Luego de un año en el que terminó por debajo de la inflación general, el precio de la carne despertó en las últimas semanas y dio un salto que ya se refleja en las carnicerías. El mercado concentrador de hacienda de Cañuelas registró jornadas con subas de hasta el 30% en algunas categorías, lo que se explica por el aplacamiento de algunos factores que mantenían los valores pisados como la sequía o el cierre del mercado chino.
“El precio venía muy atrasado, ya que el año pasado había subido 40% frente al 95% de inflación general. Era lógico que tarde o temprano empezara a repuntar”, señaló el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo.
El menor aumento de los precios de la carne vacuna durante 2022 respecto al grueso de los precios de la economía respondió, principalmente, a una sobreoferta del mercado producto de la sequía, ya que los ganaderos comenzaron a desprenderse de animales ante la falta de pasturas. La caída de los precios internacionales, la reducción de la demanda china por las restricciones vinculadas al Covid.19 y el achicamiento del consumo interno ayudaron a que el precio de la carne “se estancara”.
Miazzo marcó que en las últimas semanas en el mercado se venía advirtiendo que había relativamente baja oferta de novillos, principalmente porque los feedlot venían con una muy mala rentabilidad y se habían ido vaciando en el segundo semestre.
“Eso hacía que hubiese una oferta relativamente escasa de gordos (novillos). Entonces, tarde o temprano iban a faltar y empezar a presionar los precios. Además, puede haber ayudado las lluvias, en el sentido de que puedan retener a los animales un poco más en los próximos meses”, dijo Miazzo.
En cuanto al impacto en los precios, el economista sostuvo que esta suba “se traslada de manera directa al precio en la carnicería, y hay que ver hasta qué punto el consumidor puede convalidarlos”. Según su pronóstico, lo más probable es que luego del salto el precio dé lugar a un amesetamiento.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), Leonardo Rafael, señaló que los aumentos empezaron a registrarse en la plaza de operaciones a principios de enero, pero que alrededor del 20 se vieron picos de 25% en algunos precios.
“Fue un golpe muy fuerte. La realidad que venía retrasada la hacienda con respecto a la inflación y venían en quebranto todas las operaciones de la gente que sacaba hacienda gorda final”, dijo Rafael.
Las subas recientes replicaron en un aumento inicial en el mostrador de entre $50 y $100 por kilo, pero se anticipa que en la medida que se sigan trasladando podrían sumar entre $300 y $400.
En 2020 y 2021 el precio de la carne escaló de manera acelerada, incluso con picos mensuales de más del 20%. Después de 30 meses consecutivos de encarecimiento en términos reales, la carne ingresó en la segunda mitad de 2022 en una dinámica opuesta y cerró el año por debajo de la inflación.
Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en 2022 el precio promedio de la carne aumentó un 42% mientras que la inflación en ese mismo período fue del 95%. Los cortes más consumidos por los argentinos, como el asado, vacío o cuadrada, tuvieron alzas del 40% al 48% en el año.
Sobre el cierre de diciembre pasado la analista de Mercado Ganadero Rosgan, María Julia Aiassa, anticipó a elDiarioAR que la corrección de precios se plasmaría en el arranque del año. “Enero no es un mes que se mueva mucho y suele haber ajustes en la segunda quincena de febrero y primera de marzo, pero posiblemente esta vez lo veamos más adelantado por la presión que imprime todo este retraso acumulado”.
Para Aiassa, lo que terminaría de cambiar o no la tónica de la situación de precios era el factor climático. Dependiendo de cuánto lloviera y cuánto lograran recomponerse los campos se mantendría la sobreoferta o se interrumpiría. La dinámica de las últimas semanas y los pronósticos oficiales anticipan que la situación climática comenzó a regularizarse.
Con información de Télam
DT