Chile dio este martes un histórico paso hacia la despenalización de la eutanasia luego de que la Cámara de los Diputados aprobara este derecho, al que solo le hace falta ver luz verde en el Senado y que, si se ratifica, convertiría al país en el octavo del mundo en contemplarlo.
La Cámara Baja aprobó esta iniciativa, ingresada por parlamentarios de oposición, que busca permitir que una persona con una enfermedad terminal e incurable, una patología que sea muy dolorosa o una enfermedad que derive en sufrimiento psicológico pueda ser ayudada a morir si lo desea.
“Lo que antes era obligar a sufrir ahora será ofrecer un derecho a vivir con dignidad”, afirmó durante la discusión el diputado Vlado Mirosevic, uno de los autores del proyecto, del Partido Liberal (centro-izquierda).
En 2006 y 2011 ya se habían presentado otras iniciativas similares, pero ninguna había llegado tan lejos como la propuesta actual, que fue ingresada hace seis años por una decena de parlamentarios de oposición y ha ido ganando seguidores hasta obtener un apoyo transversal, incluyendo a diversos diputados de la derecha.
Pese a que Chile es considerado como uno de los países más conservadores de Latinoamérica, la eutanasia cuenta con un alto respaldo ciudadano. Un 72 % de los chilenos se mostró de acuerdo con este derecho, según datos de la encuestadora Cadem.
Además, el 77 % del personal sanitario se mostró a favor de que se permita realizar la práctica para pacientes con sufrimiento intolerable o con una enfermedad incurable, según una encuesta del Colegio Médico (Colmed).
En tanto, todavía hay sectores conservadores que no lo ven como una opción, como el diputado de Evópoli (centroderecha) Pablo Kast, que señaló durante la discusión parlamentaria que “los responsables de que exista la eutanasia no deben ser las leyes” y que “no se pueden imponer convicciones sobre la vida o la muerte”.
Según el proyecto actual, este derecho será indelegable, es decir, solo podrá ser solicitado directamente por el enfermo, y solo optan a él los mayores de 18 años.
Otro punto controvertido fue la objeción de conciencia, que podrá ser invocada tanto por el médico como el resto del personal al que le corresponda desempeñar el procedimiento.
De salir adelante la ley, que todavía debe aprobarse en el Senado, Chile se convertiría en el octavo país del mundo en despenalizar la eutanasia, y el segundo de Latinoamérica, una región de tradición conservadora en la que este derecho también se está abriendo camino.
En Colombia es legal desde 1997 por decisión del Tribunal Constitucional (aunque el primer procedimiento no se autorizó hasta 2015) y Perú dio un paso en firme el pasado enero con el caso de Ana Estrada, una mujer que padece poliomiositis que logró acceder a la muerte asistida a través de un inédito fallo judicial.
La eutanasia también se ha legalizado en España, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Nueva Zelanda, cuya ley entrará en vigor en noviembre.
Con información de EFE.
IG