La guerra comercial

El Banco Central Europeo lleva las tasas de interés al 2,25% por el daño de los aranceles de Trump a la economía

Daniel Yebra

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El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves volver a recortar las tasas de interés un cuarto de punto, del 2,5% al 2,25%, por el daño de los aranceles de la Administración de Donald Trump a la economía. “La eurozona fue adquiriendo cierta resiliencia frente a las perturbaciones mundiales, pero las perspectivas de crecimiento se deterioraron debido al aumento de las tensiones comerciales”, lamenta el comunicado de la institución.

El Consejo de Gobierno del BCE reconoce el caos introducido por Estados Unidos con la escalada de una guerra comercial global y ejecuta la séptima bajada del 'precio' oficial del dinero en la eurozona desde junio del año pasado, cuando estaba en el 4% —tomando como referencia la tasa de facilidad de depósito, a la que el banco central remunera la liquidez de los bancos privados.

“Especialmente en las actuales condiciones de excepcional incertidumbre, adoptará un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar la orientación adecuada de la política monetaria”, incide el comunicado del Consejo de Gobierno, conformado por la presidente Christine Lagarde, el vicepresidente Luis de Guindos y los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los países del euro.

Este ciclo de abaratamiento de las hipotecas y de los préstamos en general —las tasas de interés de referencia del banco central se trasladan automáticamente al Euríbor— empezó efectivamente por la moderación de la inflación, y prosigue ahora por la amenaza al crecimiento del conjunto de la eurozona, en un momento en el que las necesidades de inversión son acuciantes. “El proceso de desinflación avanza por buen camino”, reconoce la institución que decide la política monetaria del conjunto de los socios del euro.

Los países de la Unión Europea (UE) están obligados a aumentar el gasto público en defensa, y sigue siendo necesario invertir en la transición energética, en la digital y en planes de ayuda para avanzar en lo que están denominando “autonomía estratégica”, que viene a significar que hay que depender menos del exterior ante el clima internacional de absoluta inestabilidad. Para todo eso hace falta dinero 'barato'.

Con el petróleo cayendo, el euro subiendo —abarata las importaciones en dólares, como precisamente las energéticas, y encarece las exportaciones, potenciando el daño de los aranceles— y la incertidumbre en la economía mundial por la guerra comercial, el BCE se encuentra en un escenario en el que el objetivo del 2% de inflación se puede dar por hecho.

Desde 2022 hasta mediados de 2024, como se puede observar en el gráfico de esta información, el BCE, la Reserva Federal de Estados Unidos y el resto de bancos centrales encarecieron y dificultaron el acceso a la financiación para ahogar a las empresas y a las familias y moderar así la inflación. Fue un agresivo ciclo de austeridad monetaria que llevó las tasas de interés de referencia al 4% en la eurozona, y hasta el 5,5% en Estados Unidos. Desde mediados de 2024, el camino es el contrario.

En marzo, tanto el BCE como la Reserva Federal (la Fed, el banco central de Estados Unidos) recortaron sus perspectivas de crecimiento económico. En el caso de la eurozona, hasta dejarlas por debajo del 1% para el conjunto de los socios, con la única excepción positiva de España, como corroboró luego el FMI. Con el paso de las semanas, la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha reconocido que la guerra comercial restará otro medio punto al avance del PIB de la eurozona si sigue escalando en los próximos meses. Esto es lo mismo que admitir un escenario de estancamiento de la actividad.

“Es probable que el aumento de la incertidumbre reduzca la confianza de los hogares y las empresas, y la respuesta adversa y volátil del mercado a las tensiones comerciales probablemente tenga un impacto más restrictivo en las condiciones de financiación. Estos factores podrían lastrar aún más las perspectivas económicas de la eurozona”, detalla el BCE en su comunicado de este jueves.

Trump y la Reserva Federal

Mientras, la Reserva Federal se enfrenta a un dilema mucho mayor. “Un rápido deterioro de las perspectivas de crecimiento y unas expectativas de inflación demasiado elevadas”, según sintetiza el equipo de economistas de la gestora suiza Julius Baer. Una situación que ha separado su trayectoria de tipos de la del BCE. El banco central se mantiene a la espera de poder analizar las decisiones sobre los aranceles de la Administración de Donald Trump, y sus consecuencias.

Una postura que respaldó su jefe, Jerome Powell, este miércoles. El presidente de toda la Fed avisó de que los aranceles impuestos son aún mayores que lo que la institución había estimado. “Es probable que ocurra lo mismo con los efectos económicos, que incluirán una mayor inflación y un crecimiento más lento”, comentó en el Club Económico de Chicago.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó esta prudencia, saltándose el principio de independencia de la política monetaria. El republicano considera que el banco central estadounidense ya debería haber recortado las tasas de interés este año, y lo animó a abandonar su cargo.