El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, declaró persona non grata al secretario general de la ONU, António Guterres, y prohibió su entrada en el país, tal y como anunció en un comunicado. “Quien no puede condenar de forma inequívoca el atroz ataque de Irán contra Israel no merece poner un pie en suelo israelí. Este secretario general dio apoyo a terroristas, violadores y asesinos, desde Hamas a Hezbollah, los hutíes, y ahora Irán”, afirmó.
Katz hace referencia al ataque con misiles que lanzó Irán el martes por la noche contra Israel, que no causó víctimas en suelo israelí, aunque numerosos proyectiles cayeron en el país, después de haber sido interceptados o destruidos por las defensas aéreas israelíes.
Anoche, Guterres sí condenó el ataque iraní y la “expansión del conflicto en Medio Oriente, con una escalada tras otra” y pidió una vez más un alto el fuego.
En el frente norte, más tropas israelíes se unieron el martes a las unidades que dieron comienzo el día anterior a las incursiones terrestres en el sur de Líbano, donde se están encontrando con la resistencia de los milicianos del grupo chií Hezbollah.
El Ejército israelí informó que “fuerzas adicionales” se sumaron a las incursiones que calificó de “limitadas, localizadas y precisas”, contra objetivos “terroristas” e infraestructura de Hezbollah. Eso no impidió que la milicia lance decenas de cohetes desde el sur de Líbano hacia el norte el Israel, causando daños en una decena de viviendas en la localidad de Metula, según el periódico israelí Haaretz.
Además del lanzamiento de proyectiles, Hezbollah dijo que sus hombres “se enfrentaron a las fuerzas de infantería del enemigo israelí, que estaban intentando infiltrarse en el pueblo de Adaisseh, infligiendo pérdidas a las fuerzas y obligándolas a retirarse”. La televisión libanesa LBC informó que hubo enfrentamientos directos entre las tropas israelíes y miembros del cuerpo de elite de Hezbollah, la fuerza Radwan, y que finalmente los israelíes se vieron obligados a retirarse.
El Ejército israelí informó de que ocho soldados murieron desde que las tropas entraron en el Líbano en la madrugada del martes para llevar a cabo una ofensiva terrestre contra el grupo chiita Hezbollah.
Poco después de anunciar su primer muerto en territorio libanés desde la guerra de 2006, identificado como el soldado Eitan Itzhak Oster, un nuevo comunicado castrense recogió los nombres de otros siete fallecidos en combate.
Los fallecidos son los capitanes Harel Etinger e Itai Ariel Giat, ambos de 23 años; los sargentos de primera clase Noam Barzilay, de 22 años, y Or Mantzur y Nazar Itkin, de 21; y los sargentos Ido Broyer y Almken Terefe, también de 21.
Según el diario The Times of Israel, Ettinger, Giat, Barzilai, Mantzur, Itkin y Oster murieron en combates de corta distancia contra los milicianos de Hezbollah en una localidad del sur del Líbano, mientras que otros cuatro soldados resultaron heridos.
El otro incidente, sobre el que las fuerzas armadas no dieron más detalles, terminó con la vida de Terefe y Broyer e hirió a un soldado de la brigada Golani, de élite de infantería, de la cual otro uniformado resultó herido en un cuarto incidente.
El Ejército se refirió por primera vez este miércoles al desarrollo de combates de corta distancia en el sur del Líbano, donde hasta ahora sólo hablaba de bombardeos.
Además, las Fuerzas Armadas libaneses confirmaron que las tropas israelíes penetraron unos 400 metros desde la frontera. “Una fuerza del enemigo israelí penetró la Línea Azul hasta 400 metros de distancia dentro del territorio libanés en las zonas de Harba Yaron y Bawaba al Eddessa, y se retiró después de un corto periodo de tiempo”, anunció en un escueto comunicado en X, citado por la Agencia EFE.
Mientras, la aviación israelí siguió bombardeando el sur y el este de Líbano –zonas con una destacada presencia de Hezbollah–, así como la capital, Beirut. La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó que durante la madrugada del miércoles varias localidades sureñas fueron objeto de “ataques masivos” israelíes, principalmente en las cercanías de la ciudad costera de Tiro, a unos 20 kilómetros de la divisoria con Israel. El Ejército israelí ordenó la evacuación de una veintena de pueblos a la altura de Tiro y un poco más al norte.
Según ANN, un centro de los servicios de emergencia libaneses fue alcanzado en la zona de Dahie, en el sur de Beirut, pero el edificio había sido evacuado tras una orden de Israel para que los residentes abandonaran varios edificios de los suburbios meridionales de la capital, los más castigados durante esta ofensiva. Desde que el lunes pasado Israel empezara su campaña de bombardeos contra Líbano, más de un millar de personas han muerto en el país de los cedros.
Israel ha seguido atacando Gaza y ha intensificado sus bombardeos desde el lunes. Fuentes del Ministerio de Sanidad gazatí han dicho a EFE que al menos 90 personas han muerto en las últimas horas, una cifra más alta de la media diaria de fallecidos en las pasadas semanas. Unas 34 personas murieron en el norte de la Franja después de que las fuerzas israelíes atacaran una escuela y un orfanato. En el centro del enclave, murieron 18 personas, entre ellas tres menores y cuatro mujeres, después de que un grupo de gente tratase de cruzar el corredor Netzarim, una carretera artificial construida por las fuerzas israelíes para dividir Gaza por la mitad, y fuesen alcanzados por artillería. Y en las localidades de Jan Yunis y Rafah, en el sur, los hospitales recibieron 37 cadáveres después de una nueva incursión israelí hacia el sureste del territorio.
El próximo 7 de octubre se cumple un año del comienzo de la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza y, en este periodo, han fallecido casi 42.000 personas y casi 100.000 han resultado heridas.