Milei quiere acercar el dólar a $1.000 para bajar la inflación, aunque arriesgue las reservas reforzadas
El Gobierno adoptó una serie de medidas, como las que impulsaron las tasas de los plazos fijos, para el descenso del tipo de cambio. El Presidente busca escarmentar a los que apostaban a la devaluación y sueña con comprar reservar más baratas. Pero economistas a los que él calificaría de mandriles advierten que con ese valor se desalienta la exportación y se incentiva la importación.
José Luis Daza, Milei, Luis Caputo, Vladimir Werning y otros integrantes del equipo económico festejan el final del cepo para personas.
En su cómoda conversación del pasado lunes con Alejandro Fantino en Neura, el presidente Javier Milei adelantó que quiere bajar el dólar a $1.000, el piso de las bandas de flotación para que entonces el Banco Central, con sus pesos, comience a comprar dólares y acumule los US$4.000 millones de reservas adicionales que se comprometió a sumar en el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. “Agradezcan que Toto (Luis Caputo, el ministro de Economía) es muy contemplativo. Yo hubiera puesto la banda más abajo para hacerles perder más plata. Te gusta el durazno, bancate la pelusa. Les gustó hacer el dólar subir, bancate que baje”, sostenía aquel día en que el dólar oficial había subido de $1.097 a 1.233, pero el jefe de Estado mencionaba que él hubiera preferido una banda mínimo de $930.
Este miércoles, el dólar cayó a $1.174 y Milei ratificó que el Central no intervendrá comprando dólares hasta que baje a $1.000. En las redes sociales, sus fanáticos como el médico retirado del ejercicio de la profesión Daniel Parisini, alias Gordo Dan, festejaba “se viene el 1 a 1”, es decir, los 11 años en que un dólar valió un peso, lo que domó la inflación pero descuajeringó la producción y el empleo. Parisini vuelve este lunes con su programa de streaming “La Misa” en el canal de YouTube Carajo.
El dólar bajo favorece lo importado por sobre la producción nacional, y resulta más barato viajar a Brasil que a la costa argentina. Luiza Braun para Unsplash
Si bien el Gobierno no interviene comprando o vendiendo dólares, lo hace de otros modos. El lunes, el Banco Central dejó de entregar pases (préstamos a un día) a los bancos, con lo que se quedaron sin esa herramienta de liquidez y debieron buscarla en el mercado subiendo las tasas de interés de los plazos fijos. De este modo, las entidades bancarias absorbieron pesos que podrían haber ido al dólar. No es casual que el Banco Nación encabezó esa suba, del 29% al 37%. Arrancó de vuelta la bicicleta financiera (carry trade, como le llaman en el extranjero) de altas tasas en pesos para ganar más dólares, esa misma que se había detenido en marzo con las subas de los dólares paralelos.
El martes, el Central tomó otra medida para el ingreso de dólares y el descenso de su cotización: permitió que inversores financieros entren al mercado oficial de cambios y que no puedan salir por seis meses, apunta el exsecretario de Finanzas Daniel Marx, de la consultora Quantum Finanzas. Es así que habilita la entrada de capitales especulativos en dólares que pueden apostar al carry trade pero que al menos no se irán hasta octubre próximo, el mes de las elecciones legislativas.
La amenaza de las retenciones
La advertencia de Milei de que los productores de soja y maíz se apuren a liquidar la cosecha antes de que en julio les vuelva a subir las retenciones del 26% al 33% es otra manera de presionar para la entrada de divisas, agrega Marx. Todo sea para domar a la moneda norteamericana y recuperar la perdida senda bajista de la inflación (del 2,2% de enero al 2,4% de febrero y al 3,7% de marzo).
Además, el nuevo acuerdo con el FMI implica políticas fiscales y monetarias más contractivas, apunta el consultor Hernán Hirsch. “Eso redujo la liquidez de la plaza y por eso cayó el dólar”, comenta Hirsch. Por ejemplo, el pacto con el Fondo prevé un ajuste adicional del gasto público del 0,3% del PBI que terminará con los subsidios a las tarifas de luz y gas de la clase media y recortará aún más el presupuesto de ayudas sociales.
En cuanto a la política monetaria, el convenio con el Fondo establece un esquema de agregados monetarios en el que fija metas para la cantidad de dinero en circulación. “Eso restringe la oferta de dinero (pesos)”, apunta Matías Rajnerman, economista del Banco Provincia de Buenos Aires.
La baja del dólar también se explica porque sigue “bastante restringida” la salida de capitales de empresas, añade Marx. Sólo podrá girar utilidades generadas en 2025 a partir de 2026 y las cosechadas desde que se reinstauró el cepo en 2019 sólo podrán evacuarse mediante la compra del bono Bopreal.
“La desregulación es la que determina en gran parte, en estos días, la evolución del precio del dólar en Argentina”, suma el economista jefe del banco Credicoop, Alfredo García. “Se eliminaron restricciones cruzadas para operar entre el mercado oficial y los dólares financieros (CCL y MEP), por lo cual éstos no se pueden alejar mucho del oficial”, señala García. El contado con liqui (CCL) cotizó este miércoles a $1.191 y el MEP, a 1.175.
“En lo general, el fuerte impacto de los anuncios de financiamiento por parte del Gobierno, en especial el elevado desembolso del FMI, de US$ 12.000 millones ahora y otros 3.000 millones en lo que resta del año, de libre disponibilidad, tuvo un fuerte impacto en las expectativas, y es lo que ha impulsado, en estos días, la baja en el precio del dólar”, reflexiona el economista del Credicoop. Pero advierte: “En adelante, habrá que ver si este valor del tipo de cambio es suficiente para que se incrementen las exportaciones agrícolas, entre otras cuestiones”.
“Supongo que la prioridad es la preocupación por la tasa de inflación y no arriesgar a acumular reservas en este punto”, opina Marx. Entre los efectos de la estrategia gubernamental, el exsecretario de Finanzas menciona la “mayor volatilidad”: “Si hay una sobreoferta de divisas al principio que puede traer una sobredemanda después genera volatilidad y tiene impacto en la competitividad de sectores de la economía real, en sus planes de corto y largo plazo”. Cuanto más barato el dólar, menos suben los precios, pero menos competitivo se vuelve la producción local de bienes y servicios, desde carne y autos hasta turismo y software.
Cuanto más barato el dólar, menos suben los precios, pero menos competitivo se vuelve la producción local de bienes y servicios, desde carne y autos hasta turismo y software
“Es la dinámica del mercado en la fase inicial la que lo está haciendo bajar al dólar”, opina un integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, que prefiere el anonimato en tiempos en que el autocandidateado a Nobel de Economía y sus seguidores en redes se burlan de los economistas opositores tachándolos de “mandriles”. “Milei lo quiere abajo porque es una verificación de que el tipo de cambio oficial estaba bien, para ellos, y porque ayuda a planchar la inflación. El impacto de corto plazo va a ser bueno para que la inflación no salte. Pero la pregunta es si la banda inferior es compatible con las cuentas externas sostenibles, con las exportaciones, las importaciones. Los datos de hoy (por ayer) te generan dudas”, se refiere al informe oficial sobre comercio exterior de marzo, que evidenció una baja del 2,5% de las ventas externas y un salto del 38,7% de las compras en el exterior.
“El dólar blend (que regía para la exportación hasta la semana pasada) estaba a $1.130 y bajarlo mucho más de la cotización actual va a hacer que no haya mucho incentivo a exportar”, comenta el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra. “Bajarlo a 1.000 nos costará un Perú. El propio acuerdo con el FMI dice que a el nivel en que estaba el oficial, a $1.075, tenía un atraso de entre 15% y 25%. El impacto de subirlo el lunes a más de 1.200 ya tuvo impacto en la inflación y es difícil que haya deflación. Es una jugada muy arriesgada para bajar la inflación, pero no corrige el problema de fondo del atraso cambiario ”, agrega Sigaut.
Los precios de alimentos y bebidas no estacionales treparon 1% tras la salida parcial del cepo este lunes, traccionado por carnes (1,4%), azúcar y golosinas (1,9%), infusiones (1,5%) y bebidas alcohólicas (1,6%), según mide Equilibra. También se registraron alzas en productos de limpieza (2,5%),muebles y durables del hogar (2,0%), equipos audiovisuales (2,5%), autopartes (1,7%), cuidado personal (1,3%) eindumentaria (1,3%).
Cuanto más contenido el dólar, el nivel de precios sube menos. En la economía tiene impactos divergentes. Ayuda a los salarios y la demanda. Complica a la producción industrial y la oferta por la competitividad.
“Cuanto más contenido el dólar, el nivel de precios sube menos”, reflexiona Rajnerman, del Banco Provincia. “En la economía tiene impactos divergentes. Ayuda a los salarios y la demanda. Complica a la producción industrial y la oferta por la competitividad. La discusión no es si hay voluntad o no de que suba el dólar sino sobre la sostenibilidad del tipo de cambio. Habrá que ver qué pasa con el financiamiento externo de mercado ahora que se flexibilizó el cepo, si es que la Argentina puede volver a tomar crédito en los mercados externos tras siete años. Si no, va a ser difícil sostener un dólar tan barato. Con este nivel de actividad y tipo de cambio real (ajustado por inflación), la cuenta corriente (balance comercial de bienes, servicios y rentas de un país) está en terreno negativo en 2025, según el FMI, y es clave para sostener el tipo de cambio”, concluye Rajnerman.
Los precios de alimentos y bebidas no estacionales treparon 1% tras la salida parcial del cepo este lunes, traccionado por carnes (1,4%), azúcar y golosinas (1,9%), infusiones (1,5%) y bebidas alcohólicas (1,6%). José Ignacio Pompe para Unsplash
En la City porteña también hay dudas. Juan Manuel Pazos, economista jefe de la sociedad TPCG Valores, opina que “el dólar no puede ir a $1.000 porque tienen que comprar un montón de dólares para cumplir las metas” con el FMI. A un precio barato, se supone que el mercado no se los venderá, a pesar de que así lo quiera Milei.
Otro operador financiero que prefiere el anonimato opina que “las condiciones están dadas para que el dólar esté tranquilo” y observa que los importadores, que son los que podrían abalanzarse a comprarlo porque está barato, “tardan en reaccionar”, con lo cual se demora una eventual suba. “Un dólar bajo favorece lo importado por sobre lo producido localmente y se hace más barato viajar a Brasil que a la costa argentina”, alerta en plena Semana Santa.
AR/MG
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