La búsqueda de los cinco tripulantes del sumergible Titán desaparecidos el pasado lunes en el norte del Atlántico en una inmersión turística para ver los restos del Titanic llega a su recta final, una vez transcurridas las 40 horas de suministro de oxígeno disponibles en el batiscafo. A pesar de que una aeronave canadiense detectó este miércoles sonidos submarinos en la zona de búsqueda, sigue sin conocerse la localización ni la situación en la que se encuentran los tripulantes.
De acuerdo con los especialistas consultados por elDiario.es, existen varias posibilidades y ninguna permite ser optimista respecto a las posibilidades de rescate. Los escenarios son los siguientes:
1. En superficie, pero encerrados
La primera posibilidad, y menos negativa, es que el sumergible haya conseguido ascender a la superficie y se mantenga a la deriva y sin localizar, en parte por las condiciones meteorológicas desfavorables que afectaron a esta zona del Atlántico en las últimas horas. “Incluso en la superficie”, asegura el ingeniero de UCL David Andrews a SMC, “seguirá siendo difícil de encontrar porque la embarcación es muy pequeña y se encuentra a poca profundidad en el agua”. En este caso, debido al diseño del batiscafo y las necesidades de presurización, el agotamiento del oxígeno seguiría siendo una amenaza, puesto que solo se puede abrir desde el exterior. Si se tarda demasiado en localizarlos, el sumergible podría haberse convertido en un ataúd flotante.
2. Cabina dañada, sin supervivientes
El escenario menos esperanzador para la familias de los desaparecidos es que se produjera algún problema de presurización, o algún accidente como un incendio eléctrico, en cuyo caso la muerte de los cinco turistas submarinos habría sido inmediata. Esto explicaría la pérdida total de las comunicaciones.
Aunque se especuló con la posibilidad de que la nave hubiera quedado enredada o atrapada entre los propios restos del Titanic, no se tiene ningún dato al respecto. Tampoco sobre si fue arrastrado lejos del lugar por corrientes marinas. Las condiciones de profundidad, a más de 3.800 metros, son tan extremas que la localización de los restos podría llevar semanas o meses.
A esta profundidad la oscuridad es absoluta y la presión es del 400 atmósferas, lo que significa que cada centímetro cuadrado del submarino soporta el equivalente al peso de 35 elefantes. Algunas fuentes hablan de que ya se perdieron dos robots submarinos en la propia búsqueda. Este video ayuda a visibilizar la profundidad a la que se encontraría Titán en el caso de haber descendido al fondo:
3. En el fondo del océano, conseguir soporte vital
En el hipotético caso de que el mini-submarino hubiera quedado en el lecho oceánico y los tripulantes hubieran sobrevivido, la falta de oxígeno y la acumulación de dióxido de carbono seguirían siendo la principal amenaza. Aunque se desplegaron multitud de medios internacionales para la operación — más de diez embarcaciones y varias aeronaves militares —el primer objetivo sería llegar hasta ellos y tratar de proporcionarles soporte vital, puesto que una supuesta operación de remolque del batiscafo hasta la superficie podría llevar días.
Si el sumergible está en el fondo del mar, hay barcos de investigación oceanográfica que pueden profundizar tanto y tener brazos manipuladores que podrían conectar una línea al sumergible, reconoce Alistair Greig, ingeniero marino del University College de Londres a SMC. “Deben ser transportados al sitio, bucear, encontrar el sumergible siniestrado, conectar una línea o algo similar y llevarlo a la superficie”, añade. “Cada paso lleva tiempo y el tiempo corre”.
Expertos en rescate submarino de la Armada española indican que la prioridad debería ser acceder hasta el batiscafo y conectar una manguera que renueve el oxígeno y evacúe el CO2 para asegurar la supervivencia durante la complicada operación de rescate. En los entrenamientos de este tipo de situaciones con submarinos convencionales, pensadas para hundimientos de 300-400 metros, la conexión debe ser realizada por buzos porque los robots no tienen suficiente precisión.
Sin embargo, según fuentes de la Marina alemana consultadas por DW, el diseño del batiscafo hace imposible el suministro de oxígeno desde el exterior, de modo que las posibilidades de mantenerlos más tiempo vivos se vuelven cada vez más remotas. Tampoco habría posibilidad de bajar con otro sumergible y transferirlos a una nave operativa porque Titán no dispone de una escotilla que permita estas operaciones.
4. Remolcarlos a superficie
En el caso de localizarlos en el fondo oceánico, comenzaría una carrera para enganchar el Titán y subirlo hasta la superficie. Una de las mejores bazas para esta operación es el robot submarino a bordo del barco francés Atalante, que ya está en la zona y porta un robot sumergible llamado Victor 6000 que dispone de brazos robóticos. El módulo automatizado no tendría capacidad de subir el Titán a la superficie, pero podría maniobrar para intentar engancharlo.
La otra gran baza es el sistema de salvamento marítimo de Estados Unidos conocido como Fadoss, que puede remolcar desde las profundidades estructuras de más de 27.000 kg y ha rescatado anteriormente un helicóptero militar hundido a más de 5.000 metros y de un tamaño similar al Titán y, más recientemente, un caza F-35C hundido en el mar de China.
Aun así, en este escenario habría que tener en cuenta otro gran inconveniente: en el remoto caso de que los ocupantes del batiscafo siguieran vivos durante la operación de remolque — que podría llevar días o semanas — las fuerzas ejercidas por el arrastre amenazarían la estructura de la nave, que podría romperse y despresurizarse durante la maniobra.