¿El dólar debe costar $ 106, como en el mercado oficial, o debería saltar a 199, como en la plaza blue o ilegal? Una medida para dilucidar si el tipo de cambio es alto o bajo es analizar la evolución de la tasa real, es decir, ajustada por inflación, y multilateral, o sea, en relación a las monedas de los países o regiones con los que más comercia la Argentina, llámese dólar, real, yuan y euro. Ese tipo de cambio real multilateral (TCRM) que mide el Banco Central tiene como valor de referencia 100 puntos al 17 de diciembre de 2015, cuando el gobierno de Mauricio Macri eliminó el cepo y devaluó el peso por primera vez. El mes pasado cerró a 105, es decir, 5% más devaluado o alto que entonces, pero 14% más apreciado o más bajo que en enero pasado, cuando se ubicaba en 123.
El TCRM actual es el más sobrevaluado de todo el gobierno de Alberto Fernández, dado que el dólar en lo que va del año ha subido la mitad que la inflación en un intento oficial por aplacar la suba de los precios. Pero aún sigue competitivo, en términos de que la producción de bienes y servicios para exportar o vender en el mercado interno sigue estando barata en comparación con el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner o el periodo de la administración Macri que medió entre la primera devaluación y la segunda, de abril de 2018.
Lo que inquieta es la tendencia. En agosto de 2014, el TCRM era también 105 y en octubre de 2015 bajó a 76, lo que engendró el caldo de cultivo de la siguiente depreciación. En marzo de 2016 estaba en 103 y abril de 2017, a 84, lo que terminó estallando por los aires un año después. En ambos casos, con gobiernos disímiles, el dólar fue subiendo menos que la inflación.
“En lo que refiere al tipo de cambio nominal, el Central mantuvo en los últimos meses un ritmo de depreciación relativamente acotado, con el objetivo de contribuir a la desaceleración en la tasa de inflación”, explican en el equipo económico. “Pese a eso, el TCRM se mantiene en niveles competitivos y en torno al promedio de los últimos 24 años. No hay impacto negativo de la apreciación real sobre las exportaciones. El récord de exportaciones de bienes a precios corrientes (sin ajuste por inflación) para un tercer trimestre se alcanzó en 2011: US$ 23.522 millones. Entre julio y septiembre de 2021, por primera vez en 10 años las ventas externas se aproximaron a ese valor, totalizando 22.904 millones. Los precios de las exportaciones explican una parte importante de esta mejora, crecieron 30% en términos interanuales, pero no puede soslayarse la contribución de las cantidades exportadas. Hacia adelante, está la vocación de no dejar atrasar el tipo de cambio”, agregan en el Gobierno. Su intención consiste en bajar la inflación y que a su vez el dólar vuelva a variar a a la par de los precios, como en 2020, según el proyecto de presupuesto 2022 que envió el ministro de Economía, Martín Guzmán, al Congreso. Si se retomara ese ritmo devaluatorio tras las elecciones, la moneda norteamericana podría pasar de $ 106 a 109 a fin de mes.
En la autoridad monetaria, que conduce Miguel Pesce, reconocen que este año ha habido “un poco de apreciación desde un nivel muy alto”. “Es probable que sea una tendencia transitoria y se pueda estabilizar. Para eso no hay que hacer una devaluación grande. En todo caso depreciar parecido a la inflación”, completan. ¿Cuándo se retomaría ese ritmo? ¿Tras los comicios o una vez que amaine la inflación del 3% mensual al 2%? Cuando se defina el programa económico con el Fondo Monetario Internacional (FMI), responden en el Gobierno. Consideran que un TCRM de 100 sería demasiado alto si la Argentina normalizara su situación económica. Claro que estamos lejos de lograrlo.
Nicolás Zeolla, economista de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), observa que “los niveles del tipo de cambio real con el dólar están entre los más altos de los últimos 10 años y con el real está afectado por la devaluación de Brasil pero sigue en valores históricos altos”. Recuerda que en el final de la convertivilidad (2001) el TCRM estaba en 69, un 34% por debajo que ahora. “Es importante que el dólar acompañe los precios para evitar desajustes, pero hay mucho margen. Además, volver a un crawling peg (devaluación gradual) como en 2020 no es lo mismo que un salto devaluatorio”, concluye Zeolla.
Juan Massot, profesor de la Universidad del Salvador, advierte de que la caída del TCRM “está generando un problema adicional porque se pierde competitividad cambiaria frente a los socios comerciales”. “Con nuestro tipo de cambio fijo, nos estamos quedando retrasados. Mientras, una política monetaria más restrictiva de Estados Unidos puede abaratar los precios de los commodities, que exporta la Argentina. Además, hay un excedente de demanda de dólares. La caída del tipo de cambio real multilateral tiene que ver con la cantidad de dólares que van a ingresar al país. Es un problema grave. Hablamos del FMI, la inflación, el dólar paralelo, pero este factor puede producir un cimbronazo brutal en la macroeconomía”, analiza Massot.
En cambio, su colega Hernán del Villar, de la consultora Alpha, considera que aún falta un poco para que el TCRM pierda competitividad y pone el foco en otro asunto: “El problema acuciante es la brecha (entre el dólar oficial y los paralelos) y la expectativa de devaluación que aumenta la demanda de dólares y reduce la oferta”. En tanto, Ricardo Delgado, de Analytica, sostiene que “el ancla cambiara con una inflación que se acelera impacta de lleno en la competitividad”. “La apreciación real se profundizó en octubre al 3% mensual, principalmente porque Brasil no ayudó y el peso se apreció 5% respecto al real. A octubre, la apreciación es del 13% en 2021 y el TCRM volvió a valores de junio de 2018”, señala Delgado. De todos modos, en junio de aquel año había ocurrido ya la devaluación que llevó a Macri a pedir ayuda al FMI, es decir, era un tipo de cambio alto.
AR