Matteo Messina Denaro, el último “jefe de jefes” de la Cosa Nostra, la mafia siliciana, murió a los 61 años en el hospital de L'Aquila a causa de un cáncer de colon, según informó este lunes la agencia de noticias ANSA.
Messina Denaro, que durante los últimos 30 años fue el criminal más buscado de Italia hasta su detención el pasado 16 de enero de 2023, había entrado en fase de coma irreversible en las últimas horas. El mafioso había dejado un “testamento biológico” en el que pedía que no se alargase su vida con tratamientos o la asistencia de máquinas.
Tras ser detenido fue internado en la prisión de máxima seguridad de L'Aquila. Messina Denaro nunca colaboró con la Justicia ni se presentó a los procesos abiertos contra él. “No me arrepentiré nunca”, llegó a decirles a los investigadores.
El llamado “último padrino” había sido detenido en la clínica privada La Maddalena de Palermo, la capital siciliana, donde había acudido para un tratamiento médico con la prepotencia de saberse protegido por una red que le había permitido estar oculto al mundo durante 30 años en su Sicilia natal.
Messina Denaro, conocido como 'U siccu' (el delgado, en dialecto siciliano) o 'Diabolik', por su gusto por el conocido ladrón de los cómics, nació en la localidad siciliana de Castelvetrano. El capo fue ascendiendo puestos dentro de la Cosa Nostra y los investigadores consideran que se convirtió en “jefe de jefes” tras el arresto de Toto Riina, hace 30 años, y de Bernardo Provenzano, que estuvo en busca y captura durante 38 años.
El jefe de la mafia siciliana llevaba prófugo desde el verano de 1993, cuando en una carta escrita a su entonces novia, Ángela, tras las masacres mafiosas de Roma, Milán y Florencia, le anunciaba el comienzo de su vida como huido de la Justicia. “Oirás de mí (dando a entender que sabía que poco tiempo después su nombre sería asociado a un grave derramamiento de sangre) y me pintarán como un demonio, pero todo son falsedades”, escribía.
La última sentencia le considera el cerebro de los atentados que provocaron la muerte de los dos magistrados antimafia en 1992 Paolo Borsellino y Giovani Falcone, la esposa de éste, Francesca Morvillo, y ocho agentes de la escolta.
Además, acumulaba varias condenas perpetuas por decenas de asesinatos, entre ellos el del pequeño Giuseppe Di Matteo, el hijo del colaborador de la justicia estrangulado y disuelto en ácido tras casi dos años de cautiverio.
En la prisión de la L'Aquila, Messina Denaro estaba sometido a un férreo régimen de asilamiento penitenciario. Pero tras agravarse su estado de salud tuvo que ser trasladado a la unidad para presos del hospital de esa ciudad, en medio de fuertes medidas de seguridad.
El pasado 8 de agosto tuvo que ser intervenido por un una obstrucción intestinal pero, aunque la cirugía resultó exitosa, sus condiciones de salud entraron en fase de “continuo empeoramiento” por el cáncer.
El poder del considerado último jefe de Cosa Nostra, el último de los “corleoneses”, se demuestra no solo en su amplia red de contactos y testaferros que se ha procurado en estos años, sino que también se puede cuantificar en los más de 4.000 millones de euros que se ha confiscado a su entorno.
Según los investigadores, Messina Denaro continuó desde la clandestinidad impartiendo órdenes en Cosa Nostra, como prueban los “pizzini”, los trocitos de papel con los que se comunican sus miembros, interceptados por la Policía italiana en los últimos años.
Aunque su figura ha estado siempre rodeada de leyendas, los investigadores apuntaban a que el escurridizo “capo” de Costa Nostra era una personalidad muy diferente a la del resto de jefes mafiosos como Riina y Provenzano, de escasa inteligencia y escondidos durante años en medio del campo en pésimas condiciones.