En Phoenix las adoran, y hay sobrados motivos para semejante vínculo. Cada vez que las Golden Grannies salen a la cancha de los Suns, el equipo de la NBA que representa a la ciudad, bajan las ovaciones y los aplausos; y se multiplican las muestras de cariño, admiración y respeto. Y sobre todo el orgullo de ser la ciudad que tomó hace 16 años la iniciativa de ofrecer, como entretenimiento adicional a un partido de básquet profesional, un show de música y baile interpretado por un grupo integrado exclusivamente por abuelas.
Vestidas con sus pantalones dorados y sus remeras negras salen a ocupar el mismo lugar donde brillan jugadores como Chris Paul, Devin Booker y Deandre Ayton, y en el pasado estrellas como Charles Barkley y Steve Nash. Y no lo hacen nada mal.
El aumento de las opciones para ver las transmisiones de los partidos (tv, internet, smartphones) y el incremento de los precios de las entradas son dos problemas con los que las franquicias deportivas tienen que lidiar a diario. Por eso están buscando permanentemente opciones para darle valor agregado a los partidos y ofrecerle al espectador entretenimientos adicionales, como las mascotas (la de Phoenix es el famoso Gorilla), los DJs, los juegos (con importantes premios para los asistentes) y otros, como las Golden Grannies.
Sumer Meyer es la Directora de Danza y Entretenimiento de la franquicia de Arizona. Cuenta que la idea empezó a germinar en 2005. “Ese año los directores de entretenimiento de los Suns viajaron a Miami y fueron a ver la actuación de un grupo de baile senior, que al finalizar su coreografía recibió una gran ovación”, recuerda. “La idea gustó mucho y cuando regresaron a casa, empezaron a darle forma al proyecto. Comenzaron las audiciones para bailarinas senior y en noviembre se formó un primer grupo de 12 abuelas”, continúa.
La primera actuación de las Golden Grannies fue dos meses después, exactamente el 22 de enero de 2006. Bailaron al ritmo de Ain't No Hollaback Girl, un éxito de Gwen Stefani que fue número 1, y un par de otras canciones. “El lugar estalló en aplausos y el éxito fue instantáneo”, se emociona Meyer. Lamentablemente ese día el equipo perdió de local con los Seattle Supersonics (hoy Oklahoma City Thunder) 152 a 149 en un partidazo.
Entonces los Phoenix Suns jugaban en otro estadio, el América West Arena (el estadio actual se llama Talking Stick Resort Arena), y esa temporada iban a conseguir el paso a los playoffs de la temporada 2005/2006 para perder la final de la Conferencia del Oeste contra Dallas Maverics. Las Golden Grannies siempre estaban allí.
La idea llamó la atención de los medios y varios diarios, radios y canales de televisión las entrevistaron. La cadena CBC se metió con sus cámaras en un ensayo para conocer la intimidad de los trabajos del grupo previos a los partidos. Todos querían conocer a esas abuelas.
En general, sus actuaciones están programadas para alguna interrupción del juego que haya durante el primer cuarto del partido, cuando alguno de los directores técnicos piden tiempo fuera. Obviamente sus movimientos no tienen nada que ver con los de las porristas veinteañeras, que parecen de goma cuando bailan. Pero salta a la vista que ese no es el objetivo del grupo.
Las abuelitas ensayan oficialmente dos veces por semana en sesiones de dos horas cada una. También practican sus rutinas solas y a veces algunas se juntan en una casa para hacer ensayos adicionales y reforzar ideas.
“Muchas de las abuelas han sido bailarinas cuando eran jóvenes, pero algunas son nuevas en esta actividad”, explica Meyer, quien además es la coreógrafa del grupo junto a otras dos bailarinas de los Suns. “Como mi puesto lo indica, también selecciono su música y me aseguro de que sus rutinas se adapten al partido específico que le toca jugar al equipo de básquet ese día”, agrega.
En cuanto a la vestimenta, el dorado prevalece en los pantalones y el calzado: “Hemos elegido ese color durante varios años y nos encanta el aspecto que les da. Los pantalones se los hacemos a medida y los combinamos con una bonita remera negra o blanca”, describe Meyer.
Sus actuaciones están previstas para cuando el equipo de los Suns juega de local en el Talking Stick Resort Arena. Sin embargo, en algunas ocasiones las Golden Grannies han sido invitadas a participar en otros eventos deportivos de ligas de fútbol americano indoor, básquet universitario femenino y otros. Este año se las vio bailando por las calles de Phonix, el 17 de marzo, en los festejos por el Día de San Patricio. Ellas van encantadas a todos lados.
Es muy común que el amor y la admiración que sienten por ellas los fans de los Suns y la Ciudad entera se vean reflejados en las redes sociales. Muchos se acercan para sacarse selfies con las abuelitas y las suben a Facebook, Twitter o Instagram con emojis como corazones y besos. Una de las estrellas de los Suns, Devin Booker, publicó uno en su cuenta de Twitter.
Todos los años, durante los meses de verano cuando es temporada baja en la NBA y no hay partidos, la organización de los Phoenix Suns inicia las audiciones para incorporar nuevas abuelitas al equipo. Actualmente el grupo tiene 32 integrantes.
Todos los años se renuevan. Algunas se van. Otras se incorporan. Las que se van siguen ligadas al grupo como “egresadas”. Y así la comunidad va creciendo año tras año. Sus familias están firmemente comprometidas con el proyecto y orgullosas de que “la abuela” sea parte del grupo.
Como todas las franquicias de la NBA, Phoenix Suns maneja salarios millonarios, presupuestos gigantescos y contratos de publicidad enormes, todo sujeto a normas muy estrictas bajo el escrutinio de la entidad madre. Dentro de esa estructura súper profesional se insertan las abuelitas, que son cuidadas y mimadas por la organización como si fueran las propias.
La idea gustó más allá de las fronteras del estado de Arizona, y ya hay otros equipos de la NBA que sumaron a su arsenal de entretenimientos extra basquetbolísticos a grupos de baile senior. Como Memphis, otro equipo del Oeste, que copiaron la idea y ya cuentan en los entretiempos con los servicios de los Grizzlies Grannies & Granpas, un grupo de abuelos y abuelas.
Contrariamente a lo que cualquiera pudiera pensar, las Golden Grannies no hacen un culto a la personalidad por ser miembros del grupo, sino todo lo contrario: prefieren que sus nombres queden en reserva. Ser miembro es todo, y lo cuidan con la misma dedicación que los Suns cuidan de ellas. Jane F., por ejemplo, es una de las abuelitas originales y aceptó responder unas preguntas vía mail con la condición de que su nombre completo no apareciera.
-¿Hay límites de edad para ser una integrante del grupo?
-No hay límites de edad. Ni para arriba ni para abajo.
-¿Y otros límites?
-No tenemos ninguna limitación para ser parte de las Golden Grannies.
-¿Cómo es enfrentarse a tu edad a una audiencia tan grande?
-Muchas de nosotras hemos tenido experiencias previas frente a audiencias de varios tamaños, pero estoy segura de que ninguna había bailado antes frente a miles de fanáticos ¡Cada vez que eso ocurre es un privilegio y una experiencia increíble!
-¿Y cómo reaccionan los fans al verlas bailar?
-¡Los fanáticos de los Suns AMAN (sic) a las Grannies (abuelas)! ¡Siempre recibimos una gran respuesta de ellos y a menudo nos despiden con una gran ovación!
- ¿Cómo describirían mejor cómo es ser un miembro de Golden Grannies? ¿Diversión? ¿Orgullo? ¿Amor por la vida? ¿Todas esas opciones? ¿Alguna otra?
-Todo lo anterior. Más las amistades de toda la vida que han surgido de esta actividad. Y la oportunidad de unirnos al grupo de egresadas de las Golden Grannies cuando terminen nuestros días de actuación.
JF