El ministro de Justicia y viceprimer ministro británico, Dominic Raab, renunció este viernes después de la publicación de un informe que detalla múltiples acusaciones de acoso laboral contra él de funcionarios y colegas en otra crisis para el Gobierno de Rishi Sunak.
Raab llevaba meses resistiéndose a abandonar el cargo pese a que 24 personas con las que trabajó, funcionarios y altos cargos, habían presentado quejas formales por la manera en que los trataba. Tras una investigación de cinco meses, el abogado independiente encargado de aclarar los hechos, Adam Tolley, presentó este jueves un informe al primer ministro, que dijo necesitaba tiempo para examinar la situación. Las quejas vienen de lejos, desde que Raab fue miembro de los gobiernos de Theresa May y de Boris Johnson como ministro del Brexit -que apoyó- y de Exteriores.
Los detalles de las acusaciones, reveladas en primer lugar por The Guardian, incluyen testimonios sobre el comportamiento “muy grosero y agresivo” de Raab y el “desprecio” al trabajo de los demás. Cuando estaba en el Gobierno de May, una fuente explicó que era “especialmente malo” trabajar con él siendo mujer. Las denuncias del comportamiento de Raab vinieron, en todo caso, de hombres y de mujeres.
El informe, publicado después de la dimisión del ministro, no da tantos detalles para proteger la confidencialidad de las denuncias, pero describe el comportamiento de Raab como “intimidatorio” e “irracionalmente agresivo”, incluyendo gestos para hacer callar a las personas poniéndoles la mano muy cerca de la cara. También habla de “mal uso o abuso de poder de manera que resulta humillante”.
Los encargados de investigar quejas explicaron al Guardian que había “personas que se sentían físicamente enfermas antes de las reuniones, lloraban de manera habitual y, en más de un caso, se marcharon con pensamientos suicidas por el supuesto comportamiento” del ministro. Una persona entrevistada por el periódico dijo que el ministro “no era solo poco profesional, era un bully (acosador)”.
Sunak tuvo que empujar a Raab, que aseguraba que no había violado ningún código de conducta y simplemente era un jefe exigente. Hasta hace unos horas, el conservador decía que iba a “luchar hasta el final” para seguir en el cargo.
En su carta de dimisión, el ministro dice que está “obligado a aceptar el resultado de la investigación”, pero subraya que parte de las quejas han sido desestimadas y que el proceso ha tenido “errores”, lo que “sienta un precedente peligroso para el buen gobierno”. Sunak contestó en otra carta que el ministro había hecho “lo correcto” al dimitir, pero aseguró que había “fallos” en el proceso.
Altos cargos de Justicia ya estaban amenazando con dimitir si el ministro seguía en su puesto mientras las turbulencias en el Gobierno conservador siguen pese a las promesas de Sunak de “integridad” y “profesionalidad” en contraste con el Gobierno de Johnson. Además de las divisiones entre los tories, el caos por las consecuencias del Brexit, el coste de la vida y las huelgas por la falta de recursos públicos, en particular en la sanidad, han puesto a los laboristas muy por delante de los conservadores en intención de voto.
La tercera dimisión
Es la tercera vez que Raab dimite del Gobierno. Renunció en 2018 después de la presentación de la propuesta de May para el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE, y en 2021, cuando siendo ministro de Exteriores no quiso interrumpir sus vacaciones en Creta tras la caída del Gobierno de Kabul y el regreso de los talibanes. En ese caso, Johnson le forzó unas semanas después a renunciar a su cartera de ministro.
Volvió al Gobierno en octubre después de apoyar a Sunak en la carrera del Partido Conservador para primer ministro y recibió entonces una charla sobre cómo tenía que moderar su comportamiento.
Es el segundo alto cargo que dimite en el Ejecutivo de Sunak por motivos parecidos. En noviembre, Gavin Williamson, secretario de Estado, se marchó después de que el Guardian publicara que había amenazado a un funcionario cuando era ministro de Defensa.
El sindicato de funcionarios públicos, FDA en sus siglas en inglés, pidió este viernes al primer ministro que autorice una investigación más profunda sobre el acoso laboral en todos los ministerios. Según la organización, el 70% de los funcionarios no confía en el sistema para presentar quejas.
Los ataques a los funcionarios se han convertido, además, en parte del mensaje habitual de varios ministros conservadores. El profesor de Políticas Tim Bale, experto en la historia los tories, explica en una entrevista con elDiario.es que ésa es una de las características por las que el Partido Conservador se está convirtiendo en un partido “de derecha radical populista”.
Sunak también se puede enfrentar pronto a otra dimisión, la del presidente de la BBC, Richard Sharp, investigado porque no declaró en su proceso de nombramiento que había ayudado al entonces primer ministro Boris Johnson a conseguir un préstamo de 800.000 libras (más de 900.000 euros) justo antes de que el Gobierno lo recomendara para el puesto en la radiotelevisión pública.