Cumbre bonaerense PRO-UCR: un revival de Juntos por el Cambio y su dilema con Milei
Cristian Ritondo (PRO) y Maximiliano Abad (UCR) organizan un encuentro de más de 500 dirigentes en La Plata. El PRO acuerdista busca enviarle un mensaje de apoyo a Casa Rosada. El radicalismo, en cambio, se debate entre reeditar la alianza que llevó a Macri a la Presidencia en 2015 y su propia interna.
Maximiliano Abad (UCR), junto a Cristian Ritondo (PRO) y Guillermo Montenegro (PRO), acompañando a una Patricia Bullrich candidata a presidenta de la Nación, en 2023. NA
Es el punto de partida para un nuevo Cambiemos. Pero también es una demostración de la fuerza de poder territorial con la que Javier Milei podría ganar la Provincia de Buenos Aires. Es la semilla de una alternativa que le haga frente, al mismo tiempo, a Axel Kicillof y a La Libertad Avanza. Pero también es el testimonio de la potencia de una alianza que podría arrebatarle, junto a LLA, el control de la Provincia al peronismo. La cumbre de más de 500 dirigentes radicales y PRO estaba prevista para este lunes, pero finalmente se pospuso para la semana próximo a partir de la tragedia en Bahía Blanca por el temporal. La reunión es muchas cosas, pero fundamentalmente es una: un mensaje teledirigido a Casa Rosada de que, si quiere, tiene casi un centenar de municipios dispuestos a hacer campaña por Milei.
No todos tienen, sin embargo, la misma interpretación. El encuentro en La Plata, tierra de Julio Garro, es organizado por Cristian Ritondo (PRO), Maximiliano Abad (UCR) y Néstor Grindetti, el histórico operador de Mauricio Macri que, después de 20 años de lealtad partidaria, pegó un furioso portazo del PRO y comenzó a coquetear con las Fuerzas del Cielo. La génesis de la idea había sido de Mauricio Macri, que tiene la fantasía de reeditar Juntos por el Cambio frente a la sangría de dirigentes propios. Ritondo y el grupo de los acuerdistas del PRO, sin embargo, le secuestraron la iniciativa y le introdujeron un nuevo contenido.
“Acá hay una sola interpretación posible. Esto es una reunión de nosotros con el radicalismo acuerdista para mostrar que estamos abiertos a una alianza con La Libertad Avanza”, grafica uno de los organizadores del encuentro, como para que no queden dudas. Es el mismo mensaje que uno de los alfiles acuerdistas del PRO le dejó al triángulo de hierro: “Esto no es contra LLA, sino un encuentro de todos los que estamos por el cambio y queremos un acuerdo”.
Ritondo, uno de los organizadores de la cumbre Archivo NA
El mensaje que le llegó a la Casa Rosada, sin embargo, no es el mismo que trabajan los radicales, que todavía quieren dejar abierta la puerta a un revival del Cambiemos que llevó a Macri a la Presidencia de la Nación en 2015. “Un Cambiemos reloaded, con caras nuevas. Una nueva temporada”, ironiza una radical bonaerense del riñón de Abad. Para la UCR, una alianza con el PRO en la Provincia de Buenos Aires les permitiría presentarse como alternativa a Axel Kicillof en 2027 por fuera del gobierno libertario, que no saben cómo quedará parado dentro de un par de años.
El objetivo, explican en el radicalismo, es demostrar que el PRO y la UCR vienen trabajando en PBA como si nunca se hubiera roto JxC. Mostrarle a la ciudadanía que hay intendentes, concejales y legisladores del radicalismo y del PRO que vienen trabajando codo a codo, más allá de las disputas nacionales, y que pueden presentarse “como una alternativa de gobierno, no solo de oposición”. Los intendentes radicales, explican, no están deseosos de pintarse de violeta, por lo que hay que analizar una salida intermedia que les permita sortear la grieta peronismo-Milei.
El radicalismo abadista, que preside Miguel Fernández, busca, a su vez, posicionarse frente a sus dos extremos minoritarios. Los radicales con peluca, por un lado, y el radicalismo crítico de Facundo Manes y Martín Lousteau, por el otro. A “los peluca” —como ya todos nombran al grupo que integran Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat, Pablo Cervi y Francisco Monti— no los pueden ni ver. Los llaman “radicales $LIBRA”: “Porque son una estafa”. Los consideran libertarios que negocian con el número de la UCR, que no les responde.
Abad y Manes, en el centro en una reunión de legisladores radicales en 2023
Y si el centro está tomado por sus competidores internos, el radicalismo abadista se queda sin representación. A eso apuesta el PRO acuerdista, que sospecha que, tarde o temprano, la UCR se sumará a un acuerdo con LLA igual que ellos. “Los radicales son como los gatos, son asustadizos. Los tenes que ir llevando de a poco”, ironiza un armador del PRO bonaerense.
Los primos Macri vs el PRO
En el PRO, sin embargo, también tiene su propia interna, en la que (des)conviven dos sectores claramente delineados. Por un lado están los primos Macri, Mauricio y Jorge, jefe de Gobierno porteño. Son una minoría dentro del PRO, pero cuentan con la presidencia y el liderazgo de Mauricio que, cuando las papas queman, desliza que está dispuesto a ir como candidato a senador por la Ciudad de Buenos Aires. No quiere, no le gusta el Congreso, pero si las encuestas le dan bien y el acuerdo con LLA termina desinflándose, el expresidente de la Nación está dispuesto a competir para ayudar a retener el control de la Ciudad.
A Macri lo rodean unos pocos leales, como su exsecretario (hoy legislador) Darío Nieto, Fernando de Andreis y Guillermo Dietrich. En el Congreso le quedan unas pocas figuras, como Silvia Lospennato o María Eugenia Vidal, que se sumará a la campaña de Jorge Macri en la Ciudad. El bonaerense Martín Yeza, exintendente de Pinamar, y el santiagueño Facundo Pérez Carletti son, mientras tanto, los encargados de buscar “caras nuevas” para relanzar el PRO: son quienes organizaron la cumbre sub-40 en la quinta de Jorge Triaca que terminó siendo duramente cuestionada por varios dirigentes del partido.
Los Macri, Jorge y Mauricio, resisten a la fusión con LLA NA
Los Macri, a contramano de lo que le reclaman en el resto del partido —un acuerdo, cualquier acuerdo, con LLA para no desaparecer políticamente— se resisten a entregarle a Karina Milei las llaves del partido. El que no quiere cerrar un acuerdo con el PRO, insiste Macri, es LLA. “No podemos esperar a que el entorno de Milei se decida, hay que prepararse para ir solos”, repite el exmandatario en las (escasas) reuniones políticas que encabeza. La última fue un asado en lo de Triaca, en donde convocó a las autoridades del PRO de todos los distritos e insistió en su frase de cabecera: “Vamos con nuestros valores o vamos solos”.
El resto del PRO, sin embargo, observa que Macri tiene solo un interés: blindar la Capital Federal de la ola libertaria. El resto del país, se quejan, no le interesa. “La Ciudad y la hidrovía, los dos negocios, es lo único que le interesa a Mauricio”, masculla, irritado, un dirigente del PRO.
Este sector mayoritario del PRO, encabezado por figuras como Ritondo, Diego Santilli, Guillermo Montenegro o Alejandro Finocchiaro, es quien estará organizando el acto. Consideran que el acuerdo con LLA es inevitable, ya que la alternativa —jugar solos— es la desaparición política. A este sector no lo asusta ni la designación de jueces de la Corte por decreto ni el escándalo $LIBRA ni las operaciones de Sebastián Pareja, operador bonaerense de Karina: están convencidos de que el PRO y LLA, naturalmente terminarán confluyendo juntos.
Están confiados de que el Gobierno los necesita tanto como ellos al Gobierno. Y que con Macri o sin Macri cerrarán una lista unificada. El objetivo, eso sí, es hacerlo con el mayor peso específico para negociar, y ahí entra el radicalismo acuerdista. Hay algunos, como Santilli, que no participarían, alegando discrepancias con participar de un frente que podría ser considerado como “anti-Milei”. Los organizadores del PRO, sin embargo, buscaron bajarle el tono. “Son viejas rencillas con Grindetti”, matizan en el armado del encuentro.
El encuentro será, pese a las distintas interpretaciones, una muestra del número que el PRO acuerdista puede sumar a las Fuerzas del Cielo. A la mayoría no le importa el nombre o la etiqueta. “Se quejan de la marca PRO y en 2013, cuando negociamos con Massa, nos desconoció y nos pidió que ni participasemos de las actividades de campaña. Vamos, que si íbamos juntos al cabaret no nos podemos escandalizar ahora”, sintetiza un dirigente amarillo.
MC/JJD
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