Dos miembros del colectivo 'Just Stop Oil' destrozaron el cristal protector de La Venus del espejo, de Velázquez, expuesta en la National Gallery de Londres. “Nuestro gobierno reveló sus planes de conceder más licencias petrolíferas, sabiendo de que matará a millones de personas”. Con este texto se ha atribuido la acción el colectivo en un mensaje de la red social X (antes Twitter).
“En respuesta, dos simpatizantes de Just Stop Oil destrozaron la Venus del espejo, rebanada por Mary Richardson en 1914”, añaden los activistas haciendo referencia a otro ataque que sufrió dicha pintura a principios del siglo XX. Fue rasgado 1914 por la sufragista canadiense Mary Richardson con un cuchillo de carnicero.
La Venus del espejo es una de las obras maestras del artista sevillano. Fue pintada en el siglo XVII. Representa a la diosa Venus de espaladas, reflejándose en un espejo sujetado por Cupido. La obra acabó en Reino Unido durante el expolio artístico perpetrado durante la Guerra de Independencia española, hacia 1813.
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Terea Ribera, criticó en redes sociales el ataque perpetrado hoy en Londres. “Rechazo profundamente esta manera de reivindicar compromiso sobre ningún tema. Tampoco sobre acción climática. La destrucción nunca ayuda nada a nadie”, ha dicho Ribera.
De nuevo la National Gallery
En octubre de 2022, dos activistas de esta misma organización arrojaron sopa de tomate sobre Los girasoles de Vincent Van Gogh, también en la National Gallery de Londres. Ataviadas con una camiseta con el lema contra la extracción de petróleo, dos jóvenes se acercaron al cuadro, abrieron una lata y arrojaron el contenido contra él. Después pegaron sus manos a la pared de la sala.
En Países Bajos fueron detenidas varias personas que arrojaron salsa de tomate cerca de la conocida pintura La joven de la perla, del artista Johannes Vermeer, en el museo Mauritshuis, en La Haya.
En Alemania, dos personas lanzaron puré de papas contra un cuadro de Claude Monet expuesto en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín. En las mismas fechas dos activistas se pegaron a los marcos de Las Majas de Goya en el Museo del Prado de Madrid.