La producción de YPF en sus áreas de la formación de Vaca Muerta creció 38% desde que la compañía retomó su actividad en los campos, en el marco de la pandemia de coronavirus, pero al mismo tiempo logró darle fuerte impulso a sus operaciones convencionales.
Así lo señalaron fuentes de la petrolera, al destacar que la compañía logró en la formación no convencional neuquina “aumentar la producción con mejor uso de los recursos” hasta alcanzar en enero de este año una producción total de 78.200 barriles día, la más alta desde que se retomaron las operaciones.
La producción de YPF en mayo pasado, en pleno aislamiento social obligatorio implementado por la pandemia, había retrocedido a niveles equivalentes a diciembre de 2018.
“De esta manera, en tan sólo ocho meses, YPF logra revertir la caída de la producción que generó la pandemia”, destacaron las fuentes consultadas al explicar el proceso de recuperación de la productividad.
“Ahora, con una agresiva campaña de perforación basada en la eficiencia, YPF apunta a crecer durante 2021, duplicando la producción de gas y manteniendo un sostenido crecimiento en petróleo no convencional”, agregaron las mismas fuentes.
Hoy la petrolera opera en la formación neuquina con un total de 41 equipos: 11 de perforación y 30 de terminación, pero a la vez al anunciar su plan de inversiones para 2021 que asciende US$ 2.700 millones, anticipó que destinará US$ 1300 millones al desarrollo del no convencional.
En enero YPF se posicionó como la principal operadora en Vaca Muerta, con 291 fracturas, con lo cual busca duplicar la producción de gas no convencional antes de mayo para cumplir con los compromisos del plan gas.
En la zona de gas ya operan siete equipos de perforación, un hecho que resulta más relevante si se tiene en cuenta que desde el tercer trimestre de 2019, YPF no tenía equipos en la zona de gas activos.
En la compañía se recuerda que YPF fue la empresa pionera en el desarrollo del no convencional en el país, y desde 2013 lleva invertidos más de US$ 9.000 millones.
En ese sentido, se explicó que el costo de desarrollo (que compara el costo con la cantidad de barriles que se pueden obtener) ronda los US$ 9 promedio en un pozo horizontal, mientras que el break-even de los proyectos de no convencional ronda los US$ 40 el barril.
Entre las inversiones que viene realizando la petrolera se destacan el desarrollo de infraestructura para el almacenaje, transporte y facilidades para la producción por más de US$ 3.600 millones: Planta de Tratamiento de Crudo (PTC), Planta de arena, Centrales Termoeléctricas.
Pero la empresa también enfocó sus esfuerzos en los pozos convencionales, que en declino de producción por su nivel de explotación comenzó a operar con nuevas técnicas de recuperación secundaria y terciaria.
En el despliegue de operaciones piloto, Manantiales Behr, el yacimiento más antiguo que opera YPF en Chubut, volvió a generar un récord de producción al superar los 3747 m3/d alcanzados en diciembre 2020, con un nivel en enero 2021 de 3.828 m3/d.
“La innovación y la tecnología permiten mejorar el factor de recuperación de petróleo en yacimientos como Manantiales Behr y en general en Cuenca del Golfo San Jorge”, explicó la fuente de la compañía petrolera.
En ese sentido, es explicó que con la aplicación de técnicas de recuperación terciaria (polímeros y surfactantes) se podría mejorar el factor de recuperación a más del 50%.
El uso de polímeros comenzó en 2015 con la puesta en marcha de un piloto en la zona Grimbeek, funcionando a pleno en servicio a partir de 2020 con cinco plantas modulares de inyección.
Este proyecto de YPF en Manantiales Behr es “un punto bisagra” en la historia de la recuperación de producción en la Cuenca, al utilizar infraestructura de superficie móvil que hace más eficiente el desarrollo de los mejores reservorios del subsuelo, se destaca en la empresa.
Con información de agencias.
IG