Desafío para el Gobierno

La restricción e(x)terna plantea dudas sobre si alcanzan los dólares para sostener el modelo económico de Milei en 2025

“Milei dijo que las necesidades financieras del año que viene están cubiertas”, dice uno de los pasajes de la entrevista al presidente que el Wall Street Journal publicó esta semana; pasaje que no fue jerarquizado por el diario estadounidense, pero sí tuvo rebote en conversaciones con analistas financieros y en grupos de whatsapp de economistas y periodistas. Es que algunas de las preguntas que surgen en la Argentina de la eterna restricción externa como limitación al crecimiento económico son: ¿Tenemos los dólares para pagar los vencimientos de deuda y seguir sosteniendo este tipo de cambio? ¿De dónde salen? ¿Cuáles son los riesgos? ¿A costa de qué?

“La sensación es que los dólares para que el tipo de cambio se pueda sostener el año que viene están, de no mediar ninguna sorpresa”, se anima en diálogo con elDiarioAR el director de Economía de Fundar, Guido Zack. 

Martín Rapetti, el director ejecutivo de la consultora Equilibra, lo pone en duda: “La sostenibilidad del esquema en el corto plazo dependerá de que el BCRA no pierda muchas reservas camino a las elecciones”. En su último informe de coyuntura calcula que el Gobierno deberá conseguir financiamiento externo post-elecciones de medio término para, de cualquier manera, terminar con mayor cantidad de reservas negativas en un escenario de crecimiento moderado. En un escenario optimista como plantea el oficialismo, los cálculos resultan en un “módico” margen para sumar US$2.200 millones más a las arcas del Banco Central.

¿Para qué necesitamos dólares en 2025?

En función de lo que la economía argentina y este sistema económico demanda para funcionar, 2025 requerirá dólares para los vencimientos de deuda (bonistas, FMI, otros organismos internacionales, provinciales), por alrededor de US$20.600 millones. 

  • Bonistas: comienza el pago de los compromisos de la reestructuración de deuda a bonistas tenedores de títulos públicos en moneda extranjera que se realizó en 2020. Son dos pagos anuales de alrededor de US$4300 y US$4500 millones. Los pagos de enero ya están depositados en Nueva York.
  • FMI: se deben abonar alrededor de US$2.400 millones de intereses del crédito - en 2026 comienzan los pagos más fuertes-. 
  • Otros vencimientos de deuda: tanto a organismos multi y bilaterales, el swap con China, como vencimientos de deuda provincial y privada. Equilibra calcula que representan alrededor de US$9.450 millones.

El otro gran requerimiento de dólares será por importaciones, variable que refleja uno de los grandes problemas de la economía argentina: “Si es cierto que el año que viene vamos a tener el crecimiento económico que el Gobierno predice, eso implica un mayor caudal de demanda de dólares por importaciones. Ni hablar si se sostiene este tipo de cambio”, asegura la economista de Paridad en la Macro Laura Testa.

Equilibria calculó una demanda de US$91.000 millones para un escenario optimista de crecimiento de 5,5% como calcula el gobierno, o de US$84.000 millones para un escenario moderado con crecimiento de 3,5%. 

En ambos casos, prevén una balanza comercial positiva teniendo en cuenta las exportaciones habituales más los US$30.000 millones que proyecta exportar el agro (Bolsa de Comercio de Rosario), el fin del dólar blend y los poco más de US$10.000 millones de exportaciones del sector energético (Economía y Energía).

Finalmente, otra gran demanda de dólares vendrá por el lado intervencionista que el gobierno tiene en el mercado de contado con liquidación (CCL) para controlar el tipo de cambio. Según Equilibra, puede ser US$4.200 (escenario optimista) y US$9.200 millones para un escenario que contempla una corrida cerca de la fecha de elecciones —y mayor intervención para controlar la brecha cambiaria—. En este escenario, asegura la consultora de Rapetti, “el equipo económico tendría que lograr algún mecanismo de financiamiento y, posiblemente, tras las elecciones se alcanzaría un acuerdo con el FMI”.

Las demandas por dólar ahorro y turista no afectan en gran medida a la demanda de dólares, por un lado por el cepo y por el otro por sostener la percepción del 30% del Impuesto a las Ganancias, que lo debería equiparar o hacer más caro que los paralelos, dependiendo el momento.

¿Tenemos los dólares?

Spoiler: sí, si no aparece ningún “cisne negro” que desestabilice la economía , un reto difícil de lograr para la Argentina pero —nobleza obliga— que el equipo económico lo sostiene en los últimos meses.  

La sorpresa puede ser no tan sorpresiva, como una caída en el precio de los commodities una vez que Donald Trump comience a aplicar medidas proteccionistas, un evento político que ralentice la liquidación de las divisas de la cosecha, un evento climático que impacte en la cosecha gruesa, mayor presión a devaluar la moneda dado el escenario de fragilidad de la economía China y sus expectativas de devaluación, una salida anticipada del cepo cambiario, entre otras.

¿A costa de qué?

Es la repregunta que nos hacemos a la pregunta de si tenemos los dólares. El Gobierno logrará terminar el 2024 con una acumulación de reservas netas de US$4.600 millones, manteniendolas aún en el plano negativo. “Por la caída de las importaciones que generó el enfriamiento de la economía, giros de organismos multilaterales, y un blanqueo muy generoso que ayudó bastante”, grafica Testa. 

Para el año entrante, el equipo de Caputo apuesta al ingreso de dólares por el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), más exportaciones del agro y energía, y la posibilidad de aumentar el endeudamiento: “Si el riesgo país sigue bajando, una vez que perfore los 400 puntos, se abren las posibilidades de refinanciar o financiar con tasas por debajo del 10%, no sostenibles en el largo plazo pero si en el corto plazo, es decir 2025”, explica Zack, que menciona dos cartas que el equipo económico tiene disponibles para una emergencia, pero aún sin usar: el endeudamiento por US$ 3000 millones del REPO que es a una tasa poco conveniente y, menos disponible, un nuevo acuerdo con dólares frescos del FMI. 

“Y el mayor costo es el de sostener un tipo de cambio históricamente bajo a costa de endeudamiento, beneficios fiscales, exportaciones sin agregado de valor que hace que muchos sectores no vayan a poder producir y convertirnos en un país exportador de bienes primarios del agro, energía y minería con mucha exposición al mundo”, asegura Zack, “Milei lo dijo hace poco, hay muchas empresas que pueden ir a la quiebra”.

La economía argentina avanza hacia un 2025, segundo año de la gestión del tándem Milei-Caputo, haciendo un equilibrio precario, sostenida por supuestos optimistas y riesgos latentes. En el corto plazo, las cifras pueden cerrar; en el largo, el costo será una mayor dependencia de bienes primarios y endeudamiento. El desafío probablemente no sea solamente cubrir los dólares necesarios sino evitar que el precio sea resignar un crecimiento sostenible.

NR/JJD

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