Fin. Con esa palabra el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó el cierre de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, el organismo que hasta diciembre del 2023 fue el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación. A las 22.15 de la noche del jueves 6 de junio, Adorni publicó en la red social “X” el comunicado en el que informó sobre su “eliminación definitiva”. Fue tres días después de la novena movilización del Ni Una Menos y cuatro días antes de que se cumplan seis meses del gobierno de la Libertad Avanza. La decisión condensa de manera feroz el desprecio del presidente Javier Milei por los derechos de las mujeres y diversidades de Argentina.
El argumento: “El organismo fue creado por la administración anterior con fines político-partidarios, para proponer e imponer una agenda ideológica, contratar militantes y organizar charlas y eventos”. Sin embargo, las distintas medidas que el gobierno de LLA tomó a lo largo de sus primeros seis meses demuestran que el problema no son las militantes y las charlas sino algo más profundo. El gasto en las políticas públicas destinadas a reducir la desigualdad de género fue, en lo que va de 2024, un 33% más bajo que el 2023. Se trata de un ajuste mayor que el que sufrió el presupuesto nacional total, que fue del 24%.
En un país donde una de cada dos mujeres que está o estuvo en pareja atravesó violencia doméstica en algún momento de sus vidas, en un país donde una mujer es asesinada cada 35 horas (según los datos de la Corte Suprema), en un país donde los femicidios se incrementaron un 11% con respecto al año 2022, en un país donde tres lesbianas fueron prendidas fuego y asesinadas por su identidad de género, las principales políticas públicas están paralizadas o con escasa ejecución. Según un monitoreo realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), se registró una caída del 80% en la ejecución interanual del presupuesto del Programa Acompañar, que asiste psicosocial y económicamente a mujeres en situación de violencia de género. Además se redujo un 25,52% del presupuesto de la Línea 144 de atención telefónica en todo el país.
Una de las consecuencias directas de esta situación es que las mujeres no se animen a denunciar porque no tienen independencia económica. “Sin duda estos recortes van a tener un impacto mayor en las mujeres más empobrecidas. Aparece la necesidad de tener que volver con el violento, esto agrava muchísimo riesgo. Una mujer que se encuentra sufriendo violencia no tiene cómo pagar un alquiler o cómo garantizar que sus hijos puedan alimentarse. Va a ser muy difícil que pueda efectivamente romper con ese vínculo y buscar ayuda”, explica Agustina Rossi, integrante del Área de Políticas Públicas de ELA a elDiarioAR.
Desde diciembre a esta parte el gobierno intentó modificar la Ley Micaela (de capacitación en género para los tres poderes del Estado) a través del DNU. Prohibió el uso del lenguaje inclusivo en documentos de la administración pública nacional. Desarmó equipos de género de distintas entidades públicas. Cambió el nombre del “Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario” de la Casa Rosada por “Salón de los Próceres” y lo hizo el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Despidió a personas travestis y trans con funciones en el Estado Nacional en cumplimiento de la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans. Desmanteló el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), un ejemplo en Latinoamérica al reducir a la mitad los embarazos adolescentes en cinco años. Frenó la entrega de insumos, como mifepristona y misoprostol, para realizar la interrupción voluntaria del embarazo.
El aborto legal es uno de los ataques más recurrentes de Javier Milei contra el feminismo. El mes pasado, durante el acto en el Luna Park, dijo que “la agenda del aborto es absolutamente asesina’’. Algo similar sostuvo en enero durante el Foro de Davos cuando habló ”la agenda sangrienta del aborto“.
La antropóloga e intelectual Rita Segato se hace una pregunta: ¿Cómo se entiende que todos los sectores políticos que apoyan un proceso de acumulación y concentración de riqueza extrema, como sucede en Argentina y en otros países, son contrarios a que una mujer haga un aborto? “Ahí tenemos una pregunta importante que es difícil de responder”, cuestiona Segato al analizar el gobierno de Javier Milei. “Le dan una centralidad en su prédica política, aúnan y convergen en el esfuerzo por impedir que una mujer que no puede ser madre en un determinado momento consiga abortar. ¿Qué es lo que expresa esa convergencia, esa mancomunación, esa lucha contra ese simple hecho que es realizar un aborto? A mí no me convence la razón moral, ni la razón religiosa. Se manifiesta un interés mucho más relevante, posiblemente producido por think tanks con grupos de asesores de altísimo nivel que dicen que contener, reprimir e interceptar el movimiento de las mujeres es fundamental para proteger el poder. Nos están diciendo que las mujeres amenazamos, que nuestro movimiento pone en riesgo el edificio de todos los poderes”, explica Segato a este diario.
En lo discursivo también hay desprecio por las mujeres, lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales. Desde diciembre a este parte, funcionarios o allegados de Javier Milei calificaron a la homosexualidad como una “conducta insana y autodestructiva”. Equipararon a las personas homosexuales a piojosos. En estos seis meses, desde lo simbólico también hubo un ataque feroz hacia los derechos de mujeres y diversidades.
“La gobernanza actual es catastrófica porque anula todo lo público. Es un dispositivo agonístico, no habíamos visto tanta desconsideración por la bondad humanística. No son liberales, se llevan por delante la cuadrícula liberal”, afirma la investigadora y socióloga Dora Barrancos en diálogo con elDiarioAR. Sostiene que el Presidente desarrolla un “profetismo milenarista planetario” que se diferencia de las extremas derechas de otros países porque es poco nacionalista o territorial. Sin embargo hay algo que sí tienen en común: la cultura. “En los aspectos nutrientes es un señor conservadorísimo, misógino, que se ha acoplado a todo eso en el vertedero principal de odio a los movimientos feministas y a las diversidades sexo genéricas y a todo lo que eso representa. Porque ahí están todos de acuerdo”, agrega Barrancos.
¿Qué pasa con las mujeres del Gabinete de Milei?
“Uno siempre tiene que tener alguien a quien reportar. En mi caso yo reporto a mi hermana”, dijo Javier Milei antes de ser presidente. Karina Milei, “el Jefe” como la llama su hermano, es una figura fuerte dentro del Gabinete. Es una mujer poderosa. Sin embargo, en ese vínculo también se reproduce la lógica patriarcal: es una mujer que lo cuida. Allí se puede incluir a Sandra Pettovello o Diana Mondino. “Es el patrón histórico femenino. Por supuesto que las compensa con esta circunstancia de fuelle de poder. Son mujeres que en su imagen son las tiernas súpermadres que él necesita”, explica Barrancos.
“Le dice ‘El Jefe’ por una sintonía muy particular, invierte el sentido completo de lo femenino. Pero ella es la súper madre. Lo que pasa es que dada la autoridad que ella emana en toda esta cuestión del cuidado, él no puede con su genio, no la puede llamar ‘jefa’ y la llama ‘jefe’’, agrega Barrancos.
“Saluden al Ministerio de Mujeres y Sandwichitos que se fue”, escribió la canciller Diana Mondino este viernes en X. En un país donde una mujer es asesinada en poco más de un día, los y las funcionarias del gobierno celebran el fin de las políticas públicas para prevenir y erradicar la violencia.
CDB/DTC