Armando Guibert, secretario de Transformación del Estado y Función Pública, un funcionario muy cercano al jefe de Gabinete Nicolás Posse, renunció hoy a su cargo varios días después de la polémica por el aumento de sueldo a los integrantes del Gobierno en la que estuvo involucrado.
Presentó su dimisión “indeclinable” al cargo por “motivos personales” en una carta dirigida al presidente Javier Milei y a Posse. Se sumó así a las bajas en el Gabinete, que la semana pasada perdió a Omar Yasin, quien era secretario de Trabajo, justamente a causa de la mencionada polémica.
Guibert, subsecretario de Obras Públicas del gobierno de Carlos Menem, se encargaba de las negociaciones paritarias con los sindicatos estatales UPCN y ATE y era fundamental en la ejecución de los esquemas de despidos en la planta pública.
El hecho que terminó en su renuncia fue el aumento del 48% para los altos cargos del Ejecutivo de Milei.
La semana pasada, la polémica por el incremento de los sueldos del Presidente y su gabinete le costó el puesto a Yasin. El abogado laboralista, con pasado en el gobierno de Mauricio Macri y estrecho vínculo con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, fue apuntado públicamente por el propio Milei como el único responsable del aumento que, según lo estipulado, debía recibir en su bolsillo. “Al secretario de Trabajo lo he despedido, en este momento lo están notificando”, anunció el Presidente en medio de una entrevista con LN+.
Sin embargo, el decreto que habilitó la suba salarial de la planta política del Ejecutivo no estaba firmado por Yasin sino por Milei, Pettovello y el propio Posse. Sí llevaba la firma del laboralista la homologación de la paritaria estatal que luego fue extendida al Presidente y sus colaboradores, pero no sólo la suya. También figuraba la rúbrica del secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y de Guibert, por haber negociado y cerrado las paritarias con los gremios estatales.
Ni Guberman ni Guibert habían recibido represalias por parte de Milei. Tampoco el secretario Legal y Técnico, Javier Herrera Bravo, pese a que todos los decretos que se publican en el Boletín Oficial son revisados previamente por su área. Yasin se limitó a homologar el acuerdo y terminó convirtiéndose en el chivo expiatorio.
A Guibert, que era un hombre fundamental para los propósitos del Gobierno de achicar el Estado, se lo quiso preservar y por se echó a Yasin, con quien el jefe de Gabinete tenía algunas “diferencias de criterios”, según aseguraron a este medio desde el oficialismo.
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