El Ministerio de Economía determinó el cierre de tres fondos fiduciarios que, según indicaron desde el Gobierno, evidenciaron ineficiencias en su implementación. Se trata del Fondo Nacional de Emergencias, el Fondo Fiduciario Progresar y el Fondo de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.
El Fondo Nacional de Emergencias tenía el objetivo de financiar acciones de respuesta ante determinadas emergencias que afectaran al país. Sin embargo, este fondo nunca llegó a ponerse operativo ni contó con presupuesto asignado. Así, quedó reducido a una enunciación carente de implementación práctica.
Por su parte, el Fondo Fiduciario Progresar fue creado para financiar acciones del “Programa de respaldo a estudiantes argentinos”, en el ámbito del Ministerio de Educación. Pero, al igual que el Fondo Nacional de Emergencias, nunca llegó a implementarse. Afecta a 1.700.000 estudiantes.
Finalmente, el Fondo Fiduciario para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos fue creado para financiar medidas de protección de los bosques. Sin embargo, la auditoría realizada por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) puso en evidencia debilidades en los registros, mostrando un déficit de capacidad institucional y logística de las jurisdicciones, así como también la inexistencia de indicadores claros sobre la gestión realizada.
Desde el Gobierno explicaron que, dadas las disposiciones contenidas en la Ley de Bases y los objetivos perseguidos por el Gobierno Nacional, el cierre de estos fondos conlleva principios de ordenamiento en la gestión gubernamental y el resguardo de una mejor administración de los recursos públicos.
Qué dijo Sturzenegger
Este martes, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado dio detalles en redes sociales: “Hoy por Decreto 888/24, en base a las atribuciones otorgadas por el Art. 5o por la Ley Bases 27.742, el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo avanzaron en el proceso de ordenamiento de la administración pública mediante el cierre de tres fondos fiduciarios”.
Para el funcionario, “los fondos fiduciarios son una suerte de 'caja', con recursos pre-asignados a un fin específico y cuentan, a su vez, con mayor agilidad de contrataciones. Parecen objetivos loables, ¿no?, sobre todo para la atención a emergencias; pero ambos conceptos encierran el germen de una mala administración”.
Y explica: “La asignación de los recursos para gastos específicos garantiza un mal uso de los mismos, porque no permite ponderar en cada momento el beneficio de un gasto frente al beneficio que lograría en otro uso. (Imaginemos un terremoto y no poder transferir las partidas de turismo, por ejemplo, a la ayuda a los damnificados)”.
Sturzenegger sostiene que la “agilidad del gasto” es “un arma de doble filo; puede servir para ser eficientes, pero también para la corrupción. Recuerdo, al comienzo de la gestión, al ministro Guillermo Francos lamentarse porque los fondos del fondo fiduciario que necesitaba para combatir unos incendios en Chubut habían sido dilapidados por la administración de Fernández-Massa para sostener a Télam. Otros fondos que supuestamente estaban asignados a la inversión en infraestructura habían desaparecido financiando créditos blandos para tratar de estimular la campaña electoral de Sergio Massa. Los fondos fiduciarios que se cierran con el Decreto 888/24, o no se habían puesto en marcha o habían mostrado graves irregularidades en su funcionamiento”, remarcó.
Asimismo, el ministro asegura que los objetivos que motivaron la creación de estos fondos “se seguirán impulsando en la medida que el Congreso de la Nación así lo determine en el presupuesto nacional, que es la única fuente de validación de gastos en una sana administración pública”.
Además, apunta que el decreto publicado este martes en el Boletín Oficial “nos acerca a una gestión más racional y transparente de los recursos de los contribuyentes, paso fundamental para una macro más ordenada y una sociedad con menos corrupción”.
Con información de agencias.
IG