En la radio, la televisión, las redes, la página, las newsletters del Senado brasileño el trabajo de locución, presentación, filmación, difusión en vivo, redacción, fotografía, la actividad del 1° de enero fue intensa, continua, de una amplitud y profesionalismo que hizo que la amplitud de su cobertura del cambio de gobierno en Brasilia no resultase segunda a la ningún otro medio periodístico. Enfoque y énfasis sí eran diferentes. Para la Agência Senado, la noticia nacional del primer día de 2023 se deja enunciar así: “Rodrigo Pacheco, presidente del Senado, consagró un nuevo presidente en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva”. Como si el Congreso quisiera recordar, desde el primer día del nuevo gobierno, que en el año electoral 2022, el electorado votó nuevo presidente y vice, pero también nuevos diputados y senadores. Y que la suerte del Poder Ejecutivo, como también la del Poder Judicial, están en las manos del Poder Legislativo. Facultado para consagrar pero también para desecrar en virtud de su potestad de impeachment, que le permite acusar, procesar y eventualmente condenar y exonerar al presidente y al vice y a los magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF).
El presidente de la Cámara de Diputados tiene la iniciativa para iniciar un proceso de impeachment o juicio político del Ejecutivo, y el presidente del Senado tiene la iniciativa para iniciar el impeachment de los ministros de la Cortes Suprema brasileña, el STF. El Partido de los Trabajadores (PT) del presidente Luiz Inázio Lula da Silva ganó la primera minoría en la Cámara Baja, y el Partido Liberal (PL) del ex presidente Jair Bolsonaro la primera mayoría en la Cámara Alta. Dilma Rouseff, última presidenta petista, fue juzgada, condenada, y exonerada por un impeachment en 2016. Entre los planes a medias declarados del PL está el iniciar juicio político a integrantes de la Corte, a quienes acusa de haber fallado con parcialidad en cuestiones electorales que conllevaron a la derrota de su candidato Bolsonaro en el balotaje presidencial del 30 de octubre. En particular, a Alexandre de Moraes, que ofició como presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) en periodo de elecciones. Es muy improbable que logre una condena, si tomara esta decisión, que sería evaluada sólo en función del grado de impacto del espectáculo en el público y los medios.
El 2 de octubre la Cámara de Diputados renovó por completo sus 513 bancas, y el Senado un tercio de las 81 de la Cámara alta. En una y otra cámara del Congreso, el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro tendrá más voces y votos que las que ganó en la elección general de 2018, cuando el candidato derechista también ganó la presidencia. La ventaja de la derecha es irreversible, e insuperable. El Partido de los Trabajadores (PT) se convirtió en primera minoría en la Cámara baja. Sin embargo, aun con todos sus aliados, la coalición que lidera el PT no reúne, por sí sola, las 180 bancas que necesitaría para frenar un impeachment.
El Partido LIberal (PL)del presidente candidato derrotado Bolsonaro, se quedó con la mayor bancada del Congreso. En 2023 tendrá 99 bancas en Diputados. En el Senado, de las 27 nuevas bancas de 2023, 19 son del PL o de senadores bolsonaristas.
El PL, partido del presidente candidato derrotado Bolsonaro, se quedó con la mayor bancada del Congreso. En 2023 tendrá 99 bancas en la Cámara baja. La federación liderada por el PT de Lula, que integra al Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y al Partido Verde (PV), ganó 80 representantes.
Como en todas las elecciones brasileñas desde el fin de la dictadura, el gran ganador en el Congreso fue el llamado Centrão, 'Centrón'. Se lo llama así porque ocupa el corazón de la Cámara baja y porque suma más bancas que todas las otras bancadas, a las que así marginaliza. Está en el Centro de la Cámara, no es 'Centro' porque sea la suya una posición política centrista, ni siquiera de centro-derecha. El Centrão es derechista. Sólo el núcleo más duro de este Centrón, formado por el PL, Progresistas (PP), Republicanos y União Brasil, ganó 246 diputados, lo que representa el 48% del total, casi la mitad de la Cámara. La União y los PP forman un único bloque, sus 106 bancas sumadas lo volverán líder de la Cámara baja.
Con Lula presidente, el Congreso está más a la derecha que con Bolsonaro
La composición del Congreso 2023 ratifica, y enfatiza, la composición anterior. La misma derecha, sólo que más fuerte, y casi inquebrantable. El Centrón tiene asegurado que le corresponderán la presidencia de la Cámara de Diputados, la composición mayoritaria de las comisiones de Presupuesto, y el voto dirimente para dar curso, rechazar, postergar, sancionar o no los proyectos de ley.
Abogado, ganadero, empresario, el quincuagenario Arthur Lira (PP), actual presidente de la Cámara de Diputados, ya ha pactado con el PT la reelección a la presidencia. En su estado norteño de Alagoas, el 2 de octubre Lira había renovado su mandato con más votos que cualquier otro diputado federal.
En la composición del Senado se refleja la mejor elección que hizo Bolsonaro. Para el ex presidente derrotado, había sido uno de los objetivos subterráneos pero infatigables de su campaña. Porque desde la Cámara alta había sufrido los más certeros ataques institucionales durante su presidencia. En especial, por parte de la Comisión Parlamentaria de Investigación que lo declaró principal responsable de la mala gestión de la crisis sanitaria de la pandemia (a la vez que inocentó a los gobiernos estaduales con esta concentración de la culpabilidad en la cabeza del gobierno federal). De las 27 nuevas bancas de la Legislatura 2023, 19 son de la derecha, sea del PL, sea de senadores aliados al bolsonarismo.
El ex vicepresidente de Bolsonaro, el general retirado Antônio Hamilton Martins Mourão, de ascendencia indígena y acentuadísimo acento carioca, es senador por el gaúcho Rio Grande do Sul. Para imponerse como senador federal de su estado natal de Paraná, Sérgio Moro tuvo que reconciliarse con Bolsonaro. El ex juez federal del Lava Jato había sido altanero ministro de Justicia renunciante del gabinete bolsonarista inicial de 2018. El magistrado de Curitiba que, motivado políticamente, procesó, juzgó y condenó ilegítimamente a Lula e inhibió la candidatura del petista en la elección presidencial de cuatro años atrás, no le debe su banca senatorial a su cruzada anti-corrupción. La épica del Lava Jato ocupó poco lugar en las decisiones del electorado brasileño de octubre. Moro debe su banca a la acolada del ex capitán del Ejército y ex presidente Bolsonaro.
Por primera vez en 25 años un nuevo partido tiene mayoría en el Senado: el PL del ex presidente Bolsonaro. El conservador Partido Social Democrático (PSD) del actual presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, es la segunda bancada. El liberal Movimiento Democrático Brasileño (MDB), fuerza también derechista que actualmente es el mayor partido del Senado, ocupa en 2023 el tercer lugar en la Cámara alta. Pero también tiene 9 senadores el conservador y nacionalista União Brasil, por lo que hay dos bancadas en tercera posición. Desde 1998, el MDB retenía la mayoría del Senado cada nueva Legislatura; en la de 2023 es la primera vez que la pierde, y bajó del primer lugar al tercero.
El PT tendrá en 2023 dos bancas más que en 2019. Un impulso cuya causa ha sido atribuida sin disidencias a la candidatura presidencial de Lula. También en el Senado parece ser válida la fórmula: 'Lula es más que el PT'.
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