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SOY GORDA (ESEGÉ)

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Juan Salinas
29 de marzo de 2025 00:04 h

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¿Escucharon a Juan Salinas? El pibe tiene 25 años y es un musicazo. Cantante, compositor (música y letra) y guitarrista. Un virtuoso, una preciosura. Cuando era un nene, en las jugueterías, iba directo al sector de instrumentos. Desde los 6 años está en los escenarios. Primero, con su papá, el gran Luis Salinas. Ahora, ya desde hace un tiempillo, con su propia banda. Lo vi y escuché el jueves, gracias a mi amiga Moni Rosemberg y a su amigo Fabio Fabri. La data en filigrana me la pasó Pablo Roca, exquisito cultor de sonidos, director de Centro entre Pares.

Mientras preparo los ñoquis tuco/pesto para hoy y termino de elegir los platos con los que agasajaré a mis comensales, me sigo deleitando con los ecos de Jazzteroide, el cuarteto de jazz , música siempre libre, que tocó anoche, en el Centro Cultural Carlos Gardel, de Chacarita. No todas y todos los habitantes de esta ciudad lo saben, pero la oferta cultural gratuita o de precios populares sigue siendo (casi) infinita.

Pienso en qué relación habrá (antes, ahora y en el futuro) entre la tradición de lo público y lo privado en el área de nuestra Cultura porteña, para este pueblo del AMBA. Cómo fue la historia para nosotros ricos, heterogéneos, con sed europea, que cada vez nos asumimos más morenos latinoamericanos, aunque a algunos les pese. Vean y sientan Mi persona favorita en las redes

La reflexión surgió durante la primera clase teórica de Poesía Universal I, una de las materias que estoy cursando en Artes de la Escritura (Universidad Nacional de las Artes), que fue diseñada y llevan adelante, con esfuerzo, placer y una paga pobre. La comandan Arturo Carrera y Gerardo Jorge. Carrera es uno de los principales referentes latinoamericanos del neobarroco. Un poeta del carajo. (Viva la libertad de la poesía, no LLA).

La obra de este bardo, quien cumplió hace dos días 76 años, explora las ambigüedades de la palabra, indaga el mundo de las sensaciones, construye una original autobiografía, hasta lograr una estética tan personal que lo ha convertido en un autor ineludible en la poesía hispanoamericana contemporánea. Su coequiper es Jorge, otro lírico, con quien escribió Polvera de las enciclopedias.  

Porteños, argentinos, latinoamericanos.

Estos días también anduve pensando en una charla con mi sobrina, Luciana. Me comentó sobre el problema de la escasa participación de los hombres dentro de la agenda feminista. Para ella es, en todo caso, responsabilidad de ellos. “¿También tenemos que maternarlos en temas de su género, como la planificación familiar, los embarazos, y su interrupción o no, la higiene de la casa? Tienen toda la libertad para juntarse, qué piensen y actúen”. Hacerse cargo.

“¿Sabías, tía, que libertarios eran los anarquistas?”, me preguntó además. Le había contado de una entrevista que le hice a Martin Kohan, sobre Pésaj, la pascua judía, y la forma peculiar en que la libertad está siendo apropiada en la Argentina por los más reaccionarios.

Estos que se quieren quedar con todo no reconocen la genealogía del término, menos que menos (pruebas a la vista, tras los sucesos en Santa Cruz, Patagonia rebelde) la figura emblemática de nuestro Osvaldo Bayer. Entonces, recuerdo a mi zeide, un anarquista que vino desde Rumania en el amanecer del siglo veinte y, como buen judío, fue sastre con un pequeño local en La Paternal.

Vigilante, bolas de fraile, suspiros de monja, bautizaron los padres amorosos de don Osvaldo y de Moishe a las facturas. Muchos eran panaderos, claro.

Ahora, quiero recomendarles algunos espectáculos y muestras:

El Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín —que codirigen Andrea Chinetti y Diego Poblete— repone Folia, la aplaudida obra del coreógrafo francés Mourad Merzouki, desde el jueves 3 de abril a las 20 horas, en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín. En la concepción de esta coreografía —una de las más exitosas del repertorio de su compañía Käfig— se conjugan la danza contemporánea, el ballet, el hip-hop y hasta giros derviches (rituales espirituales y religiosos de los musulmanes) para abordar la locura desde diversas perspectivas.

Otra actividad que vale la pena y la alegría visitar y es gratuita está en la Foto Galería del mismo teatro. Al espacio, fundado por Sara Facio, lo dirige mi amigo Claudio Larrea. Algunas de las mejores muestras de autores de fotografías están ahí. Claudio conoce el paño, él mismo es fotógrafo, artista, viajero y autor de la serie Waires, pronta a exhibirse en Europa.

En cuatro décadas de existencia, la Foto Galería, que habilitó en su momento Kive Staiff, es un lugar de destacado en el itinerario de las artes visuales. Alguna vez disfruté en las galerías del complejo las imágenes de otro amigo de infancia y adolescencia, Carlos Furman, Carlitos!

El artista Larrea recurre a su mirada sensible para mostrarnos la oscuridad de una ciudad que también es luminosa. Nos encontramos hace unas semanas en el Museo Moderno, durante la presentación de la programación de este año.

Durante 2025, el Moderno desplegará su programa de exposiciones Arte Es Teatro, dedicado a dar visibilidad a la potencia del diálogo entre las artes que se ven y el teatro argentino desde los 60 hasta la actualidad. Cada mes, se pondrán en escena las creaciones de grandes artistas, como Renata Schusscheim, Nacha Guevara, María José Gabin y otros apostadores de la experimentación y la radicalidad en la búsqueda de formas transformadoras. 

“Arte Es Teatro incluirá exposiciones históricas que recuperan la relevancia de figuras clave del teatro de vanguardia argentino: artistas que activaron un arte rupturista, experimental y renovador que dinamizó la cultura de los años sesenta, ochenta y noventa”, dice Victoria Noorthoorn, directora del museo. “Serán acompañadas por exposiciones monográficas de artistas de las más diversas generaciones y disciplinas, que cruzaron y cruzan las fronteras de las artes visuales, el arte vivo, la performance, la música, el teatro y la acción en el espacio público, y cuyas obras transgreden las categorías existentes en el arte de cada época”.

“Son artistas que resaltan la importancia de una humanidad sensible y diversa en el momento en el que la noción misma de humanidad está siendo cuestionada, y afirman la urgencia de un arte sincero, vital y disruptivo que permita imaginar alternativas para el futuro de nuestro país y de la humanidad toda”. 

Las exposiciones y los programas artísticos, educativos y sociales del Programa 2025 Arte Es Teatro resultan del trabajo comprometido, apasionado y cuidadoso del equipo profesional y plural y de los curadores invitados a investigar otra faceta tan crucial de nuestra historia cultural. 

En el Centro Cultural de la Cooperación, no se pierdan Rojos, globos rojos del adelantado Tato Pavlovsky. Tres actores que te envuelven (Raúl Rizzo y dos muchachas finísimas) para contarte una fábula sobre la Argentina. Una pequeña joya escrita hace cuarenta años que parece tipeada mañana.

En El Excéntrico de la 18, los sábados a las 20, Cristina Banegas celebra los 45 años de trayectoria en la escena. “Celebrarlo haciendo (el monólogo de James Joyce) es, sin duda, la fiesta más difícil. Porque no es solamente la ‘puesta en boca’ del pensamiento de Molly, es traducir, interpretar la extraordinaria privacidad, el erotismo, la absoluta falta de censura con la que Molly piensa en su noche de insomnio”.

Desde el sábado próximo, en el teatro Azul, de Villa Crespo, podrá verse No me quiero morir sin conocer al amor de mi vida, sobre los encuentros de antiguos conocidos en tiempos de apps. Y en esos días saldrá a la venta la nueva novela de Marcelo Figueras, Valecuatro, la historia de un chico que hace la secundaria en plena dictadura, acaso, aunque ficcionada, la biografía adolescente del autor de El muchacho peronista.

Donde hubo fuego...

LH/MF

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