Medidas de fondo. Esa es la bandera que los movimientos sociales oficialistas levantan frente al Gobierno, apenas 48 horas después de la derrota en las PASO, y que esperan alcancen a los sectores populares más allá de la campaña electoral de cara al 14 de noviembre.
Es que mientras Alberto Fernández prepara junto a su gabinete un paquete de iniciativas que se anunciará mañana, y que podría incluir mejoras inmediatas en el bolsillo como subas de la Asignación Universal por Hijo (AUH) o del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), las agrupaciones oficialistas piden políticas integrales para contener la crisis que ya sumió al 40% de la población en la pobreza.
“Seguramente habrá medidas para el sector, como el aumento de la AUH o del salario mínimo, pero los problemas son estructurales”, señaló ante elDiarioAr Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita y secretario gremial de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Y casi cuestionando los próximos anuncios del Gobierno, aseguró: “No tenemos que apelar a respuestas efectistas para resolver en dos meses lo que la política no resolvió en 20 años”.
Un rosario de medidas estructurales había descrito ya el lunes Juan Grabois vía Twitter: “Salario Universal de Reconstrucción (SUR), reducción de cargas a las PyME, posibilidad para cada familia de comprar un lote, baja de dietas 30% jueces y funcionarios, mano dura con los monopolios formadores de precios”. Más temprano se había despachado en una radio, donde aseguró que “hay un Gabinete mediocre” y que “no se escucha a muchos que tienen el termómetro de lo que pasa en la sociedad”.
Es que las demandas sociales no son nuevas, y parece que se traducen en votos. El FdT cayó en partidos del primer cordón del conurbano como Quilmes, Lanús, San Martín, Tres de Febrero o Morón. Y, en los que ganó, con respecto a la primaria de 2019 perdió miles de votos: La Matanza (más de 170.000 sufragios menos), Lomas de Zamora (más de 68.000), Florencio Varela (más de 61.000).
De hecho, ya el 7 de agosto las organizaciones se movilizaron a Plaza de Mayo y le pidieron en la “bienvenida” a Juan Zabaleta al Ministerio de Desarrollo Social la actualización de programas como el Potenciar Trabajo. Allí hay 890.000 personas que cumplen jornadas laborales de cuatro horas a cambio de la mitad del salario mínimo, es decir 13.608 pesos, aunque la demanda es cada vez mayor: hace apenas dos semanas, la actualización del Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) -el sistema que abre la puerta para ingresar al Potenciar Trabajo- contabilizó casi 3 millones de inscriptos.
Para noviembre la intención es recuperar al menos entre 500.000 y un millón de votos, sólo en los barrios más humildes.
“Hay que acelerar el proceso de reactivación económica y mejorar el ingreso de los sectores populares”, pidió ante elDiarioAr Daniel Menéndez, dirigente de Somos-Barrios de Pie y el único de las organizaciones que está en la boleta de Victoria Tolosa Paz en la provincia de Buenos Aires. Y le puso una cifra al desafío electoral: “Para noviembre la intención es recuperar al menos entre 500.000 y un millón de votos, sólo en los barrios más humildes”. Su intención de dar vuelta el resultado también tiene un interés personal, porque si los números de las PASO se repiten en noviembre -ââ33,64% el FdT, frente a 37,99% de Juntos por el Cambio- no ingresaría al Congreso: el oficialismo metería 15 diputados, pero Menéndez está 16vo. en la lista.
Cuando se indaga en las causas de lo que pasó el domingo, desde las organizaciones admiten errores propios pero también entienden que hubo un descontento general potenciado por la pandemia, lo que llevó al ausentismo o a votar otras opciones. Sin embargo, horas antes de que se conocieran los resultados, los celulares de los dirigentes mostraban otro desenlace: todos coincidían en que el resultado era más que favorable para el FdT, con pronósticos cercanos a los 40 puntos en la provincia de Buenos Aires.
No tenemos que apelar a respuestas efectistas para resolver en dos meses lo que la política no resolvió en 20 años.
“No es que en el barrio nos putean, pero capaz no fueron a votar”, entendió Menéndez, y agregó: “No había euforia o esperanza, pero sí creíamos que la sociedad nos iba a acompañar. Eso evidentemente no sucedió”. “La derrota era previsible y esperable”, dijo, por su parte, Onorato. “A la gente le importa la salud, el trabajo, la educación y la inflación de los alimentos. Lo extraordinario hubiese sido que ganáramos”, agregó.
Más allá de exigir en voz alta medidas al Gobierno, desde las agrupaciones oficialistas no pusieron en riesgo su participación en la coalición del Frente de Todos, y ni siquiera aventuraron que el cóctel de derrota electoral más crisis social genere un escenario similar al de 2001. De hecho, salieron explícitamente a defender la actitud del Presidente del domingo a la noche.
“Me gustó mucho Alberto Fernández apropiándose de la derrota, en un gesto de valor y de dignidad, no enojándose y diciendo que va a escuchar”, analizó uno de los pesos pesado del Movimiento Evita y actual secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, Fernando “Chino” Navarro, en su raid mediático del lunes para contener la crisis.
Con el objetivo de sumar dar vuelta la historia, en las próximas semanas las organizaciones saldrán a “poner el cuerpo” otra vez. Ya lo habían hecho antes de las PASO para repartir boletas e incluso el domingo de la votación, cuando desplegaron a 100.000 militantes para fiscalizar, distribuir viandas, alcohol en gel, barbijos y hasta facilitar el transporte en los sectores más humildes. El plato fuerte será el lunes 18 de octubre -luego del “Día de la Lealtad”-, cuando anuncian una movilización de un millón de personas junto a la CGT para apoyar al Gobierno.
MC/WC