Hugo Sigman no pensaba decir nada. No podía, en realidad. Eso argumentaban hasta hace unas horas quienes hablaban con él para preguntarle por qué se demora en llegar la vacuna que se fabrica en su planta de Garín. Tal como contó la semana pasada elDiarioAR, el dueño del Grupo Insud firmó un contrato con AstraZeneca en el que se especificaba que la comunicación quedaba a cargo de la multinacional sueca que se comprometió a enviar 22,4 millones de dosis a la Argentina. Por eso, dicen, Sigman no hablaba y prefería soportar en silencio las críticas que recibe mientras la segunda ola se desata y la curva de contagios asciende sin parar. Pero AstraZeneca tampoco brinda información por el incumplimiento del contrato por el que ya cobró un 60% de lo pautado y en el propio Gobierno comenzaron a preguntarse por qué el psiquiatra no salía a dar explicaciones. Algo pasó en las últimas horas para que, después de dos notas sobre el tema de elDiarioAR, Sigman decidiera ignorar la cláusula del contrato y saliera a dar su versión de los hechos. Tal vez un ejercicio introspectivo del magnate que es dueño de Capital Intelectual, tal vez una comunicación al más alto nivel o tal vez la intuición de que las primeras 900 mil dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca no van a llegar tampoco esta semana, como suponía el Gobierno nacional.
Con una lista interminable de pedidos para hacer entrevistas que se activaron fuerte la semana pasada, Sigman prefirió dar a conocer su posición a través de un comunicado oficial. En el inicio del hilo de Twitter que publicó en su cuenta personal, habla de una “intoxicación de noticias falsas”, aunque no desmiente nada de lo que informó este diario. Al contrario. Dice que mAbxience cumplió con los objetivos de producción, que su empresa no es la propietaria de la vacuna, que no la vende ni la cobra y que no firmó ningún contrato con el gobierno nacional. Todo eso fue informado en las dos notas que se publicaron en elDiarioAR. Cuando habla de versión infundada y ridícula, se refiere a las publicaciones que aseguran que intercedió ante el gobierno para no cerrar un acuerdo con Pfizer, algo que este diario nunca afirmó.
Sobre el final, el empresario que tenía una larga relación con Ginés González García y fue uno de los primeros en prestar su respaldo a la campaña de Alberto Fernández como presidente entra en el punto de mayor discusión, en un contexto de lo más dramático, como el que viene describiendo la ministra de Salud Carla Vizzotti en cada una de sus intervenciones. Lo hace cuando intenta argumentar el por qué de no ceder el principio activo que se fabrica en Argentina para que sea envasado en Argentina.
Da dos motivos: el primero y fundamental es que, como no es propietario del principio activo, no puede disponer de ese insumo que podría salvar vidas sin autorización de AstraZeneca. Eso por supuesto, es parte de una discusión intensa en el marco de una pandemia como la actual, cuando los países productores de la vacuna decidieron dejar de exportar para abastecer la demanda local. De hecho, se da dentro de un Gobierno que tiene una relación estrecha con Sigman y abre una serie de interrogantes sobre la voluntad política y la capacidad de intervención estatal para disponer de un principio activo que, según informó en el Congreso el funcionario del ministerio de Salud, Mauricio Monsalvo, ya está pago en un 60%.
El segundo argumento es en realidad una pregunta que también fue consignada en las notas de este diario: qué capacidad tiene la Argentina de fraccionar y envasar el principio activo. La lista de 200 científicos, sanitaristas y organizaciones ligadas al mundo de la salud afirman que esa posibilidad existe. Sigman dice que, hasta donde sabe, eso no es posible. Tal como publicó elDiarioAR, el propio Presidente le viene diciendo a sus ministros que no hay chances de envasar el principio activo en Argentina. “Hablé con Sigman y dice que no se puede”, es una de las frases que le atribuyen a Fernández funcionarios de su máxima confianza.
Finalmente, el dueño del Grupo Insud busca desligar su historia del Estado y niega haber sido beneficiado con subsidios o fondos estatales para la construcción de mAbxience. Sin embargo, fue el propio gobierno el que informó sobre ese apoyo en el sitio oficial argentina.gob.ar
Sigman vive gran parte del año en España, donde suele ser anfitrión de funcionarios y empresarios argentinos que viajan al exterior. La semana pasada, sin ir más lejos, organizó un almuerzo del que participaron enviados importantes del Presidente. Pieza poderosa de un ajedrez mayor, acredita vínculos de los más estrechos con gobernadores como Juan Manzur -desde el tiempo en que era ministro de Salud de Cristina Fernández-, está ligado a dirigentes sindicales como Héctor Daer y tiene también un contacto más que fluido con un grupo de hombres de negocios que apoyaron la campaña del peronismo, entre ellos José Luis Manzano. Además, cuenta con una fuerte presencia en el mundo de la cultura a través de emprendimientos como la editorial Capital Intelectual y la productora de cine K & S. Ese universo de relaciones que no reconoce fronteras y algunos otros vínculos, de los que hay incluso menos información que de la vacuna de AstraZeneca, le permitieron siempre administrar su silencio y elegir el tiempo de sus intervenciones públicas. Esta vez, ese gran ecosistema afinidades no le alcanzó y tuvo que salir a defenderse.