenta, el caos consecuente o precedente, la pobreza de un país petrolero, las venganzas facciosas enardecidas por los crímenes que había que cometer para justificar la violencia y las armas de las facciones cada vez más vengativas, el recrudecimiento de la intervención humanitaria o mercenaria internacional pero occidental que nunca eludía tomar partido, aunque jamás se sintiera obligada a tomar siempre el mismo, o a limitarse a tomar uno solo, hicieron que el número de los fracasos de instaurar por fin una democracia de primavera árabe presentable fuera el de las monótonas arenas de Libia.
9. La democracia no alumbrará Nochebuena
El presidente de la Comisión Electoral Suprema libia, Imad al-Sayeh, informó hoy al Parlamento desplazado en la ciudad de Tobrouk (este) de que es imposible celebrar los comicios presidenciales y legislativos el próximo 24 de diciembre, la fecha fijada hace más de un año dentro del plan de paz y reconciliación nacional impulsado por la ONU. En una carta dirigida a la Cámara, el responsable anunció, asimismo, que tanto él como la junta directiva renunciaban asimismo a sus funciones “como estipula el mandato” que el Gobierno Nacional de Unidad transitorio (GNU) le había concedido para organizar los comicios.
Hay que decir que a sus vecinos no les va mejor desde aquel florecimiento y aquel jubiloso vandalismo televisado de mansiones de caudillos antes subvencionados, como anticomunistas, por Washington. El francófono Túnez, el modelo de éxito primaveral de democracia en árabe laico, va hacia un régimen sui generis de despotismo ilustrado y geronte. Egipto se debate entre el fundamentalismo islámico y el prebendalismo militar, que al menos coinciden en perseguir al cristianismo copto. Y las francófonas potencias de la república ex socialista de Argelia y del reino monárquico de Marruecos rompieron relaciones entre sí y están casi al borde de una guerra. Y las orillas del Mediterráneo sur siguen siendo el puerto sin muelle ni navío de la migración hacia las orillas del norte, en especial la más expuesta, más cercana, más geográficamente accidentada ex metrópoli colonial, la insular y peninsular Italia.
10. Aunque Año Nuevo traiga el pan bajo el brazo para Brasil (y para sus políticos)
El Presupuesto brasileño de 2022 fue aprobado en el último día de sesiones del Legislativo antes del receso de fin de año y en votaciones separadas de la Cámara de Diputados, en el que el proyecto de ley recibió 357 votos a favor y 97 en contra, y del Senado, en donde contó con 51 votos favorables y 20 contrarios. La ley de Presupuesto 2022 incluyó el millonario programa de distribución de subsidios a las familias más pobres propuesto por el presidente Jair Bolsonaro en pleno año electoral y un criticado aumento de los recursos destinados a las campañas políticas.
Al menos, el año próximo lucirá más seguro en Brasil. O eso profetizó el Presidente. Por pedido expreso del propio Bolsonaro, una reserva de 1.700 millones de reales (unos 298,2 millones de dólares) irá para garantizar un aumento salarial de los agentes de la Policía Federal.
El beneficio para los policías federales, considerados en su gran mayoría como electores del líder ultraderechista, fue criticado por los demás funcionarios públicos, cuyos salarios han estado congelados por varios años. Pero el año que viene es electoral, y, como ha insistido “El mundo es azul como una naranja”, Newsletter de Política Internacional de elDiarioAR.com cuya penúltima entrega de 2021 les llega hoy aquí y así, el favorito para ganar las presidenciales de octubre era, y sigue siendo, el ex presidente y candidato petista Luiz Inácio Lula da Silva.
Pero Bolsonaro quiere ser reelegido. Como el muchas veces reelegido jefe de Gobierno derechista Silvio Berlusconi busca, ahora, a sus saludables 85 años, cumplir una promesa que le hizo a su madre y quiere ser elegido jefe de Estado. El magnate milanés, análogo mayor del multimillonario santiaguino Piñera, está en campaña en Roma para ser presidente de Italia.
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