Muchas consultas, pero poco movimiento. Así evalúan en el sector inmobiliario la primera semana de vigencia del blanqueo dispuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que permite a quienes tengan fondos en pesos o moneda extranjera sin declarar utilizarlos para invertir en proyectos inmobiliarios en desarrollo. De acuerdo a la argumentación oficial, el objetivo no es sólo recaudatorio sino el de movilizar la construcción, uno de los sectores que se espera que traccione la recuperación post pandemia.
El primer paso para “normalizar” las tenencias es depositarlos en una “Cuenta especial de Depósito y Cancelación para la Construcción Argentina” (Cecon), creadas por las entidades bancarias autorizadas por el Banco Central. Quienes lo hagan hasta el 10 de mayo inclusive —es decir, el próximo lunes— deben pagar un impuesto del 5%, que luego sube a 10% o 20% según cuanto tiempo corra.
Sin embargo, en el sector inmobiliario aseguran que en muchos bancos todavía no está instrumentada la normativa y que el retraso genera una desincentivo a los que quieren ingresar en la primera camada para obtener la mejor tasa. “Veo gestiones tímidas; muchas consultas pero la gente que ya se larga a hacer algo no tiene respuesta de los bancos y se frustra. Creo que van a adherir perfiles muy puntuales. No veo un aluvión de personas haciéndolo ni se van a blanquear los US$5.000 millones que se preveían”, dijo a elDiarioAR Daniel Bryn, contador y titular de Invertire Real State.
Esos perfiles puntuales interesados están, para Bryn, dentro del gran grupo de “personas comunes y corrientes”. Por un lado, Bryn identifica a “personas que han comprado dólar informal durante el cepo” o que “ han invertido en Bitcoin, no declararon sus ganancias y ahora quieren usar el dinero”. También a un conjunto de “herederos”: personas que obtuvieron una herencia o donación informal en moneda extranjera de algún familiar y no la declararon o “padres que quieren adelantar una herencia a algún familiar y tienen moneda extranjera no declarada”.
Por otro lado, identificó entre los interesados a “profesionales o empresarios unipersonales que no facturaron sus servicios prestados a terceros y ahorraron en pesos” y pymes que tienen alguna “contingencia impositiva” y quieren adherir como “tapón fiscal” para una eventual inspección. Esto último es, de algún modo, una maniobra legal que se desprende de la ley pero que no está entre sus objetivos.
“Al adherir al blanqueo hay un perdón fiscal y nadie te va a preguntar cómo obtuviste ese dinero, reclamándote impuestos hacia atrás. Entonces, ingresar al blanqueo puede ser una estrategia para quienes entienden que su contabilidad no fue tan prolija o no facturaron”, explicó Bryn. Para que la maniobra funcione, el monto exteriorizado debería ser similar al que pueda estimar la AFIP en obligaciones incumplidas en una eventual inspección.
No es un artilugio nuevo, sino que ya se utilizó cuando se implementó el Certificados de Depósito para la Inversión Inmobiliaria (Cedin), en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Como esto castiga indirectamente a quien cumplió con sus obligaciones, en otros blanqueos se contempló que quienes no normalizaran ningún fondo y tuvieran todas las declaraciones juradas presentadas obtuvieran el beneficio de no ser inspeccionadas hacia atrás.
Como el blanqueo permite destinar los fondos a instrumentos de inversión en inmuebles (fideicomisos, fondos comunes de Inversión, etcétera) también pueden ingresar aquellas personas que no tengan todo el dinero para comprar una unidad, sino un monto menor.
José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, consideró que la normativa no es del todo “sencilla” y “quedan dudas acerca de si se corre algún riesgo entre lo que sería la exteriorización efectiva del fondo y la aprobación del fin para el que se va a usar, del proyecto inmobiliario”.
El dinero se puede usar sólo en proyectos desarrollados por empresas inscriptas en un registro especial de AFIP. Deben ser obras nuevas, iniciadas desde el 12 de marzo, o que a esa fecha tengan no más del 50% de avance. También se puede usar para construir una vivienda propia en terreno propio, siempre y cuando el constructor cumpla con los requisitos de la AFIP.
“El retraso en el alta de las cuentas Cecon es un problema, además dentro de un contexto en el que hay que pedir turno para hacer cualquier trámite en el banco”, añadió el inmobiliario. “Creo que van a ser muy pocos los que puedan ingresar con la alícuota del 5% y, si no hay prórroga, es difícil que sea un éxito o se consiga el monto que se estimaba”.
Si bien es una medida cuestionable, porque incentiva al incumplimiento y favorece a quienes no pagaron los impuestos correspondientes en detrimento de los cumplidores, en los últimos años se instrumentó varias veces. En 2008 y 2013 el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estableció un sinceramiento fiscal a través de los Cedin, donde se captaron US$4.700 millones en la primera ocasión y US$2.600 en la segunda, mientras que en 2016 Mauricio Macri realizó un blanqueo similar y logró una cifra récord de US$116.800 millones.