Pocos días antes de morir, el 14 de febrero de 2021, Carlos Menem recibió a Javier Milei. El economista mutaba, en esos meses, de efervescente economista mediático a efervescente candidato libertario. En sus intervenciones, siempre ruidosas, solía decir que el riojano había sido el mejor presidente argentino. Vía Martín, sobrino del expresidente que ofició de lazarillo, pudo verse con Menem que en ese momento encarnaba una extrañeza política: integraba el bloque de senadores del FDT, al que lo había invitado Cristina Kirchner, mientras era vindicado por Milei.
Martín Menem, actual diputado provincial riojano, es uno de los candidatos que Milei despliega en el interior del país, elenco que aporta varias extravagancias. Abundan los referentes con mucho millaje político, a pesar de la militancia anti “casta” del economista, y confluyen referentes de orígenes diversos y hasta antagónicos: algunos con pasado en la Coalición Cívica de Elisa Carrió, o del PJ ortodoxo, hay también filo kirchneristas, un anti minería o ex autoridades del partido PRO de Mauricio Macri. La mixtura ideológica y/o partidaria de mileinismo desafía las convenciones.
Así como Menem se perfila como candidato a diputado en La Rioja y el multireelecto legislador Ricardo Bussi -hijo del ex gobernador procesista Antonio- es el postulante de Milei en Tucumán, el economista tiene a un peronista aliado a Miguel Angel Pichetto en Río Negro y a un ex kirchenrista en Chubut. Exploran, además, otras variables: un abogado mediático, una legisladora celeste y hasta un dirigente de mucha cercanía con Horacio Rodríguez Larreta.
“Milei rompió las reglas de la negociación política. Si cualquier dirigente quiere ser el candidato de Javier, primero tiene que salir a decir que su candidato a presidente es Milei. Después se ve...”, cuentan a elDiarioAR en La Libertad Avanza. Esa es una de las razones, pero no la única, que alteró la relación del León libertario y el bonaerense José Luis Espert, a quien incluso Milei le arrebató una aliada, la diputada Carolina Píparo, ex legisladora provincial del Cambiemos.
Sometido a la regla Milei -esa de que primero deben levantar su candidatura y después, recién, empezar a negociar algún tipo de reciprocidad- aparece, en la provincia, el abogado Fernando Burlando, que empezó una campaña para instalarse como candidato a gobernador, se especula que como parte de un armado del libertario. En el entorno de Milei decían, hasta hace una semana, que no había ninguna negociación iniciada con el abogado.
En marzo del 2022, el consultor Federico Aurelio presentó un sondeo nacional en el que Milei tenía 17 puntos de intención de voto a presidente. Fue un shock. Desde entonces, no hay encuesta que no lo haga ubicado en el podio de los candidatos mejor ranqueados. A un año de aquella medición, Milei no solo no cayó sino que creció algunos puntos. Es habitual ver mediciones en la que medidos candidatos por candidatos, con varias opciones de JxC o el FdT, el economista aparece al tope, en general arriba de los 20 puntos.
Milei es una marca, más allá de lo ideológico o, incluso, a pesar de lo ideológico. ¿Todos sus votantes reclaman la dolarización, quemar el Banco Central o permitir la venta de órganos? Más que esas posturas, Milei seduce desde su protesta contra casi todos. En sus metrallas suele excluir a Mauricio Macri y Patricia Bullrich. El dato no es ocioso. “Si al final Mauricio aparece como candidato a presidente nos pone en un problema: porque nos va a llamar a negociar y vamos a tener que ir, al menos, a sentarnos”, advierte un armador libertario.
Por lo pronto, Milei emprendió un operativo expansivo que lo llevó a tener candidatos en varias provincias. Está beneficiado por un fenómeno: dos consultores coinciden en que el renglón “candidato de Milei” arranca con 10 puntos en cualquier territorio aunque ese candidato no tenga nombre. Es todo derrame de arriba hacia abajo del libertario. Puede ser, a la vez, que sea mejor que no tenga nombre. Pero para tener una lista hay que tener postulantes y es lo que el libertario puso en marcha.
Delegados sureños
El 16 de abril, un mismo domingo, Milei pondrá a prueba su capacidad de impacto territorial: tendrá candidatos propios, a gobernador, en Neuquén y en Río Negro. Fue a hacer campaña a las dos provincias. Acordó y validó candidatos, casting que refleja las particularidades del armado nacional del libertario. Milei fijó un apotegma para “no rifar”, como dicen a su lado, el capital electoral y simbólico de su figura: no apoyará a ningún candidato provincial que no mida, por sí solo, menos de 15 puntos. Es lo que cree que funciona como garantía de no tener tropiezos electorales.
En Río Negro, su candidato es Ariel Rivero, intendente de Campo Grande, una localidad de algo más de 5 mil habitantes. En 2019, Rivero no tuvo rival local y lo votó el 84,5% de los electores. Peronista y ligado a Miguel Angel Pichetto, el año pasado tomó distancia de ese armado para convertirse en el delegado de Milei. En la provincia, dicen que la relación con Pichetto no está rota ni mucho menos y que, incluso, Rivero acordó con el ex senador la decisión de convertirse en postulante de Milei.
Cruzando el Río Limay, en Neuquén la oferta libertaria cambia de perfil: ahí compite Carlos Eguía, un empresario de medios, que en 2021 exploró la competencia política y compitió con el sello de la Coalición Cívica de Elisa Carrió, este año migró hacia Milei y se entreveró en una pelea jurídica para impedir, por otro lado, que otros candidatos usen la marca Juntos por el Cambio (JxC). Es un dato frecuente: dirigentes cambiemitas nutren las boletas locales de Milei.
Más al sur, el menú mileista aporta otro zigzag: en Chubut, el candidato es César Trefinger, que preside un partido local y aparece como un “outsider” porque irrumpió en la política en las últimas legislativas 2021. Santacruceño de nacimiento, pero criado en Tierra del Fuego, Trefinger es gerente de una firma de “capitalización y ahorro”. En cierto modo vinculado a lo financiero tiene empatía con Milei pero fue, en la provincia, uno de los principales opositores al desarrollo de proyectos mineros, un antecedente que generó ruido en el espacio libertario que hace una defensa irrestricta de esa actividad. Pero en Chubut hay otro dato: como candidato a intendente aparece Gustavo Mac Karthy, que fue vicegobernador de la provincia en tiempos del peronista Mario Das Neves. Mac Karthy orbitó, luego, el peronismo K y ahora termina aliado a Milei vía Trefinger.
Mirar al norte
Además de Bussi en Tucumán, una figura que precede a Milei, el libertario tiene armados en proceso en el norte del país. Con Bussi, al igual que con Martín Menem, el economista tejió acuerdos de empatía y, en paralelo, cerró acuerdos “llave en mano” porque en vez de armar espacios propios se montó en sistemas que viene funcionando hace tiempo.
No logró hacer lo mismo en Salta donde exploró un acuerdo con Alfredo Olmedo, el productor agropecuario y diputado. Con una configuración particular, con frentes cruzados -están, por caso, un dirigente de Olmedo en el espacio que impulsa a Emiliano Estrada con el sello Avancemos que se armó para competir contra Gustavo Saenz, el gobernador que va por la reelección. Con Olmedo, se afirma en la provincia, hay un compromiso para que sea el candidato a diputado nacional de Milei. Otro apellido de la política salteña, Urtubey, fue vinculado a Milei de Marcos, uno de los hijos del exgobernador y actual aliado de Juan Schiaretti.
En mayo, el mes que aglutina en dos fechas varias elecciones provinciales -tres el 7 y cinco el 14- Milei se pondrá a prueba en Tucumán pero no jugará, con marca provincia, en las demás aunque falta saber qué hará en La Rioja donde está Martín Menem. El libertario decidió, según cuenta, administrar el sello y solo competir donde cree que tiene alguna posibilidad. Será, entonces, determinante como le vaya el 16 de abril en Neuquén y Rio Negro, primera escala de la temporada electoral en las provincias.
Así y todo, tiene armado que en todo caso lo escoltarán en las listas nacionales, colgada de la boleta presidencial. Ocurre, por caso, en San Luis donde el ex presidente del PRO, Bartolomé Abdalá, se sumó al espacio libertario. Ex diputado provincial del PRO, el referente hizo el ritual que impone el libertario: anunció que rompía con el macrismo y explicitó que la solución es Milei. En medio de una elección polarizada, entre Alberto Rodríguez Saá -que lleva de heredero a “Gasto” Fernández- y Claudio Poggi, todo indica que Milei decidirá no exponerse a una elección de bajo score. Lo hizo, por caso, en Jujuy: aunque hay algunos dirigentes que se dicen libertarios, no encontró ninguno que mida.
En otros territorios, el panorama es parecido y la competitividad local de Milei está atada a que encuentre dirigentes con volumen propio. Si bien entiende que tiene peso en la provincia de Buenos Aires, todavía no resolvió quién será su candidato. Descarta hacer lo que le piden sectores de JxC: ir como candidato presidencial pero llevando a gobernador al mismo postulante que lleva Juntos. Lo propuso Patricia Bullrich, Milei dijo que no, y ahora lo planteó Joaquín De La Torre, precandidato bullrichista a la gobernación.
En Santa Fe ocurre algo parecido. El plan A de los libertarios sería convencer a Amalia Granata para ver que sea candidata a la gobernación pero esa relación está alterada por varias cuestiones. Uno, de fondo, refiere a que Milei delegó el armado local en la economista Romina Diez, protegida de Karina Milei y que reporta a Carlos Kikuchi, que se presente como armador nacional del economista pero quedó tocado después del conflicto con Carlos Maslatón. Diez advierte que Granata es una figura sinuosa e invoca que tuvo una alianza fugaz con UNITE, el partido de José Bonacci, que aporta al armado jurídico de Milei junto a otros sellos. Por el otro, Granata se muestra más interesada en repetir como legisladora antes que ir por la gobernación y volvió, para eso, a aliarse con Bonacci. “Después de las PASO, según el resultado, Milei se suma o no a la campaña de Amalia”, dicen en Santa Fe y cuentan que fue un acuerdo que hicieron, en un encuentro mano a mano, el economista y la mediática.
Mendoza aporta otro frente intrigante. Omar De Marchi, que oficia como jefe de campaña nacional de Horacio Rodríguez Larreta, presiona para ser candidato a gobernador en Mendoza contra Alfredo Cornejo y pide pista para ir por afuera, con partido propio, con el argumento de que el radicalismo mendocino nunca le dio lugar a los socios nacionales de JxC. Hasta acá intervino, con cierta moderación, Larreta para aplacar esa batalla pero cerca de De Marchi dejan correr la idea de que si lo expulsan de JxC, él podría convertirse en el candidato a gobernador de Milei, que tiene índices de medición por encima de los 20 puntos.
PI