Alberto Fernández ya se lo dijo a sus ministros más de una vez: “No me alcanza con que cedan contenidos. Yo lo que necesito es que desinviertan”. El Presidente cuestiona la megafusión global que impactó en el negocio del fútbol en Argentina con la sinergia de las cadenas deportivas Fox Sports y ESPN porque acentuó todavía más el carácter hiperconcentrado de un mercado que mueve millones de dólares. Un funcionario de su máxima confianza le aseguró a elDiarioAR que Fernández está muy atento al tema. Sostiene que la adquisición de Fox por parte de Disney -dueña también de ESPN- es “un exceso enorme y no es posible aceptarlo” y afirma que el Estado nacional debe promover la competencia.
El Presidente espera un pronunciamiento en ese sentido de la Secretaría de Comercio que dirige Paula Español y desoye a los funcionarios de su propio gobierno que le piden que avale la fusión a cambio de que las empresas cedan algunos partidos del fin de semana para la televisión pública. “Tienen la exclusividad de la Copa Libertadores, la Sudamericana, la mitad del fútbol local y otros deportes como el básquet y el tenis. Van a tener que desprenderse de algo”, le dijo el Presidente a uno de sus ministros, según pudo reconstruir este diario de altas fuentes del Gobierno.
Si Fernández cumple con lo que afirma en privado, la definición debería llegar en poco tiempo porque las compañías cuestionadas acaban de cumplir con una de sus grandes metas para 2021. Lo dieron a conocer el 1 de enero, en el primer día hábil del año electoral. Con la lógica de un negocio privado que consumen millones de personas dentro y fuera del país, la AFA y la Liga de Fútbol cambiaron de planes de la noche a la mañana, guardaron las cartas documento, dieron marcha atrás con la rescisión del contrato que habían anunciado en octubre y decidieron renovar el acuerdo para la televisación del fútbol con Fox Sports hasta 2030. Así saldaron una disputa feroz entre gigantes del mercado para quedarse con los derechos para transmitir el deporte más popular de la Argentina y apropiarse del botín más codiciado. Hace dos semanas, Carlos “Chiqui” Tapia y Marcelo Tinelli cerraron un acuerdo por 45 millones de dólares con el presidente The Walt Disney Company Latin America, Diego Lerner, para que la empresa que era dueña de ESPN y en 2019 adquirió Twenty-First Century Fox a nivel global conserve el 50% de los derechos de televisación.
Derrotada quedó TNT Sports, propiedad de Turner Internacional, que tiene la otra mitad del negocio del fútbol premium en Argentina, había hecho una oferta para quedarse con todo y hasta había puesto plata por adelantado. La batalla se libró a nivel judicial en el terreno local y llegó a Estados Unidos, donde los intereses de los dos monstruos globales entraron en contradicción. La primera definición llegó en octubre pasado, cuando el fallo de un juez civil y comercial de primera instancia local, Horacio Robledo, le dio la razón a Fox Sports Latin America Holdings LLC -ahora Disney- en la cautelar que había presentado. “Fue una jugada fuerte de Turner local, que se dio cuando la fusión complicaba a Fox y quiso quedarse con todo. Pero cuando Disney se avivó y lo elevó a Estados Unidos, se la voltearon”, le dijo a elDiarioAR un actor que participó de las negociaciones. Para obtener el fallo favorable, la controlante de Fox Sports pagó una fianza estimada en 5 mil millones de pesos, pero la AFA apeló y el proceso siguió adelante: pendiente quedó un fallo de la Cámara de Apelaciones que algunos en el gobierno todavía suponen puede hacer caer la medida cautelar.
Qué fue lo que determinó el giro de las autoridades del fútbol argentino es materia de interpretación y versiones de todo tipo entre los clubes, las empresas cableoperadoras y el ancho oficialismo del Frente de Todos. No todos están conformes y algunos consideran que existió un aval oficial para que Tapia y Tinelli cambien por completo su criterio y cierren con la Fox/Espn/Disney. El Gobierno intervino formalmente en las negociaciones a través del ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, el secretario de Medios, Francisco Meritello, y el gerente de Relaciones Institucionales de YPF, Santiago Carreras, un dirigente de La Cámpora que representa la postura de Máximo Kirchner en el rubro del fútbol. Lo hizo, según repiten en Casa Rosada, sólo para lograr que la televisión pública pueda transmitir de manera gratuita tres o cuatro partidos por fin de semana, algo que ya se acordó en el caso de Disney y sigue en tratativas con TNT Sports. El Presidente quiere que la TV paga ceda un partido por día de viernes a lunes, pero que el partido sea sorteado para que se pueda ver por TV abierta a todos los clubes y no que las compañías liberen solo los encuentros que juegan los equipos más chicos.
Según lo que afirman los funcionarios de Fernández, ante el conflicto judicial entre los gigantes del negocio de la TV paga, el Ejecutivo nacional se abstuvo de intervenir y recién retomó las negociaciones con las empresas en los últimos 10 días, después del acuerdo de la AFA con Fox. Otro actor que también estuvo sentado a la mesa de manera extraoficial y al que algunos en el oficialismo buscan responsabilizar por la definición final es Sergio Massa. El presidente de la Cámara de Diputados se alinea siempre con Tapia y tiene un vinculo estrecho con su mano derecha, Pablo Toviggino, un dirigente ligado a Gerardo Zamora que está enfrentado a Tinelli y genera mucho recelo en algunas dependencias del gobierno. Massa es uno de los dirigentes del oficialismo que tiene trato con Lerner, el presidente de Disney. Lerner no conoce al Presidente y es presentado en el oficialismo como un hombre de abiertas simpatías por el expresidente Mauricio Macri.
La batalla todavía tiene pendiente un capítulo crucial, en el que el Estado nacional debe hacer su pronunciamiento porque la fusión de ESPN y Fox precisa la autorización del gobierno. En octubre pasado, justo antes de que la AFA anunciara la rescisión del contrato con Fox por no haber informado de la compra por parte de Disney, el Gobierno difundió un dictamen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia que rechazaba la operación y le recomendaba a la secretaría de Comercio de Paula Español declararla nula. Basado en el artículo 14 de la ley 27.442 de Defensa de la Competencia, el dictamen señaló la obviedad de un mercado hiperconcentrado, en el que la adquisición de Fox por Disney podía “restringir o distorsionar” la competencia todavía más.
La CNDC analizó la participación en el mercado y consideró que la empresa fusionada pasaría a contar con 7 de las 9 señales deportivas básicas y con casi dos terceras partes del total del rating en señales deportivas, además de la señal Fox Sports Premium que transmite la mitad de los partidos de la Superliga. Solo Tuner, TyC, DeportTV quedan por fuera del pulpo que ya cambió de estética y hasta de instalaciones. “Las señales ESPN y Fox Sports son los competidores más cercanos en el mercado de señales deportivas, la operación de fusión elimina a un competidor relevante. Por consiguiente, la operación tendría como consecuencia el incremento sustancial de la concentración en el mercado de señales deportivas con un aumento significativo en el poder de mercado y de negociación de las empresas notificantes, con el consecuente impacto en los consumidores, que podrían ver incrementado el valor del abono de televisión paga”, decía el informe. Además, mencionaba objeciones similares que la fusión de Disney y Fox recibió en países como Estados Unidos, México y Brasil, donde también se ordenó la desinversión.
Consultadas por elDiarioAR, dos altas fuentes del Gobierno que conocen el tema dijeron ahora no recordar el dictamen. La decisión final está en manos del Presidente y ahí también, como en tantos otros temas, los pronósticos y las versiones dentro del oficialismo son contradictorias. Mientras algunos confirman que Fernández ya tomó la decisión de impugnar la fusión, otros apuestan a que la terminará aprobando y sólo objetará parcialmente la operación para pedirle a las empresas que desinviertan. De ser así, el Gobierno buscaría que Disney se desprenda de una parte de los derechos de televisación que tiene y los ceda a DeportTV, la señal creada por el cristinismo que hoy sólo emite productos enlatados. En Casa Rosada, afirman que la intención es que la controlante de ESPN y Fox invierta en producción de contenidos e incorpore personal.
Los meses previos a la definición fueron de intenso fuego cruzado. Las cableoperadoras estaban entre las detractores de la operación y buscaron difundir su rechazo por todos los medios. En canales de noticias, sitios webs y ante la propia Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. El Grupo Clarín, dueño de la mitad de Tele Red Imagen (TRISA) -titular de las señales TyC Sports y TyC Max- argumentó que generaría una significativa concentración de contenido, lo cual supondría la obtención de un gran poder de mercado capaz de restringir y distorsionar la competencia entre señales, impactando en la capacidad para vender publicidad y en la posibilidad de presentarse en licitaciones por derechos de radiodifusión de eventos deportivos en vivo. Algo similar plantearon desde DirecTV, el Grupo Telefónica y el Grupo Discovery. El último actor importante en la contienda fue Telecentro, de Alberto Pierri, que inició conversaciones con la AFA para presentar una oferta propia, pero finalmente quedó muy por debajo de la escala del negocio y desistió ante la batalla de gigantes de origen norteamericano.
Los promotores de avalar la fusión dentro del gobierno sostienen que si Disney debe desinvertir el beneficiado será TyC Sports, propiedad de Clarín. Pero según pudo saber elDiarioAR, a Fernández eso no le preocupa si no hay posición monopólica. Sostiene que el gigante de capital estadounidense debe adaptarse, como sucedió en el mercado de las empresas de tecnologías de la información y la comunicación (TICs), declaradas en agosto pasado y por decreto “servicio público esencial en competencia”.