Desde el oficialismo nacional, como desde la oposición, coincidieron que en Córdoba la fuerza que gana desde 2008 hasta ahora es el antikirchnerismo. Y el presidente Alberto Fernández, tampoco colaboró para estrechar lazos con Córdoba, como quedó demostrado en un video que se viralizó, durante una reunión mantenida con intendentes y dirigentes del Frente de Todos cordobés, luego de su regreso de Europa, donde reconoció que la tierra del fernet y el cuarteto era “territorio hostil”.
La rebeldía cordobesa
Desde la época de la Colonia, la provincia de Córdoba siempre fue la díscola. La Reforma Universitaria de 1918 y el Cordobazo de mayo de 1969 fueron hitos de rebeldía popular: uno por el acceso popular a la educación superior; el otro, de unidad obrero-estudiantil contra una dictadura. Incluso, durante la pasada dictadura cívico-militar, el 29 de septiembre de 1979, el genocida jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, general Luciano Benjamín Menéndez quiso derrocar al genocida Jorge Rafael Videla, acusándolo de haberse reblandecido por acceder a liberar al periodista Jacobo Timerman.
Ya en democracia, el gobernador radical Eduardo Angeloz, bautizó a esta provincia como “la Isla”, frente al aluvión de votos que consiguió el peronismo renovador desde Ushuaia a La Quiaca. El fallecido José de la Sota acuñó el “cordobesismo”, cuando ganó por tercera vez la gobernación hace una década, y esa batalla dialéctica contra el centralismo porteño la volvió a blandir Juan Schiaretti en esta campaña contra Alberto Fernández, mientras calló durante el gobierno de Mauricio Macri.
Los peronistas de Schiaretti, los radicales de Mario Negri y Rodrigo de Loredo -la nueva estrella del partido de Leandro N. Alem- y Luis Juez reivindican a Córdoba como bastión antikirchnerista; como quedó demostrado ayer, donde el Frente de Todos sacó 10,5% de los votos. Incluso, el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta de buena sintonía con Schiaretti y Patricia Bullrich ya hacen campaña en esta provincia mediterránea, pavimentando su camino hacia 2023.
¿Córdoba es una isla? ¿Todo lo que hace la Casa Rosada y el Frente de Todos está mal? ¿De qué se defiende Córdoba?
La Córdoba patricia
Valeria Brusco es politóloga, integrante del colectivo Red de Politólogas #NoSinMujeres, y este fin de semana participó del Congreso Nacional de Ciencia Política organizado por la Universidad Nacional de Rosario (UNR): “En el Congreso en el que participamos en Rosario debatimos con colegas sobre esta cuestión ¿Por qué hay provincianos y provincianas que se sienten mejores que el resto de sus connacionales?, a la vez que desprecian la pertenencia a una nación porque ‘sostenemos a los vagos’, sobre todo cuando el conurbano cordobés, el Gran Córdoba, tiene un nivel de pobreza muy superior al promedio nacional. Y eso nos llevó a debatir o a reformular la pregunta ¿por qué somos antipopulistas en Córdoba igual que en Mendoza; pero distintos de Santa Fe nuestra provincia gemela? A la vez somos distintos a Corrientes y Jujuy con gobernadores radicales pero recostados en el PRO que sumaron en esta última elección más provincias con mayorías votando en contra del Frente de Todos. ¿Será producto de un voto post pandemia?”.
Durante el cierre de campaña de Juntos por el Cambio en el teatro Griego de la ciudad de Córdoba, la militancia que llevó a la contundente victoria a Luis Juez -un peronista indescifrable que fue delasotista, cavallista, kirchnerista, macrista y ahora bullrichista- y a Rodrigo de Loredo -ex yerno del ex ministro macrista Oscar Aguad y ex presidente de ARSat durante el gobierno de Mauricio Macri-, exhibió orgullosa banners con tapas de pasaportes de la República de Córdoba.
“En esta última campaña ha subido la tensión y se vive una especie de ‘sub nacionalismo’ esencial que refuerza la historia de alta alcurnia: vemos en las encuestas ese orgullo cordobés anti Gobierno central. El de las/os cordobeses es un antipopulismo generado por diversas razones que son la rancia historia y el cultivo de esa tradición por la dupla De la Sota / Schiaretti gobernante desde 1999. Fueron primero el asentamiento de la Iglesia y sus familias criollo-aristocráticas, de curas y profesores; luego una corriente migratoria del mérito y el esfuerzo; trabajadores fabriles y estudiantes universitarios/as caminando por reformas populares. También caminaron militantes antiperonistas, en comandos civiles de crucifijo en mano. Y los campos de concentración, fueron el epítome. Mientras que Santa Fe, en cambio, tiene una inmigración europea y de otros lados; tiene el puerto en Rosario, la ciudad más poblada con comercio de todo incluso de amores, con la porosidad del intercambio que ofrece el río y sin el asentamiento de familias tradicionales españolas y criollas conservadoras. En Santa Fe se nota la impronta de Rosario con 20 años de gobiernos progresistas que solo recientemente vira a la derecha. El peronismo en el gobierno provincial no se diferencia mucho del sosias cordobés. Y sin embargo la reacción virulenta contra el gobierno nacional no es propia de la ‘santafesinidad’”, compara Brusco.
Y a modo de explicación sobre el carácter rebelde o insular de los herederos del brigadier general Juan Bautista Bustos y el general José María “el Manco” Paz, Valeria Brusco ensaya: “Podríamos inspeccionar la justificación de la actitud de ‘orgullo (sub)nacional cordobés’ en la distribución de recursos. Si Córdoba hubiera recibido menos recursos que Buenos Aires, habría un punto a favor. Pero estudiando la historia de la distribución, aprendemos que la corrección del fondo del conurbano y posteriores correcciones y discusiones de libros y congresos, sirven para matizar este punto. Córdoba va a la cabeza de la idea contraria a la solidaridad, la base de la formación de los estados modernos del siglo XIX. ¿Cómo voy a pensar que un programa de internet para barrios alejados, o una ruta; o créditos de vivienda que vienen de Nación son convenientes, si escucho hace años -pero ahora a los gritos- que la Nación se dedica a expoliarnos? Con esta actitud del Gobierno provincial, Córdoba se integró por oposición, a la discusión nacional. Schiaretti no puede ser reelegido, y su único camino parece ser subir el tono”.
La Córdoba agroindustrial
Larry Bartoloni, empresario del transporte pesado de cargas y propietario del Establecimiento Don Ramón, una granja porcina de 250 madres de la localidad de Oncativo, preside la Asociación Civil Porcinos Magros (PorMag), una entidad que nuclea a los criadores de cerdos de todo el país: “Mi opinión es la de un tipo inquieto, ligado al sector agroindustrial. Claramente después de la 125, en Córdoba hay un rechazo al kirchnerismo, por más que haya cosas que haya hecho bien. En estas elecciones, la gente votó sin entender muy bien que se trata de una elección legislativa, que es distinta a una elección de cargos ejecutivos; por ejemplo en mi pueblo la gente dice ”le voto a Schiaretti o no le voto a Schiaretti“. En una elección ejecutiva acá en Oncativo el ciudadano medio vota al peronismo de Córdoba a la Intendencia y para la Gobernación. Pero en una elección de medio término vota a Cambiemos. Y qué te dice ese vecino ligado al campo y a la industria, que el Gobierno te deje trabajar tranquilo”. Los resultados le dieron la razón a la mirada inquieta de Bartoloni, este productor de Oncativo, una pequeña pero rica ciudad de casi 16 mil habitantes ubicada sobre la autopista Córdoba-Rosario, a 76 kilómetros al sudeste de esta Capital en el límite donde finaliza el Gran Córdoba y comienza la producción de soja y otros comodities.
Este empresario cordobés que abrió una empresa transportista en Horizontina, en el estado de Río Grande do Sul –allí tiene una de sus plantas John Deere- le dijo a elDiarioAR que “los sectores de la producción le reclaman al Gobierno por reformas estructurales de fondo como una reforma impositiva y una reforma laboral, que nos simplifique el trabajo como en cualquier país del mundo”.
Para Bartoloni “este Gobierno imprime e imprime, generando gasto público y el anterior no imprimió pero la pidió prestada; el problema es que Argentina no tiene moneda. Los empresarios argentinos invierten en Bolivia y Paraguay y la moneda de esos países vale más que el peso argentino. En Brasil no se habla del dólar, allá la economía está en reales, no existe el dólar billete. Lo que tenemos que lograr es volver a generar confianza; es increíble que un país como Argentina, con las fortalezas que tiene, no genere confianza. Tenemos reservas de litio, industria, soja, turismo, pero no tenemos confianza, no generamos confianza. En la década 2004/2014 el sector porcino creció a un 20% anual, algo impensado. Hoy estamos creciendo al 5%, también anormal. Encima el Gobierno anterior, en 2017 nos puso un IVA del 10,5%; acá necesitás políticas de Estado a largo plazo, pero tenemos dos países, uno donde tenés 20 millones de habitantes en 200 kilómetros y otros 20 millones en miles de kilómetros, y así la cosa no puede funcionar. Necesitamos que el sector público, el sector privado y el sector académico se pongan a trabajar juntos para lograr una salida sustentable en el tiempo”.
Fernando Coiset también está ligado al campo y a la industria: tiene un concesionario de tractores Pauny en la Ruta 19, cerca de la localidad de Montecristo y es representante y distribuidor exclusivo en Argentina de máquinas viales chinas Lothar: “En nuestro sector de las agromáquinas en plena pandemia, durante los últimos dos años tuvimos un crecimiento sostenido de la actividad. Tuvimos algunas dificultades en la provisión de insumos por cierres temporarios, pero en general los niveles de actividad fueron positivos. Nosotros estamos ligados a la producción de alimentos, ligados al campo, y el campo nunca paró. Pero te digo otra cosa, hubo créditos a tasa subsidiada para la compra de maquinaria agrícola, el Banco Nación otorgó créditos al 23%, porque hubo una decisión política de defender la industria nacional. Yo recuerdo que (Javier) González Fraga ofrecía créditos del Nación entre 2017 y 2019 con tasas de interés del 80% y tenías que salir a vender cheques. Hoy nosotros en Pauny tenemos demoras de 100 días en entregar tractores por la alta demanda, si vos venís hoy con plata en mano, recién te puedo entregar tu tractor a mediados de febrero de 2022. Y este crecimiento de la actividad repercute en el campo, en la industria, en los pueblos y en los bolsillos de la gente”.
En 1999, cuando tenía 33 años, Coiset asumió como intendente de Las Varillas, una ciudad del departamento San Justo que actualmente tiene unos 25 mil habitantes, a 179 kilómetros al sudeste capitalino. Dos años después, en plena crisis de 2001, la fábrica de tractores Zanello quebró; y Coiset, como intendente, se puso al frente de la recuperación de la fábrica, junto a los obreros, los cuadros medios y los concesionarios. En 2013, Pauny, la ex Zanello recuperada, se convirtió en la principal fabricante de tractores del país.
“Si algo le faltaba al país es que te atraviese una pandemia. Nosotros estamos en el corazón de la Pampa Gringa, acá hay mucho trabajo; pero tenemos zonas del país, como el Gran Córdoba o el Conurbano bonaerense muy golpeado por la pandemia y la inflación. El contexto internacional es similar al nacional, todo el mundo atravesado por la pandemia. Pero vemos algo positivo, hasta Joe Biden ha destacado el rol del Estado para salvar a EE.UU.; acá debe quedar en claro algo, el mercado per sé no salva a la gente, tenemos que tener un Estado presente”, señaló Coiset, quien llegó a ser secretario de Gobierno de Juan Schiaretti hasta mayo de 2011.
Desde el Imperio
Río Cuarto, la segunda ciudad de Córdoba en importancia, ubicada a 220 kilómetros al sur de la Capital es conocida como el Imperio del Sur. A los riocuartenses no les gusta que le digan cordobeses, son riocuartenses. El 29 de noviembre de 2020, hace un año, el intendente Juan José Llamosas, un conservador peronista que pasó del schiarettismo al delasotismo logró su reelección gracias a un acuerdo entre el gobernador Juan Schiaretti y el presidente Alberto Fernández. El radical alfonsinista Gabriel Abrile, candidato de Juntos por el Cambio, quedó a menos de 7% del frente del peronismo cordobesista y el peronismo frentetodista.
Quienes tejieron ese acuerdo fueron la diputada camporista Gabriela Estévez y Martín Gill, secretario de Obras Públicas de la Nación. Ambos pugnaban por una lista única del PJ en Córdoba para las legislativas de este año y expusieron el éxito de la victoria en Río Cuarto. Sin embargo, la victoria de Llamosas sólo la capitalizó políticamente Schiaretti, pese a que en las fotos salieron festejando los entonces ministros Santiago Cafiero (jefe de Gabinete) y Eduardo “Wado” de Pedro (Interior).
Atilio Lunardi preside el influyente Centro Comercial, Industrial y de Servicios de Río Cuarto (CESIS), y al frente de esta entidad aplaude “los créditos a tasas razonables y subsidiadas para producir y generar actividad productiva genuina”, pero a la vez reclama “por el manejo de la economía en general: estamos en serios aprietos, las inversiones externas no llegan, estamos a la expectativa de un acuerdo con el FMI, si hay acuerdo es una cosa y la gente quizá se anime a invertir; pero si no lo logramos, no veo una salida”.
El titular del CECIS tiene una mirada crítica hacia la Casa Rosada: “En esta elección se jugó la preeminencia en el Congreso de un modelo de país o de otro modelo de país. Y eso genera incertidumbre a la hora de las inversiones. La sociedad marcó en estas elecciones y en las PASO un descontento con la línea política del Gobierno, y el Gobierno debe volver a generarle confianza a la sociedad. El salario perdió la capacidad de compra, el consumo interno está deprimido. Acá el único recurso genuino es la mejora de los salarios, pero para eso debe haber mayor producción y mayor inversión”.
Lunardi, empresario de la construcción ligado a los desarrollistas inmobiliarios sostiene que “a diferencia de 2001, donde la plata estaba en los bancos; acá la plata está en el colchón. En 2020 el costo de la construcción estaba igual al del dólar oficial y la plata apareció; había movimiento de plata. Ahora no hay confianza”. Para el presidente del CECIS, “al Gobierno le va a ser muy difícil generar confianza; vamos a estar dos años en plena incertidumbre”.
El dirigente empresarial advirtió que “en la zona de Río Cuarto se perdió el perfil industrialista, Río Cuarto ya no tiene las mismas industrias que 30, 40 años atrás. Un poco, porque San Luis puso en marcha la Promoción Industrial y nuestras industrias se trasladaron a Villa Mercedes. Hoy sólo el 9% del Producto Bruto de Río Cuarto es industrial. Tampoco tenemos infraestructura: las rutas nacionales 8 y 158 no tienen inversiones. La 158 que es la Ruta del Mercosur debería ser autovía. Estamos a 70 kilómetros de General Deheza y hay momentos que es imposible transitar por la cantidad de camiones, está muy cargada. La ruta nacional 36 se convirtió en autovía con recursos provinciales. Los ingresos que aporta toda la zona del departamento Río Cuarto no repercute en obras”.
El presidente del CECIS también criticó a la Provincia: “Somos la Capital alterna de Córdoba, pero trabajamos 10 años para conseguir el Parque Industrial. Schiaretti reivindica que somos la segunda Capital, pero más que declamar debe hacer. Necesitamos un impulso de la Provincia para volver a tener un polo industrial”.
Los trabajadores al poder
Rubén Urbano dirige la Seccional Córdoba de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM); gremio que nuclea a 9.000 de los 11.000 trabajadores metalúrgicos de la Capital y el Gran Córdoba. Se reivindica “primo-hermano de Lula da Silva, los dos somos metalúrgicos y los dos somos torneros”, además reclama que “los trabajadores deben ocupar cargos públicos, no te digo un sindicalista, te hablo de un trabajador; no puede ser que no haya diputados y senadores trabajadores”.
El líder de los metalúrgicos cordobeses reclama para “que los empresarios entiendan que su capital sin la fuerza laboral, no existe. Los trabajadores y los patrones podemos estar en veredas diferentes, pero al final de la calle, al final del recorrido está la empresa y la empresa somos todos: son ellos, que tienen sus ganancias y somos nosotros que con nuestro trabajo ganamos nuestros salarios”. Para Urbano “está perfecto que los empresarios defiendan su rentabilidad; pero nosotros también queremos capitalizarnos, ellos deben compartir con nosotros sus ganancias. Si la empresa invierte en robótica se capitaliza y está perfecto, nosotros acompañamos la revolución tecnológica; pero también queremos capitalizarnos, que el obrero deje de alquilar y tenga su casa propia; que pase de tener su bici a tener su moto o su auto y eso se logra con mejores salarios”.
En su crítica al Gobierno, Urbano destaca que “yo del sector que más conozco es el de la industria automotriz, y te puedo decir que es inviable que el 53% del costo de un automóvil sean los impuestos fiscales. No puede ser. Tampoco puede ser que los compañeros se midan a la hora de hacer horas extras, porque les cobran el impuesto a las ganancias. Un trabajador tiene derecho a mejorar su calidad de vida, trabaja para ganar más y esa plata se la lleva Ganancias. Nadie del Frente de Todos, ni de Hacemos por Córdoba ni de Cambiemos dice ni una palabra de Ganancias. El salario no es ganancia; pero el Gobierno no lo entiende. Nuestros salarios están bajo la línea de pobreza, el Plan Platita no funciona, lo que funciona es que le pongas plata genuina a los trabajadores. Ninguno quiere hablar de la Reforma Laboral que se viene si gana el macrismo el domingo o en 2023. Vienen a atacar los derechos de los trabajadores consagrados en la Constitución. Los trabajadores no queremos ni debemos ser la variable de ajuste, por eso nuestro reclamo de que las listas deben tener más candidatos trabajadores”.
Urbano, un peronista histórico tampoco cree en la victimización del gobernador Juan Schiaretti frente al presunto centralismo del presidente Alberto Fernández: “Los reclamos son de campaña, porque le convienen a él. Quiere que la Nación le mande más subsidios a Córdoba y que no concentre todo en el AMBA. Una diferencia de $ 5 en el gasoil o la nafta impacta muchísimo en el costo logístico y termina encareciendo la vida de los cordobeses. Pero lo que quiere Schiaretti son subsidios”.
El dirigente de la UOM Córdoba también apuntó a las multinacionales automotrices: “Nosotros trabajamos con las autopartistas, y las PyMEs metalúrgicas proveedoras son rehenes de las automotrices. Te corren con los costos o con la falta de componentes. Por ejemplo Volkswagen nos frena los programas en diciembre, enero o febrero y las autopartistas deben suspender personal. ¿No tiene espalda una fábrica como Volkswagen o Fiat o Renault para seguir pagando salarios y no frenar la producción?”.
GM/WC