El comunicado salió a las 6.30 de la mañana. Demasiado temprano. Máximo Kirchner convoca a elecciones en el peronismo de la provincia de Buenos Aires y pone una fecha: 17 de noviembre. Esa propuesta había llevado a las mesas reservadas del peronismo nacional. Y apuró la discusión.
“Una primereada”, describe la jugada un dirigente partidario en medio del debate interno a nivel nacional, con Cristina Kirchner nuevamente en el centro de la escena. No se renueva el PJ. Se renueva la tensión.
Lejos de ordenar la interna, las palabras de la ex presidenta en su reaparición en público en Quilmes para retar a quienes discutían su liderazgo y los movimientos de su hijo no hicieron más que ahondar las diferencias.
El PJ a nivel nacional tenía fecha de reencuentro este martes, en la sede central de Matheu 130, para darle forma a la Comisión de Acción Política que se creó en el deshilachado congreso partidario de Ferro. Pero la jugada de Máximo Kirchner caldeó los ánimos en las últimas horas, en la previa a volver a verse las caras. Su propuesta era poner esa fecha para la renovación interna del licenciado mandato de Alberto Fernández que vencía en abril del año que viene y a su manera, promover la figura de Cristina en paralelo con la renovación.
Nadie cerca de la expresidenta se anima a afirmar que sea su intención presidir el PJ, pero tampoco nadie lo descarta. Todos los movimientos en las últimas semanas empiezan a dar cuenta de que ella busca un lugar desde donde proyectar su protagonismo desde la oposición. Los nuevos salones en el Instituto Patria no alcanzan.
“Máximo la quiere llevar a ese lugar”, resumen en el partido, en la previa de un encuentro que tendrá otra vez a la interna bonaerense como eje del debate. En todo caso, la amenaza de la postulación de la expresidenta condiciona el accionar del resto.
“Todo lo hace a las patadas”, insisten los detractores del todavía presidente del PJ bonaerense, que dejará su cargo definitivamente, prometen a su lado. Pero la elección la organizará él, ponen bajo sospecha sus enemigos.
La cuestión escaló en las primeras horas de la mañana en La Plata. Axel Kicillof tomó nota. La guerra sigue intacta. Después de que Máximo Kirchner hiciera todo lo posible por impedir que el gobernador tomara las riendas partidarias a nivel nacional, en Ferro, ahora creen que condiciona los próximos pasos. Ni se habían llegado a juntar.
“Le reconozco a La Cámpora la iniciativa política”, afirma desde afuera un dirigente bonaerense enemistado con la agrupación. Los críticos de Máximo Kirchner sostienen que adelantó los tiempos para evitar un fallo adverso en la Justicia. Su desembarco sin elección en el partido bonaerense está impugnado ante la Corte Suprema. A su lado lo defienden. “Es lo que siempre dijo que iba hacer”, retrucan.
Ahora el debate se traslada al manejo de la elección interna. “Se debería haber corrido de la conducción, como hizo Alberto. Nadie va a querer exponerse a que él te autorice una lista”, se quejan sus adversarios. Algo de eso dejó entrever Fernando Gray, uno de los primeros en reaccionar al llamado. “Estas cosas hay que hablarlas y consensuarlas, yo soy dirigente del PJ y me entero por un tuit lo que van a hacer”, planteó. Y fue un poquito más allá: “Qué me voy a poner yo, con el padrón de afiliados acá en la puerta o en la plaza a hablarle a la gente de la afiliación al partido”, se preguntó. La bronca de los detractores es que La Cámpora maneja los padrones tras la campaña de afiliación que hizo desde que Máximo dirige el partido.
El se encargó de marcar el poder del voto bonaerense. En el comunicado donde pone fecha para la elección y presiona para que haga lo mismo el PJ nacional describe: “El PJPBA que tengo el honor de presidir representa el 37,32% del padrón total nacional. Por lo tanto, no sólo es adecuado, sino operativamente necesario hacer coincidir los actos electorales en una misma jornada”. Quien maneja el padrón de la provincia gana.
La molestia fue creciendo con el correr de las horas. La respuesta a los críticos la encabezó Mayra Mendoza. Los llamó “Gata Flora”. “Piden democratizar los ámbitos y cuando está la definición política de hacerlo también se quejan”, chicaneó. De paso les envió un mensaje a los de Matheu. “Espero que el PJ nacional, además de discutir su vida interna, inste a los senadores a votar contra la ley bases para defender al país”.
Mientras tanto, Kicillof sigue armando su fortaleza. El sábado encabezará el plenario “La Patria no se vende” desde Florencio Varela, para escenificar sus apoyos. Hay intendentes, como el propio anfitrión del encuentro, Andrés Watson, que se van arrimando; también Fernando Espinosa (La Matanza), Julio Alak (La Plata) o Juan José Mussi (Berazategui). Federico Achával (Pilar) o Mariano Cascallares (Almirante Brown) hacen equilibrio. La Cámpora no irá.
MV/MG