Los bonos de la deuda argentina cayeron este jueves hasta un 4,9%, con lo que acumulan bajas de hasta el 13% en lo que va de mes. El índice de riesgo país, que mide la confiabilidad de los títulos públicos emitidos en el extranjero, subió otro 3,5%, hasta 1.585 puntos básicos, un 30% por encima del piso de 1.216 que había tocado el 30 de abril pasado, aunque todavía 38% por debajo del techo de 2.576 que había tocado después de la victoria de Sergio Massa en la primera vuelta electoral de octubre último. El triunfo de Javier Milei en el balotaje de noviembre impulsó una corriente de compra de activos financieros argentinos tanto en Wall Street como en el mercado interno por el entusiasmo que despertaba el liberal libertario en el poder. Pero esa luna de miel duró medio año y ya terminó, según reconocen en Nueva York. Pero también admiten que donde hubo amor cenizas todavía quedan. Es decir, los inversores perdieron el entusiasmo inicial, pero aún están lejos de sentirse desencantados. Incluso en lo que va del año los bonos rindieron hasta 863%.
Las acciones también retrocedieron este jueves: hasta un 5,9% los ADR (american deposit receipt, los papeles de empresas argentinas en Wall Street) de, por ejemplo, el banco español BBVA Argentina. En lo que va de junio se deprecian hasta 16,5% en el caso de IRSA, la desarrolladora inmobiliaria de Eduardo Elzstain, uno de los empresarios más amigos de Milei. No obstante, en 2024 todavía acumulan subas, del 77,4% BBVA y del 11,9% IRSA.
El dólar blue se mantuvo hoy estable en $1.250, ya lejos de la franja de los $1.000 por la que merodeaba hace un mes. Lo mismo sucede con los dólares financieros. El MEP (Mercado Electrónico de Pagos) bajó este jueves 0,9%, hasta $1.272, y el contado con liquidación (CCL), 0,5%, a $1.297, con lo que perforó el nivel de $1.300 de los últimos días. Las tres cotizaciones batieron récord recientemente: $1.300 el blue el 23 de mayo, $1.309 el MEP este martes y $1.333 el CCL el mismo día.
Javier Timerman, socio director de la financiera Adcap, atribuye el final de la luna de miel de los mercados con Milei a la “tensión política” de los últimos días, que se manifestó con la aprobación del aumento jubilatorio por la Cámara de Diputados; la “falta de sanción de los proyectos de ley” enviados por el Presidente en medio año de gobierno, pasó el 25 de mayo sin el proyecto Bases aprobado por el Senado; la “mala liquidación de los exportadores”, siendo en mayo un 38% inferior al mismo mes de 2023, cuando había sequía; el “atraso cambiario”, es decir, un dólar oficial de $918 que incentiva poco a los sojeros a exportar y que mete expectativas de futura devaluación y nuevo salto inflacionario; “un mercado no convencido de que el aumento de Lecap (Letras de Capitalización, que son bonos del Tesoro) sea la solución al tema pases (deuda) del Banco Central; y ”dificultad en salir del cepo cambiario“. De todos modos, Timerman, de larga trayectoria en Nueva York, aclara: ”Igual no creo que el mercado se haya desencantado. Creo que lo actual es una corrección (de precios de activos) esperable y que si la dinámica política cambia, producto de la aprobación de la ley Bases, el mercado va a revertir esta baja. La luna de miel terminó pero se siguen queriendo“.
Un inversor de Wall Street, en cambio, pone en duda que se haya acabado el romance inicial: “No tengo idea si se terminó. En todos los mercados hay altos y bajos. Ahora parece una corrección, no sé hasta cuándo, pero sí es verdad que hay cierta impaciencia. Hasta te diría más de adentro que de afuera. ¿Por qué? No sé, los mercados son así. Milei enfrentado con los políticos, el Central ahora no compra (dólares, entre la retracción del campo y las mayores importaciones), la actividad económica no repunta, el swap (canje de monedas) de China no se sabe qué va a pasar... y Argentina (sus acciones y bonos) ya subió mucho (desde el balotaje). Lock in profits (asegurá las ganancias)”. Sucede que entre este mes y el próximo la autoridad monetaria debe devolver US$5.000 millones a su par chino, si es que no logra un acuerdo para renovarlo. Las diatribas de Milei contra la dictadura comunista de Beijing ayudan poco, lo mismo que la paralización de la construcción de las dos represas de Santa Cruz que está en manos de la empresa china Ghezouba. “El cambio de humor empezó adentro, deshaciendo el carry trade (la bicicleta financiera de apostar a colocaciones en pesos a tasas más altas que la variación del dólar paralelo hasta hace un mes). No empezó afuera. Igual no creo que sea permanente. Corrige y después recupera. En el medio vas a tener algún movimiento político o señal pragmática”, se ilusiona el inversor desde la meca del capitalismo.
Otro colega suyo, que también prefiere el anonimato, sí observa que el viaje de bodas finalizó: “Primero, porque ha disminuido la acumulación de reservas. Segundo, la relación con el Congreso todavía no se ve estable o productiva. Tercero, claras señales de que la etapa de licuación (diluir con inflación el gasto y la deuda del Central en pesos) en lo fiscal y monetario-cambiario, se está terminando, agotando. El cepo y la licuación corren riesgo de permanecer más de lo necesario. El mercado busca señales de la siguiente etapa y no se ven con claridad”. De todos modos, admite que la caída de los bonos y acciones que comenzó en mayo no sólo afectó a la Argentina sino a otros mercados emergentes: “Los retornos totales en los bonos argentinos no han sido muy diferentes a los emitidos por otros paises con rating (calificación) CCC (apenas mejor que la D de default) en mayo. Hay factores exógenos a la Argentina”.
Un experimentado argentino en Wall Street, Alberto Ades, director gerente del fondo NWI Management, vincula la baja de los activos criollos a que “el mercado ve que la ley ases se retrasa en el Senado y ahora salió lo de las jubilaciones en Diputados”. “O sea, a pesar de la baja de la inflación y algunos brotes verdes, el Gobierno sigue teniendo dificultades para controlar la agenda económica”, completa Ades. Más que brotes verdes por ahora sólo se ve que algunos sectores determinados, como la comercialización de autos, se recuperan respecto de meses anteriores pero siguen cayendo, aunque menos, respecto de hace un año. El problema es que otros continúan derrumbándose más y más, como las ventas en los supermercados.
A principios de abril, cuando aún subían las acciones y los bonos y caían el riesgo país y los dólares paralelos, el politólogo Ignacio Labaqui, también conocedor del palpitar de la plaza neoyorquina, advertía a elDiarioAR: “Mi sensación es que este espejismo financiero no es sustentable”. Tenía razón. “El mercado ve que los bonos argentinos ya subieron mucho, en parte por la acumulación de reservas en los meses anteriores y en parte por el superávit fiscal. Hasta hace poco el tema de la gobernabilidad lo miraban de reojo: sólo preguntaban por la capacidad del Gobierno de sacar leyes y por la tolerancia social. La tolerancia social por ahora está. Veremos qué marcan las encuestas en junio: hay que ver si la cuestión de los alimentos en el Ministerio de Capital Humano le pega al Gobierno en la línea de flotación. Pero para seguir apostando para adelante, el mercado quiere ver hechos. Uno es la aprobación de la ley Bases y el paquete fiscal, para lo que estarían los votos en general, aunque el tema jubilaciones empasta un poco la discusión. Pero después vendrán otros hechos como el levantamiento del cepo y un nuevo acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) porque concluye el actual”, plantea la agenda Labaqui. No es fácil volver a casa e iniciar la vida matrimonial después del periplo inicial.
AR /MG