“No hay camino posible para contener el calentamiento del planeta en 1,5ºC”. Es la advertencia que lanzó este jueves un grupo de 1.000 científicos. “Mantener este discurso público es indefendible”, afirmaron en una carta abierta, sobre el límite que evitaría las peores consecuencias del calentamiento global causado por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.
Ese objetivo, el límite ideal trazado en el Acuerdo de París contra el cambio climático, requeriría recortar en más de 43% las emisiones actuales al llegar a 2030. Un plazo de ocho años. La previsión es que este año las emisiones suban un 1%. Y la mejor versión de los planes climáticos de los países recortarían la emisión de gases un 0,3% respecto a 2019 en ese 2030 lo que lleva a la Tierra a recalentarse 2,5ºC, según la evaluación de la ONU. Si se le unen las estrategias para apenas emitir CO2 en el mundo en 2050, los modelos proyectan un calentamiento de 1,8ºC en 2100.
Este grupo de científicos, aglutinados por el colectivo Rebelión Científica, considera que mantener el discurso público del 1,5ºC “facilita a los gobiernos e industrias resistirse a la descarbonización”. “Les permite continuar con la ilusión de que, gracias a la tecnología y la idea de emisiones netas cero, nos vamos a salvar”, cuenta la doctora en Astrofísica Elena González Egea. “Impide que haya una verdadera transición hacia otro sistema”.
Mantener el discurso del 1,5ºC permite continuar con la ilusión de que, gracias a la tecnología y la idea de emisiones netas cero, nos vamos a salvar
En este sentido, otro de los firmantes, el profesor emérito de riesgos geofísicos y climáticos de la University College de Londres, Bill McGuire, insiste en que “dar la impresión de que estamos a tiempo de limitar el calentamiento a 1,5ºC da la excusa a los políticos y contaminadores para seguir contaminando”. Ellos consideran que una vez aceptado el “fracaso”, puede, afrontarse “el reto de dejar el calor extra en menos de 2ºC”.
Este objetivo de 1,5ºC está incluido en el Acuerdo de París a modo de mal menor. De hecho, el Panel de Expertos de la ONU recibió el mandato de elaborar un informe específico sobre las diferencias entre los impactos que causaría una Tierra 2ºC globalmente más cálida y otra cuyo recalentamiento se contuviera en 1,5ºC. El trabajo aparecido en 2018 describía una cascada de daños extra si el calor subía más allá de ese umbral.
La idea de que todavía estamos a tiempo de conseguir ese fin dominó la Cumbre del Clima del año pasado en Glasgow. 2021 fue el año con mayores emisiones de CO2 de origen humano de la historia. Así que el presidente de la conferencia, el británico Alok Sharma, expresó al acabar: “Hemos mantenido el 1,5 ºC con vida, pero su pulso es débil”. A la luz de los análisis sobre los planes de los países, el enfermo no ha mejorado.
Como científicos tenemos que decir la verdad y no ser paternalistas. La sociedad puede aceptar la realidad y nosotros debemos tratarle con dignidad y respeto
El responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, subraya que “por un lado, compartimos la idea de que los gobiernos no están haciendo lo suficiente. Las emisiones nos están llevando a superar el umbral del 1,5. Y también compartimos la crítica al discurso de que aparecerá una tecnología que nos salve”.
Pero, al mismo tiempo, Andaluz considera que “es fundamental mantener como objetivo esa temperatura máxima de 1,5ºC porque, así, ese será el horizonte con el que deba juzgarse y evaluar las acciones de los países. Si se elimina, se analizará respecto al límite de 2ºC y puede llevar a una falsa sensación de que hay tiempo, de que no vamos tan mal”.
Ese umbral se va a superar en algún momento, pero si se eliminan las emisiones en 2050, se le dará tiempo a los ecosistemas para reequilibrar el clima al final de siglo
¿Lleva a la inacción?
La astrofísica Elena González admite que han “ponderado” si un mensaje de estas características puede tener un efecto indeseado: provocar desánimo y, por lo tanto, inacción. “Hemos revisado que es más bien al contrario”, cuenta. “Y, en todo caso, los mensajes muy positivos no han conseguido el objetivo de una acción efectiva”. añade.
Mientras, desde la ONU se ha insistido en que “cada fracción de grado salva vidas”. Lo hizo el secretario general de la organización, Antonio Guterres, al conocerse la evaluación sobre impactos y vulnerabilidad ante la crisis del clima. “Tenemos que intentarlo porque cada fracción cuenta”, ha dicho este jueves la jefa del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen.
Javier Andaluz recuerda que “limitar el calentamiento global a 1,5ºC es el objetivo para final del siglo XXI. Está claro que ese umbral se va a superar en algún momento, pero si se eliminan las emisiones en 2050, se le dará tiempo a los ecosistemas para reequilibrar el clima”.
Con todo, Elena González insiste: “Como científicos tenemos que decir la verdad y no ser paternalistas. La sociedad puede aceptar la realidad y nosotros debemos tratarle con dignidad y respeto”.