El senador demócrata Robert Menéndez, de New Jersey, fue procesado el viernes por haber recibido supuestas coimas por cientos de miles de dólares, lingotes de oro y otros bienes de parte de gobierno egipcio, en un nuevo hecho de corrupción que lo involucra.
Un allanamiento en el domicilio del senador en New Jersey permitió encontrar unos US$480.000 en efectivo y lingotes de oro escondidos entre la ropa y en una caja fuerte, reveló la semana pasada la fiscalía federal del distrito sur de Nueva York. Al ser procesado, el senador dio un paso al costado de la presidencia del comité de Relaciones Exteriores de la cámara alta, pero se resistió a dejar la representación por su estado.
Menéndez es uno de los senadores con más peso en Estados Unidos y, a la vez, una persona conocida en los círculos políticos argentinos. En la pasada década fue una punta de lanza en el Congreso estadounidense contra gobiernos de izquierda de América Latina y, en particular, apuntó contra Cristina Fernández de Kirchner. Como contracara, se acercó a Sergio Massa, quien lo suele nombrar como uno de sus principales puentes con Washington.
“El senador supuestamente proporcionó información confidencial del Gobierno de los Estados Unidos a funcionarios egipcios y tomó medidas para ayudar en secreto al Gobierno de Egipto”, explicó el fiscal federal Damian Williams.
El procesamiento formal incluye cargos por supuesto soborno, fraude y extorsión
La retribución a Menéndez, a su esposa, Nadine Arslanián y a sus tres hijos se habría producido entre 2018 y 2022. Además de dólares y oro, el Gobierno dictatorial de Abdelfatah Al Sisi le habría pagado hipotecas y obsequiado un vehículo Mercedes-Benz, según surge del allanamiento realizado en 2022, cuyo resultado se conoce ahora.
A cambio, los fiscales sostienen que Menéndez trasladó a militares y agentes de Inteligencia egipcios información reservada sobre la Embajada de Estados Unidos en El Cairo, activó la aprobación de una ayuda por US$300 millones a país árabe e hizo lobby para autorizar la importación de carne en beneficio de un amigo de su esposa. El procesamiento formal incluye cargos por supuesto soborno, fraude y extorsión.
Peso pesado
Pese a que enfrenta hace años acusaciones formales por corrupción, algo con pocos antecedentes en senadores estadounidenses en actividad, Menéndez ha sido hasta ahora un líder popular en Nueva Jersey, lo que le permitió lograr la reelección, doblegando tanto a rivales internos del Partido Demócrata como a adversarios republicanos. A sus vínculos con la comunidad latina, Menéndez le suma una base sólida entre los sindicatos demócratas.
“Reconozco que esta será mi mayor lucha hasta ahora, pero creo firmemente que cuando se presenten todos los hechos, no sólo seré exonerado sino que seguiré siendo el senador más antiguo de Nueva Jersey”, afirmó Menéndez en la mañana del lunes en el campus del Hudson County Community College en Union City.
En un comunicado previo, Menéndez jugó la carta de sentirse discriminado. “No se me escapa lo rápido que algunos se apresuran a juzgar a un latino y empujarlo fuera de su escaño. Yo no me voy a ninguna parte”.
El gobernador de New Jersey, Phil Murphy, los líderes de la Legislatura y senadores demócratas hicieron público su reclamo para que Menéndez dimita. Por ahora, ese extremo no ocurrirá, aunque Menéndez dejó el influyente puesto de presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la cámara alta. “El senador Menéndez ha decidido, con razón, renunciar temporalmente a su cargo de presidente del Comité de Relaciones Exteriores hasta que se resuelva el asunto”, informó Charles Schumer, líder del bloque demócrata en el Senado y uno de los principales aliados de Joseph Biden.
Segundo caso
Esta es la segunda vez que Menéndez es acusado formalmente de soborno. En 2015, se le imputaron 14 hechos delictivos relacionados con cientos de miles de dólares en lujosos obsequios y donaciones de campaña que recibió de Salomon Melgen, un médico radicado en Florida que tenía una disputa millonaria con el sistema público de salud Medicare. Entonces, Menéndez sostuvo que los viajes a resorts de República Dominicana y París pagados por Melgen no fueron más que gentilezas de un amigo.
El caso fue cerrado en 2017 por lo que los fiscales consideraron pruebas insuficientes, mientras el comité de Ética del Senado formuló una advertencia a Menéndez. El turbio expediente no impidió que Menéndez volviera a ser consagrado senador al año siguiente, tras una carrera electiva iniciada en 1986, que incluyó 14 años en la Cámara de Representantes.
La pista de Singer
Cuando murió el fiscal Alberto Nisman, en enero de 2015, Menéndez encendió sus acusaciones contra Cristina. Ya desde antes, trabajaba codo a codo con el senador republicano Marco Rubio, un ultraderechista, también hijo de inmigrantes cubanos, para que la Argentina pagara a los holdouts que habían quedado fuera de los canjes de 2005 y 2010, con el magnate Paul Singer a la cabeza.
“El gobierno de la presidenta Cristina Kirchner se ha involucrado en un peligroso juego de política internacional, que tendrá consecuencias catastróficas para la economía argentina”, dijo en su momento Menéndez en referencia al conflicto con los denominados fondos buitre.
Menendez y Rubio fueron los artífices para congelar durante dos años la designación de Noah Mamet como embajador en Buenos Aires, no porque desconfiaran del designado por Barack Obama, sino porque buscaban un perfil más aguerrido para enfrentarse a Cristina.
Registros públicos indicaron que tanto Rubio como Menéndez habían recibido fondos cercanos a NML, la firma de Singer. En particular, el senador ahora acusado por corrupción había cosechado US$ 117.160 de la firma de abogados Lowenstein Sandler, que representó a Singer en la demanda presentada ante el tribunal del juez Thomas Griesa, en Nueva York.
En ese entonces, Massa estaba en la vereda opuesta de la entonces presidenta y hoy vicepresidenta. El candidato de Unión por la Patria suele mencionar a “Bob” Menéndez como uno de sus hombres de referencia en la política estadounidense. En octubre pasado, en ocasión de una visita de senadores estadounidenses encabezada por Menéndez, Massa los recibió en el quincho de su casa, en Tigre.
El de Menéndez no sería el primer aliado de Massa en EE.UU. que cae en descrédito. El ministro de Economía selló un sólido vínculo con Rudolph Giuliani, el exalcalde de Nueva York, símbolo de la mano dura, empresario de sistemas de seguridad y exabogado de Donald Trump.
Massa promovió a Giuliani en Argentina durante años y exploraron un negocio juntos, pero esa relación se transformó en tóxica cuando el exalcalde recibió acusaciones de corrupción y terminó procesado como uno de los cerebros detrás del intento de Trump de fraguar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
SL/JJD