Qué incógnitas falta despejar para descubrir hacia dónde va la guerra en Ucrania
En este conflicto, donde la información parecer ser primordial y abarcar todo, lo más sorpresivo e inquietante de la guerra en Ucrania no es precisamente lo que se sabe sino las muy grandes incógnitas suscitadas en las áreas poco informadas o desconocidas.
Analistas, comentaristas, especialistas han seleccionado y analizado todo lo que se conoce sobre las operaciones y el desempeño del ejército ruso en Ucrania en un esfuerzo por predecir la trayectoria del conflicto. Pero es aquello que se entiende mal, que no se llega a entender, y aquello que se desconoce, lo que puede ser aún más significativo, y al fin de cuentas, decisivo.
Un tema que ha llamado la atención es la tasa de bajas, tanto de soldados como de equipamiento y armas, del lado ruso en la semana y media que lleva la lucha.
En una decena de días, las imágenes de soldados rusos muertos o hechos prisioneros, y de equipos destruidos o abandonados o apropiados se han vuelto comunes de tan cotidianas. Quedó claro que las fuerzas rusas han perdido de todo, desde aviones hasta los principales tanques de batalla e incluso convoyes completos.
En una decena de días, las imágenes de soldados rusos muertos, o hechos prisioneros, se han vuelto comunes. Quedó en claro que las FFAA de Rusia han perdido de todo en Ucrania, desde aviones hasta tanques de batalla e incluso convoyes completos.
Sin embargo, el desgaste no es una calle de mano única, y queda mucho menos claro el nivel de pérdidas sufridas por las fuerzas ucranianas, sin un alud equivalente de imágenes en las redes sociales del lado ruso divulgando imágenes . Y es comprensible que Ucrania no quiera anunciar sus reveses.
Entre algunas imágenes que aparecieron de pérdidas de equipos, la más sorprendente fue la del buque insignia de la armada ucraniana, que se hundió en el puerto durante el fin de semana, y los observadores tuvieron que adivinar qué podría haber ocurrido a través de lo que no es visible y de lo que aparentemente no está sucediendo.
La Fuerza Aérea y las defensas aéreas de Ucrania sufrieron un duro golpe en los primeros días del conflicto. Si bien Rusia afirmó haber neutralizado las defensas aéreas ucranianas, queda en claro que sobrevive cierta capacidad, pero no se sabe cuánta.
La deserción no es un problema simétrico. Debido a que es más difícil atacar que defender una posición, tradicionalmente -dejando de lado otras ventajas como la tecnología- los estrategas militares han pensado que las fuerzas atacantes necesitan aproximadamente una ventaja de tres a uno.
En términos prácticos, los planificadores y estrategas militares rusos que redactaron el diseño de la invasión de Ucrania deberían haber incluido en su planificación pérdidas de soldados o equipo.
Sin embargo, y nuevamente, lo que no sabemos es si lo que hemos estado viendo está dentro de esos cálculos o los supera.
Otro tema que ha llamado mucho la atención es la cuestión del progreso ruso en su calendario ofensivo, del que se habla mucho en las sesiones informativas de defensa e inteligencia en las capitales occidentales.
Si bien se ha tratado como un hecho que el Kremlin pensó que Ucrania caería fácilmente en los primeros días de la invasión, en realidad no sabemos cuáles eran o siguen siendo las suposiciones militares rusas, ni siquiera si esos planes han cambiado.
En otras palabras, cuando las fuerzas rusas no parecen estar avanzando, ¿significa que se están “estancando” debido a problemas o estamos viendo una pausa operativa? ¿O una combinación de los dos?
Esa perspectiva se planteó el sábado en la última actualización de Frederick Kagan y sus colegas del grupo de expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra cuando sugirieron que las fuerzas rusas en Ucrania “podrían haber entrado en una pausa de operaciones operativas posiblemente breve el 5 de marzo mientras se preparan para reanudar contra Kiev, Járkov, Mykolaiv y posiblemente Odesa en las próximas 24-48 horas”.
Una conjetura de la inteligencia occidental anterior a la invasión -que Moscú se contentaría con una campaña limitada en Donbás y en Crimea- resultó ser incorrecta. Rusia ha atacado de una manera mucho más sustancial, su ofensiva militar es mucho más amplia, y parece guiada ante todo por la voluntad de tomar la ciudad capital de Kiev y de deponer el gobierno de Volodímir Zelenski.
También se presenta la cuestión de cuán significativamente Rusia domina las áreas que dice dominar. Los mapas ampliamente difundidos en los medios y las redes han mostrado grandes, enormes territorios que ahora se encuentran bajo el control militar ruso. Eso afirman. Pero en la realidad, esos mapas, en gran parte del país, son como esos libros infantiles, para que coloreen el espacio contenido entre las líneas del dibujo. Como aquí, todo lo que se encuentra delimitado por la grandes carreteras, que sí se hallan efectivamente controladas por las fuerzas rusas.
Luego, la mayor incógnita de todas. Uno de los conceptos clave para comprender los conflictos y sus posibles resultados radica en cuál es la posición de cada contendiente en el arco del espectro entre la fragilidad extrema y la resiliencia proteica. Un asunto tema que todo lo abarca, desde la cohesión social ante el conflicto hasta la capacidad de sostener un esfuerzo bélico prolongado, un movilización nacional carcomida cada día por las fatigas que provoca una guerra.
Traducción de AGB
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