Javier Milei firmará el lunes a la medianoche su postergado Pacto de Mayo con la mayoría de los gobernadores de la Argentina. Será una foto política de peso, importante después de una semana difícil. En las provincias que confirmaron su asistencia todavía quedan dudas sobre el contenido del acta final, aunque interpretaron que las modificaciones realizadas por la Casa Rosada fueron una muestra de voluntad para iniciar un período de mayor escucha.
Las sensaciones entre los gobernadores están divididas: oscilan entre unos pocos que se muestran entusiasmados –con la fe de los conversos, como el anfitrión Osvaldo Jaldo– y una mayoría que se mantiene silenciosa, pero igual decidió que se prestará a la foto. En el otro extremo está el “club de los cinco”, los mandatarios que desde antes de conocer el contenido del acta pusieron en duda su asistencia. Son los que la Rosada buscará mostrar como una minoría aislada que busca poner palos en la rueda, lejana a la voluntad “dialoguista” del resto.
La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, está a cargo de la organización del evento que será escueto, alejado de la grandilocuencia con la que se lo empezó a planificar en marzo. La decisión del Gobierno siempre fue hacerlo de noche, en el prime time, por eso cuando se dieron cuenta que coincidiría con el partido de la Copa América se decidió anticiparlo un día. Empezará a las 23 horas del lunes 8 de julio y se espera que Milei arribe algunos minutos antes de la medianoche, a firmar y dar su discurso para volver enseguida a Buenos Aires. Su estadía será breve, ya que al día siguiente tiene una agenda cargada de compromisos por la fecha patria.
La sensación que se extiende entre los gobernadores de distinto color político, según recogió elDiarioAR, es que la búsqueda inmediata del Gobierno es la foto de apoyo, clave para dar una señal de gobernabilidad. Esa necesidad se impuso al contenido del acta en sí, que incluye ítems generales y algunos temas existentes en la Constitución nacional. Todo el evento, con la vigilia exprés, fue pensado en torno a parámetros audiovisuales que incluyen un dress code para los asistentes: en la tarjeta escrita en cursiva antigua se les pidió presentarse de “traje oscuro”.
Todo el evento, con la vigilia exprés, fue pensado en torno a parámetros audiovisuales que incluyen un dress code para los asistentes: en la tarjeta escrita en cursiva antigua se les pidió presentarse de “traje oscuro”
A pesar de ese contexto, hubo una recepción positiva de los cambios realizados a la primera versión, que era un manifiesto cerrado. Durante las distintas reuniones que encabezó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con los gobernadores “dialoguistas”, surgieron pedidos de modificaciones que fueron tenidos en cuenta.
Las concesiones de la Rosada
La segunda versión del Pacto, al igual que la primera, se compone de 10 puntos. Entre ellos se incorporó un ítem que habla de “una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar”, un pedido que se había extendido entre gobernadores y legisladores, principalmente encarnado por los radicales. El párrafo fue celebrado, aunque también dejó a algunos disconformes por no incluir a la educación universitaria.
El ítem que fue excluido es el que hablaba de “una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados”, que había puesto en alerta a las provincias. También se eliminó una frase que llamaba a quienes quisieran a “suscribirse a un sistema privado de jubilación”, una frase que alentaba sin eufemismos el retorno de las AFJP.
El resto del documento respetó en gran medida al original. En el plano económico, hay otro ítem que generó interrogantes fue el tercer punto, que llama a “la reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno”. Una poda profunda, sobre la que no tenían demasiadas precisiones en las provincias.
Durante las reuniones, los gobernadores le transmitieron a Francos las necesidades de sus provincias. Muchos hablaron de las obras paralizadas y empezó a insinuarse un debate, por ahora subterráneo, de cara a las negociaciones electorales para 2025. Los gobernadores se preguntan si el aporte de “gobernabilidad” de algunos se les podría compensar con un pacto electoral que bloquee el crecimiento de candidatos oficialistas en algunos distritos. Por ahora, es una negociación fantasiosa: Karina expresa la voluntad de tener un armado propio a lo largo y ancho del país.
Los gobernadores confirmados
Después de una primera etapa signada por los conflictos permanentes de Milei con los gobernadores y, sobre todo, por el recorte de las partidas presupuestarias, los que decidieron asistir a Tucumán y recuperaron un diálogo con la Rosada a raíz del ascenso de Francos apuestan a iniciar una nueva etapa del vínculo con el Ejecutivo. Desde Jefatura alientan esa mirada y prometen “abrir el juego”, incluyéndolos en la toma de decisiones.
La mayoría de los gobernadores se mantiene cauto, aunque hay un puñado de entusiastas: el tucumano Jaldo, el catamarqueño Raúl Jalil y el salteño Gustavo Sáenz componen al grupo que días atrás mantuvo una reunión con Francos, Karina Milei y el ministro Luis Caputo. A ellos se sumó el cordobés Martín Llaryora, con algo más de distancia.
Entre los asistentes a Tucumán que en la Rosada dan por confirmados están los representantes provinciales del PRO y el radicalismo: Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Gustavo Valdés (Corrientes), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Alfredo Cornejo (Mendoza), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy), Leandro Zdero (Chaco), y Claudio Poggi (San Luis).
A ellos suman a otro grupo de “independientes”, de diálogo fluido con el jefe de Gabinete: Rolando Figueroa (Neuquén), Hugo Passalacqua (Misiones9, Alberto Weretilneck (Río Negro), Marcelo Orrego (San Juan), y Claudio Vidal (Santa Cruz), aunque hay algunas dudas sobre este último. El gran misterio, que no confirman en Rosada y tampoco en su provincia, es qué hará el oscilante Gerardo Zamora. El santiagueño se reunió con Francos y en su entorno son optimistas, creen que posará para la foto en Tucumán.
La estrategia para dividir al peronismo
El pampeano Sergio Ziliotto fue el primero que se apuró el 2 de marzo –un día después de la convocatoria de Milei– a tuitear su posición: “No cuenten con nosotros”, advirtió. El bonaerense Axel Kicillof, que tampoco participará, cuestionó que el acuerdo no defienda a la industria y al trabajo, mientras que el riojano Quintela criticó que se trate de “10 puntos impuestos, sin negociaciones previas”. A las críticas se sumaron el formoseño Gildo Insfrán y el fueguino Gustavo Melella.
Los gobernadores de ese grupo no participaron de las negociaciones para modificar el texto. Si bien le reconocen “mejores modales” a Francos que a otros miembros del Ejecutivo, uno de ellos afirmó a elDiarioAR: “Sostenemos que su nombramiento es un cambio de maquillaje. Nuestra posición es ideológica y no va a cambiar porque nos cambien al locutor”.
Francos destacó públicamente la ausencia de Kicillof: “Lamento que no participe porque gobierna la provincia más grande de Argentina”. En días difíciles para Milei, un sector del Gobierno salió a confrontar con el kirchnerismo y sus intentos de “generar inestabilidad”. La foto del lunes le servirá a la Rosada no sólo para contar presencias, sino para dividir al peronismo entre los que colaboran con la gobernabilidad y los que representan un “obstáculo” para el crecimiento del país.
LA/MG