El arzobispo de París, Laurent Ulrich, reabrió oficialmente la catedral de Notre Dame este sábado con un rito que consistió en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que fue entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral.
A la ceremonia, que se tuvo que reajustar por culpa del viento y la lluvia y que comenzó con el tañido de las campanas de la catedral, asistieron decenas de dirigentes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.