29 de abril de 2021 07:47 h

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“Alberto, necesito que hables con Luana por lo del PAMI”, dijo Rodolfo Suárez, el gobernador de Mendoza y anudó una queja sobre el plan de vacunación que el organismo que conduce Luana Volnovich despliega en CABA, el conurbano y, entre otros territorios, la capital mendocina. Suárez se quejó del procedimiento y pidió que las vacunas que aplica el PAMI se transfieran a la provincia. “Hablá con Luana”, martilló.

Alberto Fernández espero que Suárez terminara, pidió que le abran el micrófono. “Enterate, Rody, que las vacunas que el PAMI aplica en Mendoza y en otros lados son refuerzos para zonas donde hay mucha población de edad avanzada, gente grande. No es que te estamos sacando vacunas a vos. Al contrario, a través del PAMI le estamos dando más vacunas a Mendoza”. Seco, el presidente pareció aprovechar la queja del mendocino para responder un planteo similar que Fernández Quirós hizo desde CABA respecto a un supuesto reparto desigual de dosis.

Enterate, Rody, que las vacunas que el PAMI aplica en Mendoza y en otros lados son un refuerzo para zonas donde hay mucha población de edad avanzada, gente grande

El offside de Suárez, que tras la respuesta se quedó en silencio, fue una de las postales del largo Zoom que Fernández mantuvo este miércoles con gobernadores en la previa de la extensión del DNU que vence el viernes y, que con un previsible endurecimiento de las restricciones a la circulación y una posible flexibilización con las clases presenciales, ,se extendería hasta mediados de mayo.

El tirón de oreja a Suárez, que obligó a Fernández a admitir ante los demás gobernadores que Nación envía vacunas extra a las ciudades grandes, ocurrió sobre el final de una charla virtual que duró más de dos horas. El presidente estuvo escolado por la ministra de Salud Carla Vizzotti, el ministro de Interior Eduardo “Wado” De Pedro y el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello.

“Suárez siempre pide y siempre se queja”, apuntó ante elDiarioAR uno de los participantes en el Zoom. Esta vez, el mendocino pidió el envío de respiradores luego de contar que el sistema sanitario de la provincia está “muy complicado” y que informar que para tratar de bajar la curva de contagios ajustó una hora el límite de circulación nocturna. Además, contó, segmentó los horarios de ingreso a los colegios y la administración pública.

Sobre el final, durante la exposición del mendocino y antes que hable el fueguino Gustavo Melella, Horacio Rodríguez Larreta volvió a estar online: había hablado un rato antes, luego de lo cual se ausentó del Zoom mientras hablando otros jefes provinciales. Apenas arrancó la charla, por sistema interno “levantó la mano” para exponer pero Fernández administró el micrófono y habilitó primero al puntano Alberto Rodríguez Saá, a Sergio Ziliotto de La Pampa y a la santacruceña Alicia Kirchner.

Larreta estuvo “muteado” un rato largo a pesar que era, en cierto modo, una intervención esperada, con cierto morbo, luego de una semana de lluvia ácida con Fernández, imputaciones mutuas y el pulseo judicial. Pero el tono fue conciliador: elogios repetido al diálogo y el consenso, ninguna mención al derrotero en la Justicia porteña ni a la cuestión de las clases. “Estamos preocupados: estamos en una media de 2700 casos, que es alto y nos genera tensión en el sistema de salud”, dijo y aseguró que restricciones dispuestas por el último DNU “están dando resultados” para “bajar la circulación en el transporte público”. Destacó el plan Detectar y contó que CABA terminó de vacunar a los mayores de 70 años.

Acá el fútbol llega por codificado, sino hay trasmisión abierta voy a tener a la mitad de la provincia amontonada en en los bares, las casas particulares, los clubes

Fernández, a diferencia de lo que luego haría con Suárez, no intervino cuando terminó Larreta. Fue, dos turnos más tarde, Axel Kicillof quien deslizó algún reproche cuando cuestionó la “judicialización del DNU” y aunque se refirió a los planteos hechos en la provincia por intendentes como Jorge Macri (Vicente López) y Julio Garro (La Plata), se leyó como un buscapié contra Larreta que en tono neutro anticipó que este jueves se reunirán los jefes de Gabinete de Nación, Santiago Cafiero con sus pares bonaerense, Carlos Bianco y porteño, Felipe Miguel, para acordar “nuevas restricciones”.

“Las medidas que tomaste Alberto evitaron un desborde sanitario en el AMBA”, dijo Kicillof y consideró imperioso bajar los casos, que la “meseta alta” de esta semana conduce a “un desastre”. El bonaerense invocó un factor que tomaron, de inmediato, otros gobernadores: que la mancha de aceite todavía no llegó a todo el interior. El cordobés Juan Schiaretti abrazó esa teoría: “El virus va a llegar y vamos a estar complicados. Estamos en meseta alta en la previa del invierno”, apuntó el gobernador que intervino en dos ocasiones, destacó el plan de vacunación y tomó un concepto de Fernández respecto a la “sinfonía”, la idea de una orquesta donde cada uno toca su instrumento. Schairetti lo aplicó a la lógica de que cada provincia debe, con sus particularidades, definir la política de restricciones.

Fútbol, fútbol, fútbol

Menos metafórico estuvo Omar Perotti, gobernador de Santa Fe, que le pidió a Fernández que haga una gestión para que el clásico entre Rosario Central y Newell's del próximo domingo se trasmita por TV abierta. “Acá el fútbol llega por codificado, si no logramos que haya trasmisión abierta voy a tener a la mitad de la provincia amontonada en bares, con encuentros en casas particulares, o en los clubes para ver el partido”, dijo Perotti. Con un dramatismo inusual para un dirigente en general monocorde advirtió: “Si no se hace algo puede ser peor que Semana Santa”.

El presidente anotó el planteo y habilió conversaciones con la empresa encargada de la trasmisión. Una gestión contrarreloj que dependerá de la cintura de la Casa Rosada. Fox y Turner son las dos compañías que se reparten la trasmisión de los partidos. Con la primera hay un diálogo fluido y cedió partidos a la TVP mientras que con la segunda el vínculo es frio. La preocupación por el clásico rosarino llega a tanto que desde el gobierno provincial se deslizó, incluso, la posibilidad de suspenderlo.

PI