El gobierno de Macron supera por apenas nueve votos la moción de censura tras la reforma de las jubilaciones

Javier Biosca Azcoiti/elDiario.es

20 de marzo de 2023 16:59 h

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El gobierno de Emmanuel Macron, liderado por la primera ministra Elisabeth Borne, superó la moción de censura planteada por la oposición después de haber recurrido una vez más al artículo 49.3 de la Constitución, que le da la potestad de aprobar la polémica reforma de las jubilaciones por decreto.

Macron salvó así por estrecho margen la continuidad de su gobierno y la reforma de las jubilaciones, que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años. La iniciativa ha provocado multitudinarias manifestaciones en el país y la parálisis de algunos sectores de la economía.

La moción presentada por el pequeño grupo LIOT (Libertades, Independientes, Ultramar y Territorios) recibió el apoyo de 278 diputados y la mayoría absoluta está en 287. Diputados de la coalición izquierdista NUPES y de la extrema derecha de Marine Le Pen apoyaron la propuesta, así como algunos diputados rebeldes de la formación conservadora Los Republicanos. En total 19 diputados de Los Republicanos votaron a favor de derrocar al Gobierno, pero se necesitaban 28. Una segunda moción presentada por la formación de Le Pen solo ha recibido 94 votos a favor. Tras la votación se han dado concentraciones en varias ciudades para protestar contra la reforma.

“Quienes disfrazan el 49,3 de herramienta antidemocrática tienen poca memoria. Olvidan que es precisamente el debilitamiento del Parlamento y la incapacidad de legislar en situaciones de crisis lo que ha llevado a algunos a cuestionar la democracia parlamentaria”, señaló la primera ministra durante la sesión parlamentaria. “El 49,3 no es la invención de un dictador, sino la elección profundamente democrática del general De Gaulle y aprobada por el pueblo francés. Al final, se vota. Estamos al final de la vía democrática y política de esta reforma. Si quieren derrocar al Gobierno que la está llevando a cabo, ahora tienen la oportunidad”, añadió.

Charles de Courson, diputado de LIOT que presentó la moción de censura, se dirigió a la primera ministra durante la sesión: “Nada le obligaba a utilizar el 49.3. La valentía y el respeto a las instituciones deberían haberles llevado a votar. Probablemente habrían perdido la votación, pero ésa es la norma en democracia”. “La Asamblea Nacional, única representante del pueblo francés, nunca habría votado este proyecto de ley” y “el Gobierno ha utilizado todas las maniobras posibles para eludir y constreñir el debate parlamentario, para torcer los procedimientos”, dijo.

La portavoz en la Asamblea de La Francia Insumisa, Mathilde Panot, calificó de traición la maniobra del Gobierno para aprobar la reforma. “Sea cual sea el resultado de esta moción de censura, ustedes ya han perdido”, señaló. Tanto Panot como Jean-Luc Mélenchon solicitaron continuar con las movilizaciones.

El mecanismo del 49.3 permite a la Asamblea retirar el proyecto del Gobierno si se presenta y aprueba una moción de censura contra el Gobierno en las 24 horas posteriores a la aplicación de la cláusula. Borne no cuenta con mayoría en la Asamblea y ya superó en octubre otras dos mociones presentadas por la oposición cuando el Ejecutivo francés aprobó por decreto los presupuestos. Entonces la moción de NUPES, apoyada por sorpresa por Le Pen, obtuvo 239 votos.

La Constitución francesa limita el uso de la herramienta constitucional del artículo 49.3 a una vez por legislatura excepto si se trata de un proyecto de ley de finanzas (PLF) o de financiación de la seguridad social (PLFSS). De ahí el formato legislativo elegido para la reforma de las pensiones –proyecto de ley rectificativo de financiación de la seguridad social– que dejaba al Ejecutivo la posibilidad de recurrir al decreto para aprobar el texto en caso de bloqueo parlamentario. En un primer lugar, Borne pretendía conseguir el apoyo de Los Republicanos, pero no lo consiguió.

Oposición

Tanto la izquierda como la extrema derecha casi vieron lo ajustado del resultado como una victoria, ya que aseguraron que el respaldo del Ejecutivo se degrada con el paso de los meses.

Además, anunciaron un recurso ante el Consejo Constitucional contra la reforma de las jubilaciones, lo que retrasará unas semanas su entrada en vigor.

Pero la izquierda fue clara al apelar a seguir la lucha contra esa reforma en las calles, donde desde principios de año los sindicatos han multiplicado las jornadas de manifestación y las huelgas.

“Nueve votos no pueden detener la democracia social. El pueblo tiene que tomar cartas en el asunto y es lo que va a hacer”, aseguró el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que apeló a seguir manifestando contra esa reforma que retrasa dos años, hasta los 64, la edad mínima de jubilación.

La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, por su parte, consideró que “el Gobierno pierde legitimidad” y apeló a Macron a convocar un referéndum sobre la reforma de las pensiones.

Le Pen consideró que la crisis política que vive el país solo puede superarse “por las urnas”, por lo que pidió una disolución de las cámaras y la convocatoria de legislativas.

Los opositores a la reforma siguieron manifestando en contra de la misma en varias ciudades del país, mientras que el sindicato más combativo, la CGT, aseguró que la aprobación de la reforma “no frena la determinación de los trabajadores”.

Poco después de las votaciones en la Asamblea, se formó una concentración en la plaza Vauban, junto al mausoleo de Napoleón, en contra de la reforma.

Varios sectores, como los transportes, la educación o la recogida de basuras de diversas ciudades, mantienen llamamientos a la huelga en los próximos días y los sindicatos han convocado una novena jornada de paros y manifestaciones para este jueves.

Durante el debate de las mociones de censura, la primera ministra defendió que la reforma fue uno de los compromisos de Macron durante la campaña y acusó a la oposición de otorgar más legitimidad a la calle que a las instituciones.

“Acaba la vía democrática de esta reforma esencial”, indicó la jefa del Gobierno tras el rechazo de las mociones.

La jefa del Gobierno aseguró que “nadie tiene el monopolio para hablar en nombre del pueblo” y pidió respeto por las instituciones democráticas. 

Con información de EFE