A menudo Josep Borrell lo ha pasado mal en el Parlamento Europeo por defender el pragmatismo y el diálogo con gobiernos poco amigos de la Unión Europea. Y este martes lo ha vuelto hacer. “Los talibanes han ganado la guerra”, ha afirmado: “Así que tendremos que hablar con ellos”. De esta manera, el jefe de la diplomacia europea reconoce una obviedad –los talibanes se han hecho con el control del país– y apuesta por la realpolitik –“tendremos que hablar con ellos”– para los numerosos asuntos pendientes que interesan a Europa en Afganistán –evacuación de los 400 afganos que han trabajado para instituciones europeas en el país, la lucha contra el terrorismo, el respeto a los derechos fundamentales y la ayuda humanitaria–.
“No hablo de un reconocimiento oficial”, ha destacado Borrell este martes tras la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea. En todo caso, como ya ocurrió recientemente con Juan Guaidó y Venezuela, son los gobiernos de los 27 por separado los que reconocen o no otros gobiernos, no tanto la UE en su conjunto: esas competencias son de los Estados miembros.
Así, la Unión Europea asume que tiene que ponerse “en contacto con las autoridades de Kabul, donde sea que estén, para entablar un diálogo, tan pronto como sea necesario, para evitar un desastre humano y migratorio”.
“Este diálogo también deberá centrarse en evitar el regreso de terroristas extranjeros en Afganistán, algo que ciertamente también ocupa un lugar destacado en nuestra agenda”, ha afirmado Borrell: “Trataremos con las autoridades afganas, tal como son, al mismo tiempo que nos mantendremos atentos al respeto de las obligaciones internacionales aceptadas por los diferentes gobiernos afganos durante más de 50 años. Y ciertamente, muy alto en nuestra preocupación, la situación de las mujeres y niñas”.
Pero, además, Borrell ha señalado algo fundamental en estas horas: asegurar la salida de extranjeros y de personas cuya vida puede estar en riesgo por haber trabajado para las instituciones europeas. Y para eso la UE necesita el visto bueno talibán: “Tenemos que organizar una salida segura y ordenada de extranjeros y afganos. Para eso, el aeropuerto es fundamental, pero también asegurar la forma en que estas personas puedan llegar al avión”.
“No se trata de un reconocimiento oficial, pero tendré que hablar con las autoridades talibanes”, ha insistido Borrell: “De lo contrario, resultará bastante complicado llegar al aeropuerto. Va a ser una operación logística bastante complicada, por lo que tenemos que hablar con ellos y al mismo tiempo estar muy atentos al respeto de las obligaciones internacionales. Y esto incluye, sin duda, el respeto de todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”.
Por todo ello, Borrell ha pedido a los talibanes “que respeten sus compromisos”, también “cuando se trata de los civiles y sus propiedades”, y para que llegue la “ayuda humanitaria” en tanto que puede haber una situación “terrible en los próximos meses si la crisis climática acarrea una crisis de producción de alimentos”.
Así, Borrell ha afirmado que “la cooperación con cualquier futuro gobierno afgano estará condicionada a un acuerdo pacífico e inclusivo, y al respeto de los derechos fundamentales de todos los afganos, incluidas las mujeres, los jóvenes y las personas pertenecientes a minorías, así como al respeto de las obligaciones internacionales de Afganistán en lo que respecta al compromiso con la lucha contra la corrupción y la prevención del uso del territorio de Afganistán por organizaciones terroristas”.
La periodista afgana
Precisamente este martes, Lailuma Sadid, periodista del diario 'Brussels Morning', ha protagonizado un tenso momento en una rueda de prensa tras la reunión de la OTAN para analizar la situación en Afganistán. “¿No reconocen que la decisión tomada por EEUU o la OTAN fue errónea?”, ha comenzado preguntando la periodista, de nacionalidad afgana, para luego reclamar: “No reconozcan a los talibanes sin condiciones”.
Unas horas después, Sadid también ha preguntado a Borrell y le ha pedido que la UE no reconozca al nuevo régimen en Afganistán.
“No he dicho que vayamos a reconocer a los talibanes”, ha reiterado Borrell: “Solo he dicho que tenemos que hablar con ellos para todo, incluso para tratar de proteger a mujeres y niñas, incluso para eso tenemos que ponernos en contacto con ellos. He dicho que vamos a poner condiciones para continuar con las ayudas, y que estamos dispuestos a utilizar toda nuestra presión para hacer que se respeten los derechos humanos. La Unión Europea no ha decidido salir de Afganistán, ha sido una decisión del presidente Trump negociada con los talibanes, y esta decisión ha sido aplicada por la siguiente administración estadounidense [de Joe Biden]. Lo que puedo asegurarles es que haremos todo lo posible y usaremos toda nuestra presión económica y política para tratar de defender al pueblo de Afganistán, la ayuda humanitaria y la política vinculada a la cuestión de los derechos humanos”.
Los talibanes: “La mujer, siempre dentro de la sharía”
Los talibanes, en su primera rueda de prensa en Afganistán desde su toma de poder, han intentado lanzar este martes un mensaje de unidad tras su rotunda victoria en el país, informa Efe.
“No queremos que nadie salga del país, este es su país, esta es nuestra patria común, tenemos valores comunes, religión común, nación común (...) Hay una amnistía general, por lo que no habrá hostilidades”, afirmó el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, que por primera vez en décadas se mostraba en público: “Después de 20 años de lucha, una vez más hemos emancipado a nuestro país y lo hemos vuelto a independizar, es un momento de orgullo para toda la nación”.
No obstante, la UE no termina de fiarse. “Aparentemente hacen lo mismo, pero hablan mejor inglés”, ha dicho Borrell.
“Haremos todo lo posible para asegurarnos de que todos sean parte del país, incluso aquellas personas que se opusieron a nosotros en el pasado, pero se debe esperar hasta que se hagan los anuncios” para conocer más detalles, según dijo Mujahid durante la masiva rueda de prensa, donde insistió que se negocia aún el nuevo Gobierno.
Además, aseguró, el territorio afgano no será utilizado contra nadie, y “no será permitida” la entrada en el país a “combatientes” extranjeros que quieran atentar contra otros países.
Una de las preguntas más repetidas durante la rueda de prensa fue cuál será la situación de la mujer en el nuevo Afganistán bajo los talibanes, y en todas ellas el portavoz repitió que a la mujer se le permitirá trabajar y estudiar, pero en el marco de la ley islámica. “Vamos a permitir que las mujeres trabajen y estudien (...) las mujeres van a ser una parte muy activa en la sociedad, pero en el marco del islam”, subrayó, ya que “se necesita a las mujeres y se les va a permitir trabajar”.
Mujahid remarcó que “el tema de la mujer es muy importante, el islam está comprometido con los derechos de la mujer en el marco de la sharía (o ley islámica)” y la mujer podrá participar “en diferentes áreas sobre la base de nuestras normas y regulaciones”. “No va a haber ninguna discriminación contra la mujer, pero siempre dentro de los márgenes que tenemos. Nuestras mujeres son musulmanas y también están felices de vivir en el marco de la sharía”, insistió el portavoz.
El talibán aseguró que en la educación y la salud las mujeres “van a estar trabajando hombro con hombro” con los hombres. Durante el régimen talibán, entre 1996 y 2001, las mujeres fueran recluidas en el interior del hogar y no se les permitiera salir de casa sin la compañía de un hombre.
En relación a los medios de comunicación, dijo que se verá cuál será la presencia en ellos de las mujeres. También aseguró que Afganistán tendrá unos medios “libres e independientes”, aunque siempre bajo el marco de la ley islámica.
Aseguró que los medios deberán ser “imparciales” y los periodistas podrán “criticar” el trabajo del Gobierno, lo que les permitirá “mejorar para servir a la nación de un mejor modo”.
Mujahid también se refirió en su intervención al cultivo de opio en Afganistán, el mayor productor del mundo, y aseguró que lo combatirán, a pesar de que en el pasado la comunidad internacional ha criticado a los talibanes por aprovecharse de estos cultivos para financiar la guerra.