Posibles riesgos para la fauna y el mar, los debates detrás del buque de licuefacción en Río Negro
El nuevo proyecto de explotación hidrocarburífera en el golfo San Matías se debatirá este miércoles en una audiencia pública en la localidad de San Antonio Este, provincia de Rio Negro. Se trata de un buque de licuefacción que se ubicará frente a las costas del golfo, una zona protegida por ley hasta septiembre de 2022, cuando se habilitó el transporte de hidrocarburos en la zona. El golfo es, además, zona de cuatro áreas protegidas y de la Península Valdés, en Chubut, Patrimonio de la Unesco.
El proyecto está a cargo de la petrolera Pan American Energy (PAE) junto con la noruega Golar y que contará con la participación de Pampa Energía y Harbour Energy. YPF también se podría sumar próximamente“.
Raquel Perier, bióloga y una de las impulsoras de la ley que protegió al golfo San Matías del transporte de gas y petróleo hasta 2022, conversó con elDiarioAR sobre este tercer proyecto de explotación petrolera que impulsa el gobierno de Rio Negro sobre la misma zona desde la modificación de la ley, luego del oleoducto Vaca Muerta Sury un gasoducto en Punta Colorada, también ubicada en el golfo San Matías.
La científica alertó sobre el impacto que tiene asociado este modo de producción de Gas Natural Licuado (GNL): es transportado desde tierra en estado gaseoso y en el buque se licúa para poder exportarlo en su versión líquida y por tanto, con menor volumen. “Van a usar agua del mar para enfriar el gas: primero la desalinizan y después la utilizan. Ese agua que utilizan para enfriar el gas absorbe el calor que están sacándole para poder enfriarlo. Vuelven a tirar el agua al mar una vez usada, con mayor temperatura que la que fue extraída”, explicó Perier.
La bióloga afirmó que “la salmuera que se produce (al desalinizar el agua) también se tira al ma Además, por las características del golfo, sus aguas profundas y de un recambio lento entre septiembre y marzo, hacen que las probabilidades de disolución y renovación sean bajas”.
Perier también alertó sobre los buques llamados “metaneros” que vendrán cargados con agua para equiparar el peso y deberán liberarla en el golfo: “Van a entrar tres barcos metaneros por mes, porque tardan unos 11 días más o menos en cargar. Esos barcos metaneros vienen para llevarse metros cúbicos de gas, pero vienen vacíos. Vienen cargados con agua para poder mantener el equilibrio en el viaje. Y ese agua, ¿dónde va? Al golfo, al mar. Eso se llama ‘agua de lastre’”, concluyó la científica.
Qué se discute
PAE y sus socias contrataron a la consultora Serman & Asociados para realizar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la actividad que le espera al golfo San Matías a partir del proyecto. El estudio tiene 8 cuerpos y alrededor de 3.200 hojas que fueron escaneadas como fotos por la secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia de Rio Negro. Una de las quejas de los ciudadanos de Las Grutas, vecina de San Antonio Este, es que ello impidió utilizar motores de búsqueda para procesar la información.
En PAE destacaron que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) “fue elaborado conforme a la legislación nacional y provincial vigente y siguiendo los estándares internacionales y mejores prácticas reconocidas en materia de evaluación y gestión socio ambiental, avaladas por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial”. Otra de las críticas de los conservacionistas, ambientalistas y vecinos de la zona es que este tipo de estudios, clave para determinar qué impacto tendrán las actividades en el ecosistema, la flora, fauna y los humanos que habitan la región afectada, es que son realizados justamente por empresas contratadas por petroleras y mineras.
PAE sostiene que “el EIA concluye que el proyecto es viable” y que los impactos serán “bajos”.
Cuestión de citas
Otro punto que causó controversia fue el uso que se le dio a la bibliografía citada en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Según Perier, se citan estudios que ella misma realizó, pero de manera meramente expositiva, sin tomar dimensión de lo investigado y tampoco condicionando el resultado del estudio.
Perier contó a elDiarioAR un ejemplo específico con respecto a su investigación sobre la merluza en la zona. Sus estudios demuestran que el golfo San Matías alberga una población única de merluza que completa todo su ciclo de vida dentro de esas aguas. Sin embargo, el EIA de la consultora Serman no aborda este hallazgo al evaluar los riesgos del proyecto para esta población de merluza, sostuvo la bióloga.
La investigadora criticó el estudio por usar su trabajo y el de otros científicos como “una fachada de credibilidad sin comprometerse realmente con sus hallazgos”. Esta práctica, aseguró, distorsiona la evaluación real de los impactos del proyecto en el golfo San Matías.
“No hay en realidad una información clara sobre las cuestiones relevantes del ecosistema, lo que son las zonas de reproducción, lo que son las zonas de desove, o la crianza de juveniles, las zonas larvarias, las zonas de alimentación, cómo son las corrientes, es decir, cosas que a vos te permiten hacer una evaluación de los riesgos que puede tener un proyecto de estas características dentro del golfo”, afirmó Perier.
Buques de agua
Fuentes de PAE explicaron a elDiarioAR que el estudio realizado en la zona incluyó análisis de la calidad de agua, sedimentos, suelos y aire. Además, la petrolera encargó mediciones de ruido ambiente, estudios hídricos y geológicos; y un relevamientos de flora y fauna terrestre, acuática y marina en 2 temporadas contrastantes.
La empresa sostiene que se realizaron prospecciones arqueológicas y paleontológicas, relevamientos de usos del suelo, la costa y las aguas del golfo; además de estudio de impacto acústico aéreo y subacuático; y análisis de posibles contingencias durante la operación del buque. Se estudiaron emisiones, impacto paisajístico para la zona y s relaizó una identificación y mapeo de partes interesadas.
Científicos de la organización ELAW realizaron un análisis del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y advirtieron sobre distintos puntos que no fueron tenidos en cuenta. Entre ellos, destacaron el impacto sobre la temperatura del agua que implicará el enfriamiento del gas para licuarlo: “Este volumen de agua equivale a la descarga de casi 16 piscinas olímpicas por hora de manera continua durante toda la fase de operación del proyecto, a una temperatura hasta 7°C superior a la del agua de mar”. Los resultados, afirmaron, no son representativos de lo que ocurriría en la realidad.
Además, los expertos de ELAW adviertieron: “Se descargarían aguas con altas concentraciones de sales y otros contaminantes al ambiente marino de manera continua durante la operación del proyecto, con un efecto acumulativo en la Bahía”.
Áreas protegidas
Otros puntos que destaca el informe son las particularidades de las áreas naturales protegidas del Golfo y la Península Valdés, que se verían afectadas por la contaminación del proceso productivo, de acuerdo a los expertos.
Una de esta zonas protegidas es la Bahía de San Antonio, donde está presente una población endémica de caballito de mar Hippocampus patagonicus y la ballena franca, de presencia estacional, junto con las aves y mamíferos, que han permitido el desarrollo de turismo de avistamiento de fauna marina.
Otro ejemplo es el Área Natural Protegida Península Valdés, que además de ser la zona predilecta de las ballenas francas para tener sus crías, alberga a la colonia reproductiva más importante del sector continental del pingüino de Magallanes.
Posibles riesgos para la fauna
“En el golfo San Matías, la ballena franca hace un uso muy intenso del área costera. Entonces va a interferir con las operaciones del barco, va a encontrar agua caliente, va a encontrar ruido, va a encontrar un montón de cosas que van a desalentar que ese linaje, que esa línea matriarcal que hace uso de ese lugar continúe con la repoblación de ese espacio”, explicó a elDiarioAR Hernán Pérez Orsi, investigador ambientalista.
Roxana Schteinbarg, cofundadora del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), sostuvo en diálogo con éste medio: “Lo cierto es que las ballenas no distinguen de fronteras ni de límites jurisdiccionales, ni dónde termina una provincia y la otra. La población de ballena utiliza las aguas de los golfos norpatagónicos: el golfo San Matías, el golfo Nuevo y el San José”. “Nosotros desde hace 54 años hacemos la fotoidentificación y muchas ballenas que observamos en el golfo Nuevo también están en San Matías. Además de hacer un uso indistinto de los golfos, tienen una gran fidelidad a los sitios”, sostuvo la científica.
“Nos preocupa muchísimo justamente por la alteración que producen el hábitat. Estamos hablando de mayor tráfico marítimo y el riesgo a mayor cantidad de colisiones: imaginate lo que son estas grandes embarcaciones, la posibilidad de maniobrar es imposible”, explicó Schteinbarg. “Van a generar un tráfico marítimo mucho más intenso en una zona de altísima concentración, no solamente de ballenas, sino de orcas, de delfines, de pingüinos, de lobos y elefantes”, agregó en referencia a los buques que transitarán por el golfo de realizarse los tres proyectos pendientes en la zona.
El futuro del golfo
Perez Orsi cree que el destino del proyecto es que se apruebe más allá de la opinión disidente de los vecinos, tal como sucedió con el proyecto del oleoducto de Vaca Muerta Sur: “La experiencia nos ha dictado que definitivamente por más cosas buenas que aportemos, no va a cambiar una coma de actuación ambiental, no se va a modificar el destino que esto tenga. Así que es definitivamente una obligación de las partes estar ahí, decir, ‘yo no quiero este proyecto por esto, van a provocar esto’. Será para atestiguar la voluntad de cada uno de los vecinos y la firmeza en la postura, pero definitivamente hay poca esperanza puesta en el resultado final que esta audiencia pública pueda llegar a tener”, concluyó.
*elDiarioAR viajó a San Antonio Este gracias a la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
LG/ED/JJD
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