El miércoles a la noche, luego de desbancar a Oscar Zago como titular del bloque de La Libertad Avanza, un grupo de legisladores oficialistas se fueron juntos de la Cámara de Diputados. Caminaron apenas una cuadra para meterse en la conocida pizzería La Americana, ubicada en Callao y Bartolomé Mitre. La mozzarella fue acompañada de cerveza y una nueva ronda de catarsis por la crisis interna que había abierto más temprano la nominación de Marcela Pagano en la comisión de Juicio Político. Pero el tema fue rápidamente superado por tópicos más distendidos. “Para generar vínculos, que hacen falta”, apuntó uno de los protagonistas del ágape, reconociendo el escaso roce personal entre los compañeros de bancada. De hecho, algunos ya se habían ido a dormir: “Soy un hombre mayor y del campo, a las doce me convierto en calabaza y me levanto cuando sale el sol”, dijo un diputado que peina canas.
También Martín Menem, en aquel cónclave interno en el salón Blanco de la Cámara baja, buscó rápido superar la fractura y cumplir el mandato de Karina Milei: designar a Gabriel Bornoroni como nuevo jefe de bloque. Luego sí dedicó más espacio a explicar cuál tiene que ser la estrategia parlamentaria oficialista hacia adelante. Con El Jefe en Miami junto al Presidente, dio pocas certezas porque no las tenía. Los libertarios están apremiados: necesitan aprobar la ley de Bases bis en dos semanas antes que la nueva grieta interna los trague por completo.
Por eso Menem intentó mantener la tropa oficialista unida de cara a las próximas votaciones. “Todos tenemos responsabilidad y tenemos que estar trabajando juntos. No tiene que caer toda la responsabilidad en una persona, en este caso en Gabriel”, les transmitió, aludiendo a Bornoroni, según reconstruyó elDiarioAR.
Ya había habido un quiebre por el destrato a Carolina Píparo y el viernes dio el portazo Zago y dos diputados que le responden en el flamante bloque Movimiento de Integración y Desarrollo. El ahora exjefe del bloque de LLA desafió pegando una foto del expresidente Arturo Frondizi (1958-1962) en la entrada a despacho. Sus votos ahora valen más: LLA cayó de 41 a 38 diputados de un total de 257 en el recinto. Pagano, supo este medio, no planea dar el portazo hasta tanto tenga una conversación personal con Milei; en definitiva, fue así como aceptó ser candidata.
El Presidente regresaría de su gira al exterior el jueves, mismo día en que está agendada la próxima reunión de Juicio Político que revelaría el fin de la novela. Cerca de Pagano entienden que su nominación es legítima porque al acta la firmaron los diputados de Unión por la Patria, de la UCR y Hacemos Coalición Federal presentes. Del PRO no estaba porque supieron a tiempo la medida de Menem, quien mandó un mail exactamente un minuto antes de que se iniciara la comisión. “Van a tener que buscar asentimiento del resto de los bloques, pero tienen que saber que la postura que tomaron Zago y Pagano permitió que LLA tenga la presidencia y no el kirchnerismo”, advirtieron al lado de la periodista. Pasó una semana casi en vela: el martes pasado había trasnochado para estudiar antecedentes de jury en el país y hasta un caso de impeachment en Estados Unidos.
¿Hay base para la ley de Bases?
En medio de la interna, el oficialismo va a encarar en los próximos días el segundo intento de la ley ómnibus. Se estima que entre el martes y miércoles se convocará al plenario de comisiones de Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General. Allí permanece la iniciativa original desde que Zago, en aquella fatídica tarde del 6 de febrero, pidió en el recinto que “vuelva a comisión” cuando su articulado caía como un piano.
El Gobierno quiere un derrotero exprés, pero no tiene claro el cómo. El asesor Santiago Caputo pretende que haya una suerte de épica de “ave Fénix” para instalar la narrativa de que la ley de Bases “nunca murió”. Sin embargo, el borrador actual cuenta con 400 artículos menos que el proyecto con estado parlamentario. Y hay tres condimentos extras que pueden demorar la discusión: hay un paquete fiscal que corre por separado y debería ingresar por mesa de entradas, la oposición amable va a sumar un articulado sobre reforma laboral, y también están las iniciativas en Seguridad que contemplaba la ómnibus y Patricia Bullrich va a enviar aparte. El Fénix va a tener que hacer una voltereta inédita para levantar vuelo.
Un diputado de LLA adelantó que en el plenario se trataría primero la ley Bases pero no el paquete fiscal, que contempla desde la restitución de Ganancias a un blanqueo tributario. El momento de esa discusión más económica ocurriría luego de la media sanción: el 24 de abril es la fecha elegida para la votación en el recinto. Así el Gobierno quiere condicionar a los gobernadores para aprobar la norma, a su vez atada al Pacto de Mayo, que tiene fecha un mes después. “Los votos van a estar”, se mostró optimista el legislador. Otra versión indica que tanto la ley Ómnibus como el paquete fiscal se tratarán en conjunto. “No está decidido cómo va a ser la votación. Mi sugerencia es que sea por separado”, señaló otro libertario.
La incertidumbre contagia a sus aliados. “Ni ellos saben cómo hacer para tratar todo”, dijo a elDiarioAR una diputada del PRO que está en conversaciones permanentes con LLA. En la escudería amarilla durante la semana hicieron un análisis comparativo de las distintas versiones de la ley, aunque votarán casi a libro cerrado lo que envíe el Gobierno. Con los 37 amarillos, más algunos apoyos provinciales, las fuerzas del cielo se acercaría a unos 85 votos, aún lejos del quorum de 129.
La suerte de la ley de Bases depende entonces del puñado de votos conservadores que pueda haber en la UCR, HCF de Miguel Pichetto, y de los bloques referenciados en los gobernadores. El reciente gesto de los radicales que responden a Rodrigo de Loredo de escribirle la reforma laboral a la Casa Rosada cayó muy mal en la disidencia que comanda Facundo Manes. De los 34 diputados boina blanca, una decena podría plegarse al neurólogo: “Es una canallada lo que hicieron los correligionarios”, compartió uno de los disidentes.
Además la reforma laboral radical podría suscitar otro debate que estire los tiempos: HCF tiene su propio proyecto, firmado por Ricardo López Murphy y Oscar Agost Carreño. Su intención es presentarlo en la discusión en comisión. Ese bloque heterogéneo también tiene disidencias internas como son los socialistas y Margarita Stolbizer, incluso la cordobesa peronista Natalia de la Sota, que no es orgánica al gobernador Martín Llaryora. Aportarían al rechazo que encabezan los 99 diputados de UxP, más los cinco de la Izquierda.
Ese panorama de internismo podría complicar los deseos del oficialismo en el momento decisivo de estampar las firmas en el dictamen para luego girarlo al recinto. En enero pasó la escena fue tragicómica: fue entre gallos y medianoche y las firmas en disidencias superaron a las afirmativas. ¿Por qué ahora sería distinto? “El día del dictamen hay que grabar a fuego el proyeto de ley. Hay que dar el debate hasta que se desmayen los de deseguridad. Yo no estoy viendo un acuerdo para el 24”, dijo un opositor que bromeó autopercibirse “radical trotskista”.
En la Rosada esperan la orden final de Milei –más de Karina que de Javier– para iniciar el intento final de la ley de Bases. Como señal de la ansiedad oficial, hasta la vice Victoria Villarruel encabezó una reunión junto al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con senadores opositores-aliados para ya preparar el terreno en la Cámara alta. “El día de las comisiones y cómo se van a tratar las leyes se sabrá a último momento”, apuntaló una voz libertaria, que saltó por arriba del laberinto que se avecina para el Gobierno: “Pareciera estar todo un poco más negociado que la otra vez”.
MC/JJD