En tan solo tres días de armado, los productores de la Exhibición Nova montaron en medio de la pista central de La Rural una carpa gigante, con piso de arena y arbustos bajos. Un ecosistema que simula al del desierto del Neguev, al sur de Israel, donde un año atrás, se llevó a cabo el fatídico Festival. Envolviendo este toldo de 3.000 metros cuadrados, que permanecerá dos semanas en el corazón de Palermo como una muestra impactante y reveladora del horror, resuena una música electrónica suave, amplificada por parlantes de última generación de tecnología israelí, los funktion-one.
Al entrar a la estructura montada, aparece desplegada una ronda formada por carpas de todos los colores, rodeadas de heladeras y reposeras, sobre las cuales se ubican cigarrillos, snacks israelíes como pretzels y bambas, una remera de los Lakers, un backgammon y hasta un sidur -libro de rezos del judaísmo-, como una prueba de la diversidad de personas que formaban parte de este evento festivo. Al costado de esta ronda, se erige el mismo bar que fue testigo del horror de la masacre perpetrada por terroristas de Hamas aquella mañana del 7 de octubre. A unos pasos de allí, se levanta una cabina de colores e imágenes psicodélicas donde, un año atrás, se encontraba parado el DJ que tocó al amanecer, Yarin Ilovich.
A las 06.29 de la mañana de aquel 7 de octubre, Ilovich debió parar abruptamente la música. A partir de entonces, esta explanada ubicada en Reim fue escenario de la muerte de 410 jóvenes y la captura de decenas que permanecen cautivos, constituyendo la peor masacre que los terroristas perpetraron el 7 de octubre del 2023, en el cual murieron entre el ataque al festival y a los kibutzim lindantes con la Franja de Gaza más de 1.200 personas, cientos fueron secuestrados y se produjeron violaciones a civiles de todas las edades y nacionalidades.
La Exhibición del Festival de Música Nova, que estará en la Rural hasta el 21 de octubre, intenta reconstruir el miedo y la desesperación de quienes asistieron a este festival a pocos kilómetros de la Franja de Gaza. Con la llegada del amanecer, centenas de terroristas irrumpieron en Nova con el único objetivo de causar dolor, en un evento al cual asistieron casi cuatro mil jóvenes cuya consigna era promover la paz.
A pesar de que la muestra Nova –exhibida en Tel Aviv, Nueva York, Los Ángeles y ahora en Buenos Aires– replica el ambiente de este festival, con la arena, la música envolvente, la luz tenue y el olor a tierra seca, la exhibición es todo menos alegre y festiva. Los cigarrillos, snacks, anteojos, zapatillas, mochilas, y demás objetos desplegados se revelan como testigos de la masacre y del terror. Alrededor de las carpas, delante de los arbustos, hay decenas de pantallas que muestran videos que circularon en las redes sociales los días posteriores al 7 de octubre, como el de Noa Aragami siendo llevada en una moto por terroristas, o el estremecedor video de Shani Louk siendo paseada desnuda en la parte trasera por terroristas en la parte trasera de una pick-up.
También, se despliegan conversaciones telefónicas y videos estremecedores entre jóvenes que, mientras corrían por sus vidas o estaban escondidos en la tierra, llamaban a sus seres queridos para despedirse, como el caso de Romi Gonen, quien aún permanece secuestrada en Gaza, junto con otros cien rehenas más, de los cuales no se sabe su paradero. Hay además en muchas de las pantallas testimonios de muchos de los sobrevivientes del festival, como el caso de Eleonor Gambrian, quien se escondió adentro de una de las heladeras del bar montado del festival y allí permaneció ocho horas, hasta que acudieron a rescatarla. Al lado de los parlantes funktion-one, hay una placa con la historia de su creador, Matan Lior, quien se encontraba en el festival y fue asesinado.
Al final de la muestra se encuentran personalmente Omri Kochavi y su esposa, productores del festival Nova y sobrevivientes del ataque, quienes corrieron y lograron salvar sus vidas. También participan en la muestra dos sobrevivientes más.
Buenos Aires es la cuarta ciudad donde tiene lugar la Exhibición del Festival Nova. Tamara Kosacoff, productora del evento, cuenta en diálogo con elDiarioAR que la idea de traer esta muestra a la Argentina surgió cuando Hernan Feler –el sobrino de Ofelia Feler, quien estuvo secuestrada y fue rescatada– fue hacia Israel a reencontrarse con su tía. Allí conoció a Omri, quien, luego de la masacre del festival, decidió que había que contarle al mundo lo que había sucedido. Se pusieron en contacto con Kosacoff quien junto a Guido Lerea, de Juntos por Israel, viajaron a Nueva York a conocer a “los chicos de Nova”.
Kosacoff asegura que el objetivo de la muestra es transmitir y contar lo que pasó, para “generar consciencia”. “La razón por la cual hacemos la exhibición es para hacerle saber al mundo que esto no puede pasar ni en Israel ni en ningún otro lugar”, coincide con ella Kochavi, al finalizar el recorrido por la exhibición. “Lo queremos hacer por los más de 400 amigos que ya no están entre los vivos. Decidimos salir a contar la realidad de lo que pasó por ellos”.
AS/DTC