En el peronismo creen que la marcha antifascista despertó la calle y la voluntad de organizarse contra Milei
El peronismo puso en pausa su interna en loop para hacer una demostración de fuerza contra Javier Milei en la marcha antifascista del último sábado. Si bien no hay demasiado optimismo en que la foto de unidad implique algún reacomodamiento o frene la dinámica dañina que se desató entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, en ambos sectores ven con buenos ojos el hecho de que se haya “despertado” la calle en un año electoral y coinciden en la lectura de que existe un amplio sector de la población dispuesto a ponerle límites al Gobierno.
Kicillof, su gabinete y los intendentes bonaerenses confluyeron en Plaza de Mayo con La Cámpora, los movimientos sociales y demás sectores que se plegaron a la convocatoria inicial de la comunidad LGBTIQ+ contra los dichos homofóbicos del Presidente en Davos. “La amplia convocatoria demuestra que hay un malestar creciente y una mayoría silenciosa que esta vez quiso decir ‘basta’. La marcha fue un hito más, como las que se hicieron en defensa de la educación pública, para intentar ponerle un límite al Gobierno”, analizó en diálogo con elDiarioAR un armador alineado con el cristinista Instituto Patria.
Los allegados a Kicillof hicieron un análisis similar. “Fue una ‘bala’ que le entró al oficialismo y eso se notó por la preocupación inicial que hubo en desmentirlo, llena de idas y vueltas. Son cosas que en la sumatoria final van a indignar. La movilización sirvió para mostrarnos juntos, darle un poco de empuje a la militancia y reencontrarnos en la calle”, sostuvo un dirigente bonaerense que responde al gobernador. Sin embargo, afirmó: “Son golpes que no creo que muevan demasiado el amperímetro. Suman, pero el golpe más fuerte a Milei se lo va a dar la economía”.
En ambos bandos consideraron que la reacción inicial del Presidente y de sus funcionarios fueron una demostración de que en la Rosada se sintió el impacto: primero negaron que el Presidente hubiera comparado a los homosexuales con pedófilos, pero luego hicieron tendencia al hashtag “#MileiTeníaRazón” para desacreditar la convocatoria a través de fotos en las que cuestionaron a los manifestantes. El propio Presidente inicialmente sostuvo que había sido un recorte descontextualizado y un video editado “por las basuras del Aparato del Estado”, pero el último lunes ratificó sus dichos. En la previa al sábado, el oficialismo ya había dejado entrever su incomodidad. Karina Milei incluso organizó un operativo de afiliaciones a La Libertad Avanza (LLA) en Devoto a las 17, en el mismo horario para el que estaba convocada la marcha. Durante varios días, los libertarios promocionaron la acción de “El Jefe”, aunque finalmente la convocatoria resultó escasa.
Si bien desde la oposición destacaron que la marcha fue multitudinaria, también buscaron aclarar que no generará grandes cambios ni creen que la “ola Davos” siga creciendo. “Lo bueno es que sigue vivo en gran parte de la población el respeto por las reglas básicas de un país democrático para tener una convivencia normal. Nos movilizó un consenso sobre eso. El domingo ya volvimos a la realidad de siempre, la vida continúa y es importante ejercer la oposición en distintos ámbitos, no sólo en la calle. El freno más importante a Milei vamos a tener que ponerlo desde el Congreso”, afirmó un dirigente del entorno de Cristina. En ese sentido, reflexionó: “Sirvió para juntar un poco las distintas indignaciones colectivas. También para despertar a algunos sectores que hasta ahora miraban para otro lado, pero al igual que Cristina entendieron que Milei se pasó tres pueblos. No vemos que de esto salga algo otra vez en dos semanas otra marcha por este tema. Esto tiene que ver con un mecanismo de hartazgo respecto al Gobierno, que terminará de visibilizarse cuando se sienta el daño en la economía. Son temas que pasan, pero también errores de cálculo de Milei muy puntuales”.
Además de la confrontación con Milei, desde el Patria se encargaron de destacar un “gesto” de Máximo Kirchner hacia Kicillof en los últimos días: el PJ Bonaerense —que conduce el diputado— retuiteó un posteo del gobernador en el que criticaba al Presidente. Aunque se trató de una acción mínima, no pasó desapercibida en un contexto convulsionado y de confrontación permanente. En la mesa chica del gobernador tuvieron una buena recepción de ese “alto el fuego”, aunque saben que no necesariamente se extenderá en el tiempo. Más allá de los guiños en las redes, no hubo charlas o reuniones entre ambos en el último mes. La última oportunidad en la que Kicillof, Cristina, Máximo y Sergio Massa se vieron las caras fue en el encuentro del PJ en Moreno, una cumbre que en lugar de acercar posiciones generó más fricción y convenció al gobernador de faltar a la asunción de la expresidenta en el PJ Nacional.
Las provocaciones entre ambas tribus no cesan. Mientras que en la mesa chica del gobernador hablan de la necesidad de una “renovación” para generar una alternativa nacional contra el gobierno de Milei, desde el Instituto Patria lo acusan de estar construyendo un nuevo frente “anti-Cristina”. En ese contexto, Kicillof se prepara para encabezar el fin de semana un acto con los dirigentes que lo apoyan en la ciudad balnearia de Mar del Plata. Será un nuevo capítulo en la construcción del “axelismo”, y una nueva instancia para que se desaten cruces con el Instituto Patria.
LA/JJD
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